El chef José Andrés en un montaje de El Español

El chef José Andrés en un montaje de El Español iStock

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José Andrés (56 años), chef español: "Este es mi truco para que los trocitos de cáscara de huevo no acaben en la tortilla"

Cascar huevos es una cosa relativamente sencilla y, no obstante, es algo que muchas veces hacemos mal y acabamos con trocitos de cáscara de huevo en la tortilla o en la masa del bizcocho. Para evitarlo, el chef José Andrés tiene la solución.

Más información: José Andrés, chef español, alto y claro: "Esta es la clave para hacer la tortilla de patata más fácil; queda jugosa y muy rica"

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Una de las cosas que más rabia da cuando vamos a hacer una tortilla, o cualquier otra receta con huevos, es que, al cascarlos, los trocitos de cáscara que se desprenden acaben en el bol donde los vamos echando.

Esto es malo por dos razones. La primera es que estos pequeños pedazos de cáscara son caprichosos y cuesta "pescarlos". La segunda, la más peligrosa, es que la cáscara es donde podría estar la temida salmonela y el huevo se acabaría contaminando.

Pero lo bueno es que esto podemos evitarlo si tenemos en cuenta algunos trucos como el que explicaba hace años el chef José Andrés. La versión resumida es que no hay que cascar nunca los huevos golpeándolos en el borde del bol.

Cómo cascar los huevos de forma segura

El chef José Andrés se ha consolidado como uno de los mayores embajadores de nuestra cocina al otro lado del Atlántico, donde ha construido una sólida carrera y goza de gran fama.

Como muestra de esta divulgación de la gastronomía típica de España, José Andrés compartió hace años en el canal Munchies una receta en la que explicaba cómo preparar una tortilla de patata.

Se trataba de la tortilla de patatas chips que ya había hecho famosa Ferran Adrià y la presentaba como una tortilla que podía hacerse de forma rápida y sencilla utilizando patatas de bolsa. El invento no tardó en hacerse viral.

Pero al margen de esta genial idea de tortilla, otra cosa que debemos guardar en nuestro bloc de notas mental es el truco que explica para que no caigan trozos de cáscara de huevo en el bol donde los vamos echando para batirlos.

José Andrés explica que, para cascar los huevos, deben golpearse sobre una superficie plana, como puede ser la propia encimera. Así, cualquier pequeño fragmento que se desprenda, lo hará fuera del bol.

Aunque el chef no lo comenta en esta ocasión, el truco se puede mejorar con un pequeño paso previo adicional.

Si, en vez de abrir el huevo directamente sobre el bol en el que los estamos juntando todos, lo hacemos individualmente en una taza o un vaso, podremos ir comprobando que todos los huevos están en buen estado antes de que se mezclen con el resto.

Un alimento que es un tesoro nutricional

El huevo, pese a su aparente simpleza, es uno de los alimentos más completos desde el punto de vista nutricional y de los más versátiles desde el punto de vista gastronómico.

Destaca por ser una de las fuentes más concentradas de proteínas de alta calidad, ya que contiene proporciones óptimas de todos los aminoácidos esenciales que nuestro organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo.

Si hablamos de micronutrientes, el huevo destaca por ser una fuente importante de vitaminas del grupo B (riboflavina, ácido fólico y B12), pero también aporta vitaminas A y D, así como minerales. Entre estos, cabe destacar el aporte de hierro, zinc, fósforo y selenio.

Respecto al colesterol que, durante mucho tiempo, ha sido la red flag más inquietante de los huevos, los estudios más recientes han desmitificado esta antigua creencia, mostrando que su consumo moderado dentro de una dieta equilibrada no incrementa el riesgo cardiovascular en personas sanas.

Según esto, el "límite" de tres huevos a la semana del que nos hablaban hace años se ha quedado completamente obsoleto y, hoy en día, consumir un huevo diario es perfectamente compatible con una dieta saludable.

Algunas tortillas rápidas que no llevan patata y son perfectas para cenar

Las tortillas, sean de lo que sean, son siempre recetas dispuestas a salvarnos una cena sin esfuerzo. Se pueden hacer casi de cualquier cosa que haya por la nevera y, en muy poco tiempo, tendremos algo listo para comer y cargado de nutrientes.

Más allá de la tortilla de patata, existen muchas opciones fácilmente adaptables a los gustos y necesidades de cada uno. A continuación, os dejamos unas cuantas ideas a modo de ejemplo. Por supuesto, todas se prestan a acabar siendo un revuelto delicioso.

  • Tortilla de espinacas y queso feta. Lavamos y salteamos las espinacas con un poco de aceite de oliva hasta que reduzcan su volumen. En un bol, batimos los huevos, los sazonamos y añadimos las espinacas escurridas junto con trozos de queso feta desmenuzado. Ya solo nos queda cuajar la tortilla.

  • Tortilla de champiñones y cebolla caramelizada. Cortamos la cebolla en juliana y la cocinamos a fuego lento con aceite hasta que esté dorada. Añadimos los champiñones laminados y los salteamos a fuego fuerte hasta que estén tiernos y se evapore el agua que sueltan. Mezclamos con los huevos batidos salpimentados y cuajamos la tortilla.

  • Tortilla de bacalao al estilo portugués. Desmenuzamos unas migas de bacalao desalado y las salteamos con cebolla picada hasta que esté todo tierno. Añadimos perejil fresco picado y lo incorporamos a los huevos batidos sazonados al gusto. No deja de ser una variante de una de las tortillas más famosas del País Vasco, la de bacalao con pimiento verde.

  • Tortilla de pimientos asados y ajo. La receta perfecta para aprovechar ese bote de pimientos asados que tenemos abierto por la nevera. En una sartén con aceite, doramos ligeramente unos dientes de ajo picados, añadimos los pimientos cortados en tiras y los salteamos brevemente. Mezclamos con los huevos batidos salpimentados y cocinamos la tortilla hasta que esté bien hecha por ambos lados.