Helados artesanales en cucurucho.

Helados artesanales en cucurucho.

Actualidad gastronómica

Las tres pistas que indican que un helado no es artesanal: "Si tarda en derretirse, mala señal"

Desde Bibì e Bibó nos cuentan en qué debemos fijarnos para poder diferenciar las heladerías artesanales y que no te den gato por gelato.

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Buenas noticias para el mundo del helado cuyo consumo sigue subiendo en nuestro país con un consumo de 3,33 litros por persona al año, concentrado en su mayoría en verano, con un 50% del total. Son datos que arroja la Asociación Nacional de Heladeros (ANHCEA) que indican que, además, el helado artesanal gana terreno frente al industrial.

Y es que el helado ha dejado de ser simplemente una estampa veraniega para ocupar muchos otros momentos dulces a lo largo del año. Momentos de consumo aparte, lo que no nos debe resultar indiferente es el contenido de nuestro cucurucho o tarrina.

No todos los helados son iguales, y aunque la oferta de artesanal crece, hay que estar siempre atento a las señales que nuestras expectativas no van a satisfacerse con la realidad. Es precisamente esta proliferación de heladerías que se autodenominan artesanas lo que ha vuelto necesario afinar el criterio del consumidor.

Una cuidada selección de los ingredientes, colores naturales y un sabor persistente son clave a la hora de distinguirlos, pero con todo esto que nos cuenta Bibì e Bibó, metemos la cabeza hasta el fondo del asunto.

El color 

Colores muy llamativos o fosforitos son una red flag de manual. Los helados artesanales deben presentar tonalidades suaves y naturales, reflejo de los ingredientes reales con los que han sido elaborados.

Desde Bibì e Bibó saben que saturar las tonalidades de los sabores con colorantes no es la mejor manera de convertir un helado en artesanal. "Que el pistacho sea de un verde intenso se debe a que lleve algún tipo de colorante, porque normalmente tiende a ser un verde tirando a marrón" argumenta Sofia Luppi, cofundadora de la heladería artesanal.

Una bandeja con seis sabores de Bibì e Bibó.

Una bandeja con seis sabores de Bibì e Bibó.

La temperatura

"Si tarda en derretirse, mala señal" responde tajantemente Luppi cuando se pregunta por su temperatura óptima. Como bien explica, "es muy importante controlar la temperatura a la que está el helado. Para ser servido se mantiene a unos -13 o -14 grados, lo que hace que esté muy cremoso".

Por eso, recomienda tener en cuenta que "cuando se sirve es un helado que te tienes que tomar inmediatamente porque si no se empieza a derretir, sobre todo con el calor". Un helado que se funde con facilidad no es un problema, es una garantía de autenticidad.

El servicio

No solo cuenta lo que se sirve, sino cómo se sirve. "Servir el helado con pala o con scoop reduce el riesgo de que caiga agua y por lo tanto que el helado no esté cristalizado" contempla Sofía, un detalle que para "nosotros es muy importante".