La indignación de un hostelero al saber que el agua filtrada que vende y la del grifo son similares: "Me toman el pelo"

Pedir un vaso de agua del grifo en un bar o restaurante es común en muchos países, pero en España es un tema que no ha dejado de estar rodeado de polémica en los últimos años. Aunque para muchos clientes se trata de una solicitud más que normalizada y económica, siempre que se esté consumiendo otra bebida o comida en ese local, hay algunos restaurantes que prefieren negarse a ello y ofrecer agua embotellada o incluso filtrada.

Equipo de Investigación de La Sexta investigaba hace un tiempo precisamente esta polémica, con un análisis de laboratorio en el que se destapó que cobrar el agua del grifo se había convertido en negocio para muchos bares. Uno de los protagonistas del programa fue un hostelero de un pueblo de Segovia al que le rodeó la polémica por cobrar 4,50 euros por un simple vaso de agua.

Casos como este, motivaron hace algunos años que el Gobierno impulsara una normativa que obliga a ofrecer agua no envasada y del grifo de forma gratuita. Sin embargo, es desde entonces cuando ha aparecido la picaresca del agua filtrada.

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Una alternativa al agua del grifo para muchos hosteleros que consigue saltar esa normativa del Gobierno y que el programa de Equipo de Investigación también llevó a analizar, recogiendo muestras de varios restaurantes y de ambas aguas para comprobar si había diferencias significativas.

"El otro día estuvimos aquí y recogimos una muestra del agua filtrada y del grifo y nos han dicho que no hay diferencia significativa entre el agua de su grifo y el agua que ustedes venden filtrada", informaba el equipo del programa al hostelero. El dueño del local visiblemente contrariado con los resultados insistió en mostrar el sistema de filtrado que utiliza su local.

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"Lo que nos venden es esa maquinita de ahí, cuando llega el comercial lo hacen delante de ti. Coge una muestra de la máquina recién sacada y una muestra del grifo y nos venden que tiene menos residuos que el agua mineral del supermercado. Así que me parece que me están tomando el pelo", confesó ante las cámaras.

El hostelero detalló que el sistema de filtrado que utiliza su local no es un simple accesorio gratuito, sino que conlleva un gasto mensual: "Esa máquina es un renting, todos los meses nos cobran X y las botellas en las que lo servimos también nos las cobran", explicó.

Aun así, el hostelero no ha dudado en defender la decisión de cobrar el agua filtrada en los bares. A su juicio, el agua filtrada tiene un coste real para el negocio y debería cobrarse, al igual que el resto de productos que se sirven: "Yo soy partidario de cobrar todo lo que se sirve porque aquí no viene de la nada, todo lo que se sirve tiene un coste para el negocio".