
El restaurante Llenya, en Llagostera, en el interior de la Costa Brava.
El nuevo restaurante de la Costa Brava que celebra la cultura catalana desde una masía de piedra del siglo XVII
LLENYA, es el restaurante soñado de dos familias catalanas hosteleras.
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En el interior de la Costa Brava, en la localidad de Llagostera, se esconde LLENYA, un restaurante que celebra la cultura catalana desde la piedra centenaria de una masía del siglo XVII. Este singular proyecto nace de la unión de dos familias profundamente ligadas a la hostelería.
Los Soler, del reconocido Grup Travi, y los Gay de Montellá, propietarios de la masía, han tejido un sueño común: rendir homenaje a la tradición mediterránea a través de la leña, el fuego y el producto de proximidad.
LLENYA, como su nombre indica, se arraiga en el poder evocador de la brasa. Su propuesta gastronómica se sostiene sobre la cocina ancestral catalana, rescatando técnicas que avivan la memoria de generaciones pasadas.

Vermut, picoteo y arroces en la terraza de LLENYA.
Aquí, cada plato es un relato: carnes a la brasa, pescados al espeto y arroces cocidos lentamente sobre fuego vivo se convierten en un viaje por la región que conecta al comensal con la tierra, el mar y el bosque mediterráneo.
Entre sus especialidades, destacan delicias como los canelones asados con demi-glace de trufa, el bacalao con callos caseros o la cola de ternera estofada con cebollitas y setas. Todo ello elaborado con ingredientes seleccionados con mimo, priorizando productores locales y de calidad suprema.

Los pescados son una de las especialidades del restaurante.
La experiencia LLENYA no solo se degusta, también se vive. La masía, una joya arquitectónica de piedra y vigas de madera, se divide en varios ambientes que invitan a saborear la cocina a ritmo pausado.

La barra central de LLENYA.
El interior se articula alrededor de una imponente barra central, y cada sala tiene su encanto: desde la acogedora chimenea del siglo XVII, que chisporrotea en invierno, hasta la sala del pozo de piedra, un rincón que rezuma historia.

Uno de los salones en el interior de la masía.
Para quienes buscan privacidad, un comedor reservado para 16 comensales se convierte en un pequeño oasis dentro de este refugio rural.
Pero es la terraza el lugar donde la magia de la leña cobra todo su sentido. Allí, bajo arcos de piedra o al abrigo de frondosas moreras, los aromas a madera quemada y hierbas frescas envuelven al visitante.

La acogedora terraza de la masía.
La cocina exterior, visible a través de una cristalera, permite ver cómo se doran costillares y pescados, mientras la zona chill out invita a prolongar la velada con una copa, un gin-tonic y buena música bajo el cielo estrellado de la Costa Brava.
A la cabeza del proyecto está Eduard Soler, hijo de Josep Soler, presidente del Grup Travi, quien lidera con ilusión esta nueva etapa, acompañado del chef Amaro Motos, encargado de dar forma a esta carta que respira tradición y territorio.
Juntos, reivindican algo tan sencillo como compartir mesa y fuego para celebrar la identidad catalana desde el corazón de una masía que sigue viva, siglos después.