Montaje con una imagen de archivo de una churrería y una imagen del churrero.

Montaje con una imagen de archivo de una churrería y una imagen del churrero. Europa Press

Sociedad

Un churrero, alto y claro sobre su salario: "Gano 300€ por 6 horas y trabajo fines de semana, eso a la juventud no le gusta"

El hostelero fue sincero a la hora de explicar la diferencia en las condiciones salariales de un churrero y el costo de vida hoy en día.

Más información: Juan, churrero, sobre su negocio: "Hay que meterle muchas horas, durante 10 años abría desde las 06:00 a las 21:00 sin parar"

Publicada

Las claves

Un churrero relata que gana 300 euros por 6 horas de trabajo y que su jornada incluye fines de semana y festivos.

El oficio de churrero requiere esfuerzo, largas jornadas y conocimientos técnicos para lograr la calidad en el producto.

El bajo salario y las duras condiciones dificultan que los jóvenes se interesen por este trabajo, prefiriendo otros sectores.

El coste de vida, especialmente el alquiler, hace que el salario de los churreros resulte insuficiente para vivir de forma independiente.

Con la tradición pasando de generación en generación, los churros han logrado convertirse en todo un favorito entre los barrios y vecinos. La pareja de churros con chocolate no puede faltar en un desayuno, especialmente en ocasiones especiales.

Sin embargo, detrás de estos negocios hay horas y horas de dedicación y esfuerzo por parte de los churreros para poder satisfacer a sus clientes.

Así, uno de estos churreros contó sus condiciones laborales en redes sociales (@talentmatch.es) y cómo no atraen mucho a los jóvenes.

El oficio de un churrero

En España, los churreros ocupan un lugar especial dentro de la tradición gastronómica del país, siendo maestros a la hora de combinar sabor, paciencia y destreza con sus churros y porras.

Su trabajo no se limita a la preparación de la masa y la fritura perfecta, sino que también implica un profundo conocimiento de los tiempos, las temperaturas y la textura adecuada, elementos que determinan la calidad final de cada churro.

De ese modo, muchas veces con sus carritos o puestos ambulantes, forman parte del paisaje rural y de barrio en España, aportando sabor y tradición a la vida diaria, especialmente durante las épocas de mayor frío.

No obstante, pese a que la receta se limita a harina, agua, sal y aceite, detrás de la sencillez de los churros, hay esfuerzo y dedicación de estos profesionales.

A menudo su rutina empieza mucho antes del amanecer y se extiende hasta entrada la noche. La preparación de cada lote exige concentración, resistencia y pasión por un oficio que combina lo artesanal con la constancia física.

Además, al tratarse de un producto bastante asequible y dependiendo del volumen de venta, muchas veces su esfuerzo y trabajo no se equilibra con su beneficio a final de mes.

"Lo malo es eso, la diferencia de los salarios a cómo está el coste de la vida", aseguraba el dueño de una churrería en redes sociales. "Las principales dificultades son trabajar los fines de semana, sobre todo, y los festivos, pues eso a la juventud no os gusta mucho".

De hecho, el churrero explicaba cómo era el salario de su oficio hoy en día: "El salario que en nuestro caso tiene el sector de la hostelería está más o menos bien".

Sin embargo, cuando lo comparaba con el costo de vida en España, señalaba que dichos ingresos no permitían asumir el alquiler de una vivienda así como los diferentes gastos de una persona cada mes.

"Son 300 euros por unas 6 horas", indicaba. "Lo que es el sector está bien pagado, lo que pasa que tal como está la vida no es justo que para encontrar un piso de alquiler sean de 800 euros para arriba. No es normal. Los pisos, el transporte...todo está caro".

Con la explicación de sus condiciones, el churrero explicaba las razones por las que dicho oficio, al igual que muchos otros, ya no atraen a los jóvenes: requieren gran esfuerzo físico, son jornadas largas y los salarios son bastante limitados.

En su lugar, la juventud se decanta por profesiones más relacionadas con ámbitos tecnológicos y digitales, carreras universitarias tradicionales o sectores creativos y culturales, donde puedan expresar su creatividad.