
Lomos de pescado secándose al aire.
El pueblo de Alicante donde comer los mejores salazones en una feria única: sardinas a la brasa y cerveza por 10€
Mesas redondas, talleres y degustaciones en una muestra que servirá para honrar el legado de Gilabert Martínez, un apasionado de los salazones, fallecido en 2018.
Más información: El mejor tomate de la Comunidad Valenciana lo cultiva un agricultor de 68 años en Palma de Gandía
Este fin de semana, el Mediterráneo se condensa en sal y memoria en el corazón de Dénia. El emblemático mercado gastronómico Els Magazinos acoge la cuarta edición de la feria de salazones, atún y pescado seco “Sol y Sal”.
Esta cita se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de la cocina tradicional y del sabor del mar pero, este año, viene con un bonito homenaje: el dedicado al cocinero Salvador Gilabert Martínez, “Saorito”, verdadero guardián de las esencias marineras de la Marina Alta.
El sabor de la memoria
“Saorito”, fallecido en 2018, no fue un cocinero más. Fue un alquimista del mar, un apasionado de los salazones que no solo elaboraba de forma artesanal, sino que cocinaba con un respeto casi reverencial hacia los productos de su tierra.

Los mejores salazones, atún y pescado seco, que se pueden probar en Denia
Su legado, como el aroma del atún en semisalazón que despierta recuerdos de infancia en las cocinas costeras, sigue vivo gracias a su hijo Sergio Gilabert, quien no solo ha heredado sus recetas, sino también la pasión por transmitirlas.
Sergio protagonizará una masterclass durante la mesa redonda inaugural de la feria, titulada “Pescado Seco y Salazones en la gastronomía de la Marina Alta”, que se celebrará el sábado 28 de junio a las 10:30 en el restaurante Les Cuinetes.

Sergio Gilabert, un homenaje a un apasionado de los salazones.
En ella, compartirá enseñanzas familiares y técnicas para realizar salazones caseros, en una especie de rito de transmisión que rinde tributo al saber ancestral.
El mar como escuela y despensa
Junto a él, expertos como el historiador Javier Calvo narrarán la fascinante historia de la almadraba de Dénia, las rutas del atún en la cocina romana y de Al-Andalus, y cómo la irrupción del bacalao alteró ese mapa culinario.
Además, voces como las de los pescadores Marc Ros, Michel Letelier y la familia García —todos ellos ligados a las cofradías de Xàbia y Dénia— compartirán su experiencia diaria a bordo, recordando que los salazones no solo son una técnica gastronómica, sino una forma de vida que nace en el mar.
Cultura, fuego y arte en la calle
La feria no se limita a las mesas redondas. De 12 a 14 horas, en la plaza Dénia és Vida, el restaurante A la Fresca ofrecerá una tradicional sardinà a la brasa, maridada con una Cerveza Turia, una propuesta gastronómica sencilla y auténtica por solo 10 euros, que remite a los sabores más populares y veraniegos de la costa alicantina.
En paralelo, la feria se convierte en un crisol de tradiciones. El taller de “llata”, esa trenza hecha con palmito autóctono del Margalló, busca recuperar una artesanía que habla también de sostenibilidad y memoria vegetal.

Sardinas a la brasa, también en el programa.
Y como el Mediterráneo es también color, el artista alcoyano Ximo Canet conducirá el taller “Los colores y los pescados del Mediterráneo”, donde los asistentes podrán experimentar con la técnica japonesa del gyotaku, estampando peces sobre papel en una mezcla de arte, biología y juego.
Els Magazinos: epicentro de sabor y cultura
Durante toda la jornada, los establecimientos de la Calle de los Sabores de Els Magazinos ofrecerán platos inspirados en los salazones, con el sello “Sol i Sal” y maridados con cerveza Turia.
Este corredor gastronómico se transformará en una ruta de bocados marinos, en los que el mojama, la tonyina de sorra, las huevas curadas o las anchoas artesanales serán los protagonistas absolutos.
“Sol y Sal” no es solo una feria: es una inmersión en el alma de la Marina Alta. Es un canto al Mediterráneo más auténtico, al que se huele y se saborea, pero también al que se recuerda y se honra.
A través del legado de “Saorito”, la comunidad gastronómica de Dénia no solo celebra un producto, sino también una forma de entender la cocina como memoria compartida.