
Jon de Miguel, al frente de la Taberna Plaza Nueva y sus cofrades.
La taberna de Bilbao que saca a desfilar sus 'pintxos cofrades' cada Semana Santa
Desde la Taberna Plaza Nueva Jon De Miguel rinde homenaje a las nueve cofradías que procesionan la ciudad.
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Como cada Semana Santa, por la Plaza Nueva de Bilbao desfilan unos 'cofrades' muy singulares. Estos lo hacen en forma de pintxos, los que viene elaborando año tras año Jon De Miguel, al frente de la Taberna Plaza Nueva, un emblema bajo los soportales de la icónica plaza en la Ciudad de Nervión.
Desde hace más de veinte años, cada primavera, en este clásico del Casco Viejo, De Miguel, combina rebanadas de pan, txistorra, atún, mayonesa, marisco y tantos otros ingredientes de los que pueda disponer en su bar. Una propuesta gastronómica tan visual como simbólica que se ha convertido en una cita imprescindible para locales y visitantes y, aunque este año no cuente con cofradía invitada y rendirán homenaje a las que salen cada día, se repite una vez más.
Ubicada en el número 9 de la emblemática Plaza Nueva, la taberna, con terrazo en el suelo y parte de su interior recubierto de madera, se transforma por completo durante estas fechas. Fotografías en blanco y negro de procesiones antiguas, capirotes, estandartes, cornetas y tambores decoran paredes y vitrinas, haciendo que el comensal sienta que ha entrado en un rincón sacro: el ya bautizado Rincón Cofrade de Bilbao.

Los cofrades a los que se rinde homenaje en la Taberna Plaza Nueva.
Los pintxos, convertidos auténticas obras de arte comestible, rinden homenaje a las nueve cofradías que procesionan por la villa bilbaína. Cada uno de ellos refleja, con minucioso detalle, los colores y símbolos característicos de estas hermandades. Pero no se trata solo de estética: detrás de cada pintxo hay técnica, sabor e imaginación.
Recetas que De Miguel, que hasta hace un par de años dirigía el local mano a mano con su hermano Txema, ha ido desarrollando tras la barra todo este tiempo donde guardan, entre otros, un pintxo de morcilla con crujiente de arroz que evoca el negro de la Cofradía del Santo Entierro, mientras que una emulsión de pimiento amarillo coronada con chipirón en su tinta recuerda la vistosa indumentaria de Jesús del Gran Poder.
Las creaciones, que pueden llegar a ser algo barrocas, son parte de la liturgia. Los habrá seguro devotos a elaboraciones de ediciones pasadas como un hojaldre relleno de marisco y verduras, flambeado al brandi y bañado en oro al vodka o La Santa Eucaristía, que se basa en "un gratinado de varios quesos con piña".
A estos se suman el de Veracruz, que lleva hábito negro con cordón blanco, y que De Miguel versiona con "chipirón en su tinta con clara de huevo frito"; distinto al que uno se comería si es más devoto a La Pasión, de hábito negro y rojo, y que consiste en una txistorra envuelta en hojaldre o el Cruzado, "un huevo relleno de bonito con una cruz roja hecha a partir de pimiento rojo".

El pintxo de La Pasión.
Para este miércoles santo ha preparado el de los Escolapios, que luce hábito granate, para el que utilizará una loncha de jamón, y para replicar el cordón rojo, tomate de ensalada con ali oli. En la vitrina también se puede ver la "vieira que rinde homenaje a Santiago Apostol". No confundir con "otra vieira con salsa chipirón que es de la hermandad de Begoña".

El Rincón del Cofrade, con su pintxo en homenaje a Begoña.
La propuesta se puede disfrutar lo que dure la Semana Santa. Así, quienes se queden en Bilbao o estén de visitas estos días, es una buena oportunidad de santificar la tradición y conocer la entrañable historia detrás de esta taberna y sus pintxos cofrades.