Paisaje semi desértico en Bardenas Reales, Navarra.

Paisaje semi desértico en Bardenas Reales, Navarra. iStock

Historias

Un erial con un suelo seco y pobre en nutrientes: España se puede convertir en una estepa en 25 años, según un estudio

El informe de la Universitat Politècnica de Catalunya señala un aumento de 22 días más de verano de altas temperaturas al año. 

Más información: "El sur de España se parecerá más en el futuro a lo que ahora es el norte de África, será más desértico"

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Cada vez está más claro, las temperaturas benignas del clima mediterráneo que disfruta la península están cambiando. Los termómetros marcan más extremos y la lluvia más irregular. Se espera que, para mediados del siglo, España se parezca más al norte de África que al clima que estamos acostumbrados

Un estudio del Centro de Políticas de Suelo y Valoraciones de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) advierte que el país se está convirtiendo en una estepa, seca y árida. Los autores del informe, dirigido por Blanca Arellano, han analizado las temperaturas y precipitaciones desde 1971 hasta 2022 y han hecho una proyección siguiendo esa tendencia hasta mediados de siglo.

El equipo presentó las conclusiones en el Congreso Internacional de Meteorología: habrá hasta 22 días más de verano, los periodos de sequía serán más largos, las lluvias torrenciales más habituales, pero, paradójicamente, el agua acumulada será menor. 

El estudio de la UPC proyecta una disminución, de entre el 14% y el 20%, en las lluvias para 2050, lo que afectará gravemente la disponibilidad de agua y la agricultura. Esta tendencia hacia la aridez no solo amenaza los ecosistemas naturales, sino que también tiene implicaciones socioeconómicas en la agricultura o el turismo. Asimismo, tendrá un impacto en la fauna y la flora, provocando la migración de los llamados refugiados climáticos. 

Si se analizan los datos descubiertos por el estudio, en los últimos 50 años, solo en el territorio peninsular español, la temperatura ha subido unos 3,72 °C. Una cifra muy por encima de la media mediterránea, de 1,58 °C. Y puede seguir subiendo 1,5 °C más, en el próximo medio siglo, lo que colocaría a España en una situación crítica, dentro de la cuenca, que ya de por sí es especialmente vulnerable a los efectos de la emergencia ambiental.

Eventos extremos

Los científicos han lanzado numerosas advertencias. De hecho, en la entrada de año, el servicio europeo Copernicus, que monitoriza los valores de los satélites, confirmó que la Tierra ya se ha calentado 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales que se usan como referencia. Si bien es cierto que ya se había superado ese umbral en numerosas ocasiones en zonas puntuales, estos datos se refieren a la media global de todo el año.

Peio Oria, exdelegado de la AEMET Navarra, se ha mostrado preocupado con estas "predicciones robustas basadas en datos". Indica que se verán qué consecuencias tendrán estos cambios en el clima "en un futuro no tan lejano" y que "van a alterar nuestro modo de vida".

Este físico detalla que, para entender el fenómeno, hay que mirar la parte y no al todo. El descenso total de lluvia ronda entre el 15 % y el 20%, "pero esto no quiere decir que no haya extremos de precipitación en escalas de tiempo más cortas. También hay indicios de que las descargas torrenciales son más habituales". 

Gráfico de la evolución de temperaturas.

Gráfico de la evolución de temperaturas. Observatorio sostenibilidad

Con la subida de temperatura, la atmósfera también puede acumular más humedad, a la vez que se acentúa la evaporación de las masas vegetales. Es como si el recipiente fuera más grande y, además, se echara más agua. Eso provocará que las tormentas sean más grandes y violentas. Oria lo resume en que "el ciclo del agua se está extremando en el sentido de que es mucho más rápida y activa".

España es muy diferente según las regiones, no es lo mismo Barcelona que Huelva, ni que Oviedo. El experto señala que lo más preocupante de este cambio será desde Cataluña, ocupando buena parte del Valle del Ebro, hasta el extremo sur andaluz, pasando por la Comunidad Valenciana. 

El clima semiárido de Castilla—La Mancha, Cuenca, Albacete, Ciudad Real o Guadalajara se iría extendiendo hacia el norte y el interior, hasta llegar a buena parte de Castilla y León, que actualmente tiene un ambiente más frío. Pasará de igual forma con Andalucía, que se ampliará hacia Extremadura, cerrando el arco. 

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas ha sugerido que entramos en territorio desconocido del que no se tienen referencias para saber qué va a pasar. 

El calentamiento del mar Mediterráneo está ocurriendo a un ritmo del 20% más rápido que el promedio global, exacerbando fenómenos meteorológicos extremos que ya se están sufriendo como la DANA.