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Poesía

En la orilla de las cosas

La escritora mexicana Gabriela Riveros publica un libro de poemas extensos y discursivos que representan un viaje dantesco a su inocente niñez

16 diciembre, 2019 23:44

Gabriela Riveros. Vaso Roto. Madrid/México, 2019. 88 páginas. 15 €

La mexicana Gabriela Riveros (Monterrey, 1973) tiene una amplia carrera académica y es autora de cuentos y de una novela, Destierros. En la nota final de su ópera prima poética, leemos que “surgió de manera paralela al proceso de escritura” de esa narración, que “hay una estrecha relación entre ambas obras” y que “hay hilos que van de un libro a otro”. Sin haberla leído, destaca también aquí una razón narrativa que hilvana siquiera las tres parte que lo componen.

En un breve prefacio, Alberto Ruy Sánchez alude a su “mirada reflexiva” y a que “toca la grieta viva donde los demonios de la infancia acechan”. A “lo que va dejando el tiempo”. En efecto, desde el presente, Riveros emprende un viaje dantesco a su inocente niñez, sí, pero también a su primera juventud: “el recuento de lo que he sido”, que surge a través de esas “grietas”. Como la de la nostalgia.

Para ello se desdobla, esto es, utiliza el recurso borgeano del doble, de ese otro que además es uno. “Doble vida” se titula el poema inicial, que empieza “Me siento sobre la tarde de mis cinco años”. “Ella la otra” pasa a ser una fórmula constante, poema tras poema. Con su otro yo dialoga. En esa conversación se centra la búsqueda. Ahí, los abuelos, el hermano enfermo, la historia de amor con el arqueólogo (en Madrid) y con el exiliado argelino (en París), etc.

Su formación musical aflora en poemas que son música y remiten a ella. Al fondo, su abuela, pianista, persona clave a la que dedica el libro: “soy esa música”.

Los poemas son extensos, discursivos. Los versos fluyen memoriosos con aires de crónica convulsa o de diario impetuoso. “Palabras de fuego”, según Ruy Sánchez. Las que hacen que su vida sea realmente suya. Detrás, la culpa, la permanente indagación acerca de “la vida que era tuya / y no elegiste”. Lo que ha pasado frente a lo que pudiera haber sucedido. Dos voces, que son una, se preguntan por ese “vivir escindido”. Por ese fatal desdoblamiento. Léase “Invención a dos voces”. Como ella misma señala, en “Geología propia” está Pacheco y su profética Morirás lejos.

En “Fuerza centrífuga”, la actualidad líquida de las redes sociales: “Afuera hay un marasmo / adentro no hay nadie”.

Cierra el volumen “La menor de los rarámuris”, un largo poema en torno a lo ancestral y al mito.