Cristina de Inza e Imanol Arias en 'Muerte de un viajante'. Foto: Sergio Parra

Cristina de Inza e Imanol Arias en 'Muerte de un viajante'. Foto: Sergio Parra

Escenarios

Siete reestrenos que te enchufarán a la nueva temporada teatral

Arthur Miller, Yllana, Lope, Lorca, Luisa Carnés, Woody Allen y Édouard Louis vuelven al escenario para seducir al gran público

3 septiembre, 2022 03:06

Muerte de un viajante

Vuelve la historia de autodestrucción de Willy Loman, la monumental obra escrita por Arthur Miller, dirigida aquí por Rubén Szuchmacher, adaptada por Natalio Grueso, producida por José Velasco y protagonizada por Imanol Arias. Trabajador infatigable, con sesenta y tres años, exhausto y agotado tras una vida sin descanso, Loman ve cómo su situación laboral se derrumba. Sus ventas ya no son las que eran y su productividad cae en picado, lo que provoca que la relación con sus jefes y sus compañeros se haga insostenible por momentos.

El personaje puede verse como un iluso de 63 años que se resiste a reconocer su mediocridad o, como bien defiende su amigo en la escena final, un hombre que ha luchado por superarse a sí mismo, un individualista que al final de la vida pretende que sus hijos le imiten. Según Liz Perales, “es un clásico tejido con numerosos detalles que dosifican sabiamente la información.

El conflicto social que nos cuenta -desarrollado sin adoctrinamiento ni propaganda-, es propio del hombre común de ayer y de hoy y probablemente de mañana. De antemano se sabe que Loman lo tiene todo perdido -Miller hasta nos lo dice en el título- pero lo importante es identificar las derivaciones morales en su camino hacia su trágico destino”. Acompañan a Arias en el reparto Andreas Muñoz, Miguel Uribe, Fran Calvo, Cristina de Inza, Virginia Flores y Daniel Ibáñez. Teatro Infanta Isabel. 7 de septiembre.

El perro del hortelano

Paco Mir muestra en el clásico de Lope (estrenado el año pasado en Almagro) los problemas de dos técnicos teatrales que quieren seguir adelante con la representación pese a que el resto de la compañía está bloqueada en una autopista. Por otro lado, y en un alarde espacio temporal, la trama “clásica” circula, inexorable y literal, a través del texto del Fénix de los Ingenios.

Para Mir, esta estructura antes que complicar la historia la simplifica: “Mientras los técnicos buscan salvar la función van explicando lo que ocurre y las intenciones de todos los personajes. De la anécdota del refrán siempre podemos aprender, pero es poca cosa comparado con las ganas que tiene Lope de gustar. Los juegos de palabras y la visión escénica de sus versos nos transmiten alegría. Como la mayoría de los clásicos, nos dice que lo importante es hacer las cosas bien”.

[Paco Mir hace hablar a Lope]

En la puesta en escena manda un espacio vacío. Es lo que necesita el director y escenógrafo para recrear los lugares que se van descubriendo a lo largo de la obra. “Esta simpleza es muy complicada”, explica a El Cultural el integrante de Tricicle. “Requiere mucha imaginación y muchos recursos dramáticos para que los pocos elementos escenográficos que aparecen se multipliquen, dando la impresión de un gran espectáculo o, mejor aún, conseguir que el público no se plantee que está asistiendo a un montaje con pocos medios”.

Uno de los aspectos que ha trabajado Mir ha sido la versión, más corta que la original, pero respetuosa con su métrica. El objetivo, explica, "es facilitar la comprensión a través de alternativas a las palabras en desuso y a referencias que ya han dejado de serlo". Teatros del Canal. 7 de septiembre.


A vueltas con Lorca

Lorca sigue siendo un referente indiscutible en nuestra escena. Tanto sus obras como su figura continúan cada vez más provocando fiestas inmensas en nuestra dramaturgia. Es ahora Carmelo Gómez quien oficia este ritual poético en el que participa de forma decisiva el piano de Mikhail Studyonov.

Vuelve este montaje a la sala que dirige Juan Mayorga, después de varios años evocando los versos del poeta de Fuente Vaquerso, para mostrar su cosmogonía artística con total plenitud. A vueltas con Lorca son fragmentos de “vuelos” de Federico que se abren del amor a la muerte; pero ahí no queda eso, este gran poema también vuelve en la otra dirección: de la muerte al amor.

[La voluntad de creer en el amor, el sexo, los sueños y… ¡el teatro!]

“En la obra reluce su vida y su obra. Sus miedos, sus obsesiones, el amor y la muerte como contrarios y al mismo tiempo compatibles. La poesía es como un bálsamo, como una fiesta. Es la libertad y su amenaza: la represión. Nos encontramos a un poeta que fue oráculo de sí mismo”, señala Gómez a El Cultural.

Lorca está rodeado de sus mujeres, de sus amigos, es el Lorca de la libertad, de la sugerencia, de la tierra, el Lorca de la metáfora, de la tragedia sin melodramas. La obra, dirigida por Emi Ekai, culmina un paseo entre versos desde el mundo sensual del hombre vividor, hedonista, apasionado, erótico, pansexual, hasta llegar al filo del aljibe donde Federico beberá su último vaso de agua. El actor danza en verso y prosa (acompañado también por Lope y Cervantes) sobre ese filo de amor y muerte. A través de la música y la poesía, y con una cuidada puesta en escena, la obra expone al público, a las verdades sencillas y a los enigmas del poeta. Teatro de La Abadía. 15 de septiembre.

Carolina Rubio en 'Tea Rooms'. Foto: MarcosGpunto

Carolina Rubio en 'Tea Rooms'. Foto: MarcosGpunto

Tea Rooms

Un texto de la añorada (y nunca bien rescatada) Luisa Carnés (Madrid, 1905- México D.F., 1964) y una producción del Fernán Gómez con dirección y adaptación de Laila Ripoll vuelven a hacer el milagro. El montaje lo culminan las magníficas interpretaciones de Paula Iwasaki, Silvia de Pé, María Álvarez, Carolina Rubio, Elisabet Altube y Clara Cabrera.

La historia de Tea rooms está ambientada en el Madrid de los años 30, en un conocido establecimiento de hostelería de la Puerta del Sol donde consigue "una colocación miserable" la joven Matilde, junto a otros empleados, "sencillos, ignorantes y cordiales". Cuenta el relato la vida de varias mujeres, empleadas de un distinguido salón de té.

Son Antonia, la más veterana; la mencionada Matilde, alter ego de la autora; Marta, la más joven, a la que la miseria ha vuelto valiente y decidida; Laurita, la protegida del dueño, frívola y despreocupada; Teresa, la encargada, el perro fiel, siempre defendiendo a la empresa…

Son mujeres acostumbradas a estirar un jornal que no da ni para comprar un billete de tranvía. Mujeres que sufren, que sueñan, que luchan, que aman… Y Madrid siempre de fondo, un Madrid convulso y hostil. Tea Rooms consagra a Luisa Carnés como la gran novelista de la Generación del 27. Calificada por la crítica como “portentosa”, esta novela-reportaje, basada en experiencias reales, rompe los esquemas narrativos de la época.

Es una novela esencial para acercarse a la realidad de las mujeres españolas de comienzos del siglo XX. Para Pilar Castro, “la trama va hilvanando datos de sus respectivas vidas, preocupaciones que vertebran los intereses de ese momento (desigualdad de las mujeres, necesidad de emanciparse, aborto ilegal, prostitución, vida cotidiana,) y percepción de los acontecimientos políticos del país (expulsión de los jesuitas, enseñanza laica, confiscación de bienes a los religiosos)”. Un trozo de nuestra historia literaria convertido en teatro urgente e imprescindible. Teatro Fernán Gómez. 20 de octubre

César Camino y Ana Azorín en 'Sueños de un seductor'. Foto: PA

César Camino y Ana Azorín en 'Sueños de un seductor'. Foto: PA

Sueños de un seductor

Juan José Arteche y Ramón Paso han revitalizado para el teatro a Woody Allen y su “sueño” cinematográfico. Allan Fix es un neurótico, recién llegado a la cuarentena, al que abandona su mujer, Nancy, con la excusa de que a su matrimonio le faltan risas y le sobran películas. Fix, desecho, recibirá la particular ayuda emocional de su mejor amigo y de su esposa…

Sueños de un seductor, la comedia de Woody Allen que estrenó en 1972, llega ahora al Teatro Reina Victoria con versión y dirección de Ramón Paso. “He modernizado algunas cosas, he tocado algún detalle aquí y allá, cambiado alguna escena de orden, y poco más”, ha señalado Paso a El Cultural.

"El público verá la versión de Sueños de un seductor más Woody Allen hasta el momento. La elección de esta comedia del director neoyorquino -explica Paso- obedece a la más absoluta admiración por el señor Allen. Sueños de un seductor es la comedia romántica llevada a la madurez. Te ríes más que con otras entregas y te emocionas más que con otros romances. Creo que nacer en 1976 y no tener a Woody Allen como referente es muy complicado”. Teatro Reina Victoria. 12 de septiembre


Para acabar con Eddy Bellegueule

Sobre la dirección de José Luis Arellano, la traducción de José Luis Collado, la interpretación de La Joven y una novela de Édouard Louis se asienta un homenaje a Gerardo Vera, que se encontraba en pleno proceso de preparación cuando murió víctima de la Covid-19 en septiembre de 2020.

Para acabar con Eddy Bellegueule es la historia de una transformación, la del niño peculiar que tiene que sobrevivir en un entorno de violencia, machismo, pobreza, homofobia y alcoholismo. El niño sensible e inquieto que debe ocultar su verdadero yo para intentar ser aceptado. El adolescente que se desvive por parecer un hombre de verdad y esquivar así el destino de abusos y humillaciones al que parece condenado.

Su autor, con una honestidad descarnada y luminosa, nos cuenta así la historia de Eddy Bellegueule, de su sufrimiento y de su liberación cuando por fin consigue huir de ese entorno. “Eddy es como un escupitajo espeso arrojado con violencia contra las conciencias bienpensantes de una sociedad instalada en una insensibilidad profunda hacia el dolor de los otros, en un deleznable rechazo a los que son diferentes", dejó escrito Vera.

Para el director, "este texto luminoso de Édouard Louis está impregnado de verdad, atravesado por los cuatro costados por una violencia verbal y física que no da respiro. Es un grito desesperado de un adolescente consciente de que para su familia no es más que un ser degradado, una fuente de vergüenza, de repulsión, de ignominia. Una maldición. Ecos de Genet y Koltès, la misma violencia, la misma fragilidad y la misma compasión hacia los personajes”. Teatro La Abadía. 26 de octubre

The Opera Locos

Yllana vuelve esta temporada con uno de sus “artefactos” cómicos más impactantes (todos lo son). Irrumpe de nuevo en la cartelera con su delirante ensalada de egos repleta de humor y aderezada convenientemente con las notas de las mejores óperas.

Una peculiar troupe, compuesta por cinco excéntricos cantantes, se dispone a realizar un recital con un repertorio de los más grandes compositores del género. A lo largo de la representación se irán desvelando las pasiones ocultas y los anhelos de cada uno de ellos, que traerán consecuencias disparatadas e impredecibles. "Una noche para recordar”, insisten. La marca Yllana no defrauda.

Los grandes éxitos de la ópera se fusionarán con otros estilos musicales de una forma nunca vista antes. Con una singular puesta en escena, la formación liderada por David Ottone (que dirige junto a Joe O'Curneen) consigue una experiencia nueva y diferente a la hora de experimentar la lírica y, sobre todo, a la hora de acercarla a todos los públicos de una manera fresca, inusual y divertida.

Esta idea, en la que ha participado Rami Eldar, llega ahora avalada por premios como el Max al Mejor Espectáculo Musical de 2019. Todo, con las voces de los solistas de María Rey-Joly, Mayca Teba, Toni Comas, Enrique Sánchez Ramos, Axier Sánchez y Juan Carlos Coronel. Teatro Marquina. 8 de septiembre