Portada de la serie 'La noche que Logan despertó', del cineasta Xavier Dolan.

Portada de la serie 'La noche que Logan despertó', del cineasta Xavier Dolan.

Cine

'La noche que Logan despertó', la cruda y esperanzadora despedida de Xavier Dolan

Filmin estrena en España la miniserie del cineasta canadiense, que explora esos tormentosos vínculos familiares que permanecen enquistados

6 julio, 2023 13:49

La muerte y la violencia pueden unir incluso más que la ternura y la vida. En la filmografía de Xavier Dolan (Canadá, 1989) esto ocurre con frecuencia, desde su primer filme, Yo maté a mi madre (2009) hasta Mommy (2014), película con la que cruzó el charco y logró colocar su nombre en el panorama internacional. Sin embargo, es en La noche que Logan despertó (2023), la primera incursión del cineasta en la televisión, donde mejor explora esos tormentosos vínculos familiares que permanecen enquistados. 

La serie, basada en una obra de teatro de Michel Marc Bouchard, contribuye al universo ficcional homogéneo que el canadiense ha configurado alrededor de las relaciones materno-filiales y los conflictos respecto a la identidad sexual. De nuevo, Dolan presenta a una madre coraje, Mado Larouche, protagonizada por su actriz predilecta, Anne Dorval. Su fuerte personalidad hace que tenga una relación turbulenta con sus descendientes, pero tras su muerte se convierte en el pegamento que inevitablemente los une. 

El primer episodio nos muestra que las vidas de sus cuatro hijos: Julien, Mireille, Elliot y Denis, incluso la de Chantal, su cuñada, están salpicadas por unos hechos que acontecieron hace treinta años. Dolan juega con los saltos temporales que entremezclan el pasado, a principios de los años 90, y el presente para presentar a los personajes. El formato serial juega una baza a su favor, ya que a través de cinco episodios de 60 minutos, el canadiense es capaz de trazar un retrato psicológico completo de cada uno de ellos y crear una profundidad que a menudo se le ha reprochado que faltaba en sus películas. 

Este despliegue temporal también permite a Dolan un grado de experimentación con el que salirse un poco de sí mismo, ofreciendo una historia que aborda las cuestiones habituales de su cine, pero con un envoltorio novedoso. Por ello, vuelve a indagar en las relaciones familiares, pero no desde el drama, sino desde el terror psicológico. Como hizo recientemente Joanna Hogg en La hija eterna (2023), Dolan utiliza la figura materna y el miedo para reflejar los demonios internos, los pensamientos intrusivos, la incomunicación y la disociación de unos personajes atemorizados por enfrentarse a la realidad.  

La puesta en escena ayuda a establecer una atmósfera típica del cine de terror, pero con los toques propios del cineasta, como la elección de una ecléctica banda sonora, esta vez en colaboración con uno de los grandes, Hans Zimmer, así como la estética cuidada y costumbrista de sus escenarios, que forma parte de su frecuente reivindicación de la identidad quebequense. 

Dolan ya había coqueteado con el melodrama en otra adaptación de una obra de Bouchard, Tom en la granja (2013). Sin embargo, en esta miniserie, la expresividad interpretativa del elenco incrementa su teatralidad, destacando Julie Le Breton y Patrick Hivon, como hermanos mayores, sobre los que recae la trama principal. Su frenetismo y sus adicciones generan un violento vaivén que produce incomodidad por no comprender hasta el final el origen del mismo. Pero también el propio Dolan, que interpreta al hermano pequeño, o Anne Dorval, la matriarca. 

Al comienzo de la serie, el personaje de Dorval aparece como una madre oscura, déspota y egocéntrica, pero a medida que se esclarece el conflicto y sus hijos plantan cara a sus fantasmas, su figura deja de estar empañada por la crueldad y la maldad. “Mi madre se pasó la vida intentando entender qué nos alejó lentamente los unos de los otros y se negaba a ver la verdad tal y como es. La vida a veces es cruel, y está muy alejada de la verdad y de la luz que ella creía que llevábamos dentro”, asegura Julien en el cuarto episodio.

Xavier Dolan no solo vierte un halo de luz sobre la madre, sino también hacia unos hijos que finalmente consiguen quitarse la mochila de la rabia y la culpa que venían cargados desde hace treinta años. Un final optimista, que contrasta con el pesimismo del propio director que recientemente ha asegurado estar cansado del cine y de hacer películas. Pase lo que pase, La noche que Logan despertó sería una magnífica despedida.