Verstappen, en un momento del GP de Bélgica.

Verstappen, en un momento del GP de Bélgica. Dan Istitene Getty

F1

Verstappen, el 'chico malo' que tiene en jaque a la Fórmula 1

El holandés ha sido advertido con una tarjeta amarilla -anticipo de sanción si vuelve a cometer conductas antideportivas- por su conducción extrema en Spa.

3 septiembre, 2016 00:50

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El piloto holandés de Red Bull Max Verstappen no se deja intimidar por las críticas ni mucho menos por los grandes nombres que pueblan el 'paddock' de la Fórmula 1.

El carácter de quien se proclamase el piloto más joven de la historia en adjudicarse un Gran Premio parece fortalecerse aún más con cada polémica, recordando en muchas ocasiones al talento de grandes campeones como Ayrton Senna en sus primeros pasos en la máxima categoría del automovilismo.

Verstappen aterriza en Italia robando todo el protagonismo al equipo Ferrari en su propia casa, sobre la mítica pista de Monza que se tiñe cada año del color 'rosso corsa' que visten los monoplazas de Maranello, religión para la legión de fans que invade el circuito en cada cita.

Este fin de semana, en el templo de la velocidad por excelencia la temperatura sube varios grados como consecuencia de la polémica salida, con colisión múltiple incluida, entre Max Verstappen y los dos pilotos de Ferrari, que terminó dejando a los tres fuera de juego en los primeros metros de Spa.

La posterior lucha codo a codo con Kimi Räikkönen y las repetidas quejas del campeón del mundo elevaron aún más la tensión, fijando todos los focos de atención, una vez más, sobre el joven holandés que no ha dejado indiferentes a los pesos pesados del 'paddock'.

Verstappen es un piloto que, como han hecho siempre a lo largo de la historia los grandes campeones, ha marcado territorio desde el primer día que se aupó a un Fórmula 1.

El joven holandés no respeta los galones de sus competidores a la hora de defender una posición si existe un hueco. Aunque sean apenas unos centímetros los que permitan una opción de adelantamiento o de defensa, Max Verstappen los usará hasta el final. Su jefe de equipo, Christian Horner, califica el comportamiento de su piloto como “pilotaje al límite”; otros como Räikkönen o Villeneuve, de “peligroso”; para Fernando Alonso ,por el contrario, las maniobras del piloto de la bebida energética en Spa son totalmente legales.

Entre sus detractores se encuentra el campeón del mundo Jacques Villeneuve. El canadiense le recomendó "relajarse" porque de lo contrario "acabará matando a alguien". Fiel a su controvertida personalidad, Verstappen le ha respondido: "Villeneuve debería fijarse primero en él mismo y en lo que hizo durante su carrera. Él mató a alguien, por lo que encuentro esa afirmación una falta de respeto a la familia del fallecido", en relación al accidente que tuvo en Australia 2001 y que le costó la vida a un comisario de la carrera.

El carácter de la estrella emergente no es nuevo, puesto que el año pasado dejó entrever en más de una ocasión de qué pasta estaba hecho. Durante la presente temporada, su ascenso a Red Bull sorprendió a propios y extraños a la vez que centró en el ojo del huracán mediático sobre su persona, hecho que el holandés ha encajado sin pestañear.

"No cambiaré mi modo de pilotar"

Verstappen, tras llegar a Monza, ha dejando claras sus intenciones ante sus detractores: “No cambiaré mi modo de pilotar”. Sus compañeros lo saben y el holandés está comenzando a aprovechar este factor para ganar puestos en carrera, consciente de que ahora muchos de sus competidores se lo piensan dos veces antes de atacar a su Red Bull. Saben que pueden ser ellos quienes tengan que rendirse en un cuerpo a cuerpo.

El delegado de la FIA Charlie Whiting ha dado el primer toque de atención al holandés mediante una tarjeta amarilla -anticipo de sanción si vuelve a cometer conductas antideportivas- por su conducta en Spa. Quizás para dejar contento al equipo Ferrari y a sus pilotos (con los que se reunió en privado).

Mientras, en las redes sociales y en los medios se debate sobre las semejanzas entre Max Verstappen y leyendas como Senna, aunque el holandés pertenece a una generación que no ha vivido la era Senna-Prost, una generación para la que la era dorada de Ferrari protagonizada por el gran Michael Schumacher es algo lejano que no tiene ni tan siquiera en la retina.

El futuro de Max Verstappen en los libros de historia de la Fórmula 1 aún no está escrito, pero a día de hoy es un piloto que goza de muchas de las cualidades así como del talento extremo de los grandes campeones. Y, como ellos, cada movimiento y maniobra en la pista será analizada con lupa critica por unos y con admiración por otros.