El chef de Tupío, Guti Moreno, y el sumiller Mario Fernández

El chef de Tupío, Guti Moreno, y el sumiller Mario Fernández

Vinos El vino favorito de

El chardonnay extremeño que cambió para siempre la carrera del chef de Tupío

El chef de Tupío, Guti Moreno, elige como vino fetiche un chardonnay de su tierra, Extremadura: un blanco con estructura y alma que marcó el inicio de su proyecto gastronómico en Miajadas.

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En Miajadas, un rincón de la provincia de Cáceres donde la llanura se funde con la tradición, la palabra “tupío” tiene un significado propio: satisfecho de comer o beber. Pero en el restaurante que lleva ese nombre, la saciedad no llega por cantidad, sino por emoción.

Inaugurado en octubre de 2024 dentro del complejo hotelero Finca la Desa, propiedad del grupo empresarial extremeño Laura Otero, Tupío se ha convertido en toda una referencia gastronómica gracias a una propuesta que honra la caza, la huerta y la honestidad del producto.

Apenas cuatro meses después de abrir sus puertas, obtuvo un Sol Repsol. Y en este 2025 ya acumula el premio a la Mejor Apertura de la revista En Salsa y el Mantel Blanco de Iberovinac a la mejor carta de vinos de Extremadura. Los reconocimientos, sin embargo, son la consecuencia natural de algo más profundo: una forma de entender la cocina como tierra, temporalidad y memoria.

Guti Moreno, chef de Tupío

Guti Moreno, chef de Tupío

Al frente está Guti Moreno, cocinero nacido en Miajadas que, tras una década de aprendizaje en casas como Atrio, Aponiente o Lera, decidió volver a casa. La pandemia casi lo aleja de los fogones, pero fue precisamente entonces cuando el grupo Laura Otero le propuso liderar este doble proyecto: el restaurante Finca la Desa y, meses después, Tupío, su apuesta más personal y reflexiva.

“Tupío puede definirse como una gran cocina de base, sin muchos lujos, humilde, con producto, sin florituras y con mucho sentido”, resume Moreno.

Su menú degustación es una travesía por Extremadura sin moverse de la mesa: cada pase rescata los ecos del monte, del huerto o del olivar, transformados con técnicas contemporáneas que no buscan deslumbrar, sino emocionar.

Hay una cocina de “chup-chup”, de fondos lentos, de caza mayor y menor que convive con caldos vegetales, hortalizas de su propio huerto y guiños marinos que conectan la región con el Atlántico. A veces un guiso, otras un bocado casi minimalista, pero siempre con la verdad del sabor por delante.

Sala de Tupío

Sala de Tupío

“Queremos situar a Miajadas en el mapa gastronómico de España”, afirma Miguel Manzano Otero, director del complejo. Y todo apunta a que lo están logrando. En Tupío, el comensal no solo se siente satisfecho: se reconcilia con el origen. Porque entre las ollas y el campo, volver a estar “tupío” es volver a sentirse parte de la tierra.

El latido de Extremadura en la copa

El Premio Mantel Blanco 2025 a la mejor carta de vinos de Extremadura, según Iberovinac, salón del vino y la aceituna de la región, reconoce la carta de vinos de Tupío como única en la zona gracias a su amplio repertorio de referencias, que incluye vinos de la región, de autor, referencias internacionales y una cuidada selección de espumosos y generosos.

Al frente de la bodega y de la sala está Mario Fernández, que conoció a Guti en Lera, meses antes de que les dieran la estrella Michelin. Mario estudió en la Escuela Europea del vino, es embajador de Laurent Perrier, y especialista en vinos de Jerez, Montilla-Moriles y Condado de Huelva.

Tras pasar por Ánima, La Guisandera de Piñera, el restaurante Retama o el citado Lera, el sumiller se encarga actualmente de sorprender a los clientes de Tupío desde la copa.

Alunado de Balancines

Alunado de Balancines

“El vino que más me ha marcado es de mi tierra, Alunado, concretamente la añada 2009, porque se elabora con uva chardonnay, mi fetiche”, explica el chef Guti Moreno.

“Es un vino con mucha estructura, muy gastronómico, pero lo más importante es que fue el primer vino que probé de mi tierra junto con Mario Fernández, aquí en Miajadas, cuando empezamos este proyecto”, recuerda. “Representa el inicio de esta aventura tan importante en mi vida, y que está marcando un antes y un después en mi trayectoria profesional".

Elaborado por la bodega extremeña Pago de los Balancines, Alunado hace referencia a la intensa luz que refleja la luna sobre las rocas blancas de la sierra pacense y que alumbra el Paraje de los Alunados.

“Un paisaje de piedra blanco en la noche, que trastorna a las gentes que allí pueblan hasta que, tras perder la noción de la realidad, encuentran el sentido de la vida”, cuentan desde la bodega.

Un vino blanco muy especial, elaborado solo en añadas excepcionales, con crianza en barrica de roble francés, perfecto para acompañar pescados azules, cordero asado y arroces. Con aroma a fruta fresca, lías finas, roble y cacao, en boca es cremoso, redondo, frutal y con una agradable persistencia de vainilla y toffe. Precio: 30 euros