El lechazo de Restaurante Mesón Casa Pedro.
No es Burgos ni Segovia, pero este pueblo de 1.000 habitantes tiene uno de los mejores lechazos de España: "Todo de 10"
Un lechazo al horno de leña que puedes disfrutar rodeado de un entorno natural y tranquilo.
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El lechazo o cordero lechal es uno de los platos más emblemáticos de Castilla y León y una de las joyas de la cocina tradicional española. Se trata de un cordero con menos de 35 días de vida y alimentado exclusivamente con leche materna, con un peso que suele oscilar entre los cuatro y los siete kilos.
Estas características hacen que su carne sea extremadamente tierna, suave, de un sabor delicado y con muy poca grasa infiltrada, lo que lo convierte en toda una exquisitez gastronómica.
Los lugares donde más fama tiene el lechazo son Valladolid, Segovia, Palencia, Burgos y Aranda de Duero. En estas zonas se crían razas ovinas como la Churra, Castellana y Ojalada, consideradas ideales para lograr un producto de alta calidad. De hecho, cuentan con su propia figura reguladora: la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lechazo de Castilla y León.
El cordero lechal se cocina normalmente en horno de leña de encina con agua, sal y un toque mínimo de manteca o aceite, durante unas dos o tres horas, de manera que queda jugoso por dentro, casi cremoso, y con la piel crujiente y un toque ligeramente ahumado.
A la hora de servir, se presenta en cuartos delanteros o traseros acompañados, si se quiere, de una ensalada sencilla para no eclipsar la carne y, a veces, de pan rústico y un tinto de Ribera del Duero como maridaje predilecto.
Para probar un buen lechazo no hace falta irse a los lugares más conocidos y concurridos, en pequeños pueblos tranquilos alejados del turismo masivo también elaboran un cordero lechal excelente que puedes disfrutar en un entorno natural.
Un buen lechazo junto al Duero
Es el caso de Herrera de Duero, a unos 10-12 kilómetros de Valladolid. Este pueblo de menos de 1.000 habitantes está situado junto al río Duero, una localización que permite explorar rutas rurales cercanas y caminos tradicionales de la campiña vallisoletana.
Allí se encuentra Mesón Casa Pedro, un restaurante tradicional especializado en cocina castellana auténtica. Fue fundado en 1988 por la familia Muñoz y hoy es un referente por su lechazo asado al horno de leña, que ofrecen a 58 euros el cuarto, una ración generosa para dos o tres personas.
Su carta incluye también cochinillo, carnes a la parrilla, mariscos (recomiendan probar los langostinos), y platos tradicionales como croquetas caseras o tortilla española.
Todo se elabora con ingredientes frescos y de proximidad, y se acompaña de una cuidada selección de vinos de la denominación de origen Ribera del Duero.
Con un 4.6 de 5 en Google y múltiples reseñas que celebran la labor de este establecimiento ("Todo de 10", dicen sus clientes), Mesón Casa Pedro se convierte en un espacio ideal tanto para comidas diarias como para celebraciones especiales y banquetes.