Así son los bares valencianos que reinterpretan los de siempre en los que darte un homenaje a buen precio

Así son los bares valencianos que reinterpretan los de siempre en los que darte un homenaje a buen precio

Restaurantes

Así son los nuevos bares valencianos de siempre en los que darte un homenaje a buen precio

Gente de barrio, gente de bar. Así son los creadores del Grupo Gastroadictos, un grupo gastronómico que ya tiene cuatro espacios en Valencia y va camino de abrir un quinto. 

20 noviembre, 2023 01:18

Mistela, cremaet, cassalla... Son los nombres de algunas de las bebidas más típicas de la Comunidad Valenciana. Pero también los de una colección de bares en la ciudad de Valencia, que están dando mucho que hablar. Ellos tres, junto a La Sastrería, son los proyectos del Grupo Gastroadictos, un grupo de amigos que brindaron a la gastronomía valenciana, una de las propuestas más interesantes de los últimos años. 

"Somos de bar", el inicio de una genial idea

Todo empezó en 2018, momento en el que los cuatro socios del grupo, deciden volver a los orígenes de la gastronomía castiza con un lema, 'somos de bar'. "Somos un grupo de cuatro amigos, tres de ellos se conocen desde el parvulario, han tenido otros negocios juntos y en 2018, por casualidades de la vida, surge la idea de montar un bar en el barrio en el que ellos habían crecido" cuenta a Cocinillas Néstor Vaccaro, director de operaciones del grupo.

Aquel primer establecimiento en Nou Benicalap, era Bar Mistela, el inicio de todo, un bar de los de toda la vida "a los que sabes que siempre volverás". "Antes ya era un bar y en 2019, tuvimos la suerte de abrirlo. Mistela ha sido un bar agradecido, uno que rápidamente todos han conocido. Recuerdo que oía a la gente en Valencia hablar de ello y no daba crédito, porque uno cuando está tan metido dentro de un proyecto, no eres consciente hasta que das un paso fuera y lo ves", explica Vaccaro.

Aquello fue un hit. Por concepto, cocina y ticket medio. Recuperaron la idea de esos bares de siempre en los que se sirven almuerzos, platos del día, arroces y platos de cuchara. Un espacio que además estaba muy pensado, con el barro, una paleta en color verde oliva o cañizo en el techo, haciendo alusión a la huerta.

Y fue el perfecto espacio en el que arrancar con una picaeta, desde sus fantásticas bravas a la sepia con mahonesa, pasando por la ensaladilla rusa, para seguir con un esmorçar con bocadillos tan sugerentes como el Top Mussafes, con un revuelto de sobrasada, cebolla pochada, jamón y queso.

Pero también comer y cenar, probando sus arroces -de una paella valenciana al senyoret- o platos que pasan por las brasas. ¿Lo mejor? Que abre ininterrumpidamente, con una carta de entre horas, para alargar con una copa o incluso merendar. 

La Sastrería y Bar Cremaet: el grupo se hace grande

Lucharon todo lo que pudieron con Mistela hasta alcanzar el éxito. Pero entonces llegó la pandemia y como a todos, la vida como la conocíamos les cambió. Pero de aquello supieron sacar partido. Porque durante aquel funesto 2020, aprovecharon el confinamiento para tejer un nuevo proyecto, uno que iba a estar ubicado en el barrio marinero por excelencia, Cabanyal-Canyamelar.

Allí nacía La Sastrería, un concepto que también tiene su zona de bar informal, pero que sumaba una parte del restaurante donde se cocinan productos de máxima calidad. La idea de bar cedía el testigo al producto, que aquí se convertía en el protagonista.

En un local que rinde homenaje a la esencia marinera del barrio, daban con una propuesta en la que no faltaban conservas gourmet, tablas de salazones curados en casa o unas croquetas líquidas de gamba roja y gamba marinada, que por sí solas justifican la visita.

Iban un paso más. Añadiendo toques creativos a los platos, arroces, pescados de lonja a la brasa y una sección de fueras de carta en la que estos días no faltan rebozuelos a la mantequilla, croquetas de all i pebre o pescados salvajes como el borriquete.

¿Qué más podían hacer? "Pensamos que los bares eran escalables, que podíamos abrir otro bar y surgió un local en la Avenida del Puerto. Pensamos en darle una vuelta, en hacer ver que éramos el mismo grupo, pero que a la vez, este tuviera su propia alma", indica. Con ello contaron una historia, la del cremaet, y así es como bautizaron a este nuevo bar. 

"El cremaet no es el final de una comida sino el principio de otras muchas cosas. Es un símbolo de unión, comboi y reencuentro", afirman. Y es que aquella bebida que vino de Cuba, hoy es un símbolo de la Comunidad Valenciana. De hecho, el propio grupo cuenta cómo llegó "de otro océano, del puerto, y desde el Grau a lomos del trenet se extendió por toda la ciudad."

Recordando ese tren que llegaba por la Avenida del Puerto, dieron personalidad a este espacio con una carta de tapeo, arroces y entrepanes, donde probar el fantástico pepito de titaina o un chivito

En 2022 llega Bar Cassalla, un homenaje a las brasas

Para cerrar el círculo, el camino por los barrios valencianos les llevó hasta el distrito del Ensanche, justo frente al antiguo Mercado de Abastos, considerado en su época como uno de los mejores de toda Europa, impulsado por el barón de Cárcer, alcalde la ciudad, que desde hace años es un instituto.

"Aquí quisimos dar otra vuelta de tuerca y hacer algo con las brasas. ¿Y si hacemos los almuerzos a la brasa? Todo lo que pasa por ahí luego está más bueno. La gente quiere la torrada", recuerda Vaccaro. "Queríamos volver a tener ese bar de siempre, mucho acero, inox, barras largas, el destilado valenciano que es la cazalla y las brasas". 

Así surgió Bar Cassalla, su cuarto local en el que replican éxitos del grupo como las bravas, la ensaladilla o el torrezno y en el que también entraban platos que pasaban por la parrilla como las flores de alcachofa, las bandejas de embutido a la brasa o el calamar con sobrasada y patata.

De barrio y para el barrio

Y dentro de este conglomerado de restaurantes y de una familia que forman ya más de 150 empleados, han hecho muy bien las cosas. "El horario de un bar es muy amplio y al abrir de mañana a noche, nos da una amplitud de horario que hace que podamos atender a mucha gente, pero también a cuidar a nuestro equipo", explica Néstor.

"Con los restaurantes, los turnos son partidos, se castiga mucho más al trabajador. Este concepto tiene sus pros y sus contras, pero nos da esa posibilidad de ajustar turnos de ocho horas, con dos días de libranza consecutivos y ayudar a la conciliación laboral y familiar."

A todo ello suman que además de ser una gran familia y ser de barrio, hacen barrio. "Cada vez que abrimos un local, invitamos a los vecinos de las fincas que nos rodean. Vamos puerta con puerta, presentándonos y explicando lo que vamos a hacer", nos cuenta Vaccaro. Tanto es así, que durante los meses que dura la obra, les brindan sus teléfonos personales, por si tienen algún problema

¿Lo que consiguen? "Crear un vínculo con el vecino. Los invitamos a comer cuando abrimos y lo hacemos con un doble sentido. Uno para permitirnos hacer un rodaje interno y dos, para obtener el feedback de los propios vecinos. Así tenemos una primera toma de contacto con cliente, que nos va a decir la verdad."

Cada vez que llega la Navidad, obsequian a todos los vecinos con una botella de mistela y un turrón. "Son nuestros primeros prescriptores. Tenemos vecinos que bajan todos los días a por un bocadillo." Y eso, en los tiempos que corren, es una maravilla.

¿Lo próximo? El 15 de enero de 2024, el grupo añade una apertura más a su plantilla. Por ahora, nos han desvelado que estará en la zona de Cortes Valencianas y que habrá "mucho producto de la terreta", con dos plantas y una terraza privativa. ¿El nombre? Lo desvelarán próximamente, pero seguirá su filosofía de "ganas de hacer las cosas bien, pasión por la cocina y un enorme cariño por los barrios."