La Llorería, una barra gastronómica con buena comida y precio asequible

La Llorería, una barra gastronómica con buena comida y precio asequible

Restaurantes

La Llorería, una barra gastronómica informal donde se come muy bien

Sentarse en una barra en un ambiente desenfadado y comer platos de elaboración creativa y llenos de sabor a precios populares

26 septiembre, 2022 09:23

Cada vez se han popularizado más las barras gastronómicas, y tenemos grandes ejemplos a lo largo de toda la geografía española. En este caso hablamos de La Llorería, un nuevo proyecto que surge en el barrio madrileño de Malasaña y que sorprende con creaciones muy interesantes.

Fusión entre la barra tradicional de bar que tanto nos define y la barra japonesa, nace hace años el concepto de la barra gastronómica en España. Un punto intermedio que busca acercarnos hacia la alta cocina (o al menos más elaborada) en un ambiente desenfadado. La Llorería consigue precisamente esto.

Y lo hace con algunos aspectos muy interesantes como, por ejemplo, huyendo de la ya repetida hasta la saciedad y aburrida fusión asiática. La Llorería puede presumir de no ser un restaurante lleno de referencias a dicha cocina, apostando más por el producto y la tradición española, desde el prisma de sus creadores Carmen Alti y José Certucha.

La barra de La Llorería

La barra de La Llorería

Aunque la barra de La Llorería es el eje central del restaurante, hay que recordar que este cuenta además con cuatro mesas, una de ella donde pueden comer hasta cuatro personas cómodamente. Pero si uno quiere vivir la experiencia más auténtica, recomiendo encarecidamente sentarse en la barra.

Cocina pura

La propuesta gastronómica de La Llorería gira en torno a un concepto claro: cocinar de verdad. Fondos de «chup chup», trabajo del producto, elaboración de todo desde cero... aquí se cocina, algo que puede parecer evidente, pero no lo es tanto.

La propuesta es amplia y conviene ir al menos con un acompañante para poder pedir varias medias raciones y probar lo máximo posible. El cómo está compuesta la carta invita a ello, y que ofrezcan en su mayoría de platos la posibilidad de pedir media cantidad es un detalle a la hora de probar más cosas.

Bonito con piparras

Bonito con piparras

Empiezo con un plato de temporada, un bonito con piparras y agua de tomate (22/14.50 €). Un plato correcto donde las potentes piparras de este año debido a la insolación tapan el bonito, que solo aporta textura. Correcto, pero se ve claramente que en esta cocina se trabaja bien.

Puntillitas con coliflor, plato icónico de La Llorería

Puntillitas con coliflor, plato icónico de La Llorería

Sigo con uno de los platos ya icónicos en La Llorería, muy merecido. Unas puntillitas acompañadas de coliflor y bacon ibérico (18/11 €). Una demostración de que los chopitos pueden ser parte de un plato más complejo y no siempre único. Riquísimo.

Tomates cherry con miso

Tomates cherry con miso

Otro plato de temporada son los tomates cherry con un miso emulsionado con mantequilla noisette y brotes fermentados de mostaza (16/10.20 €). Un plato realmente interesante que dan una nueva vida a un tomate que ha sido denostado y se convierte aquí en elemento principal, pero sin destacar demasiado ya que se integra genial con ese miso y mantequilla. Muy bueno.

Guiso de tendones y puerro a la brasa

Guiso de tendones y puerro a la brasa

Acabo la parte salada con un maravilloso guiso de tendones y puerros a la brasa (16/10.50 €), con un toque a hierbabuena que nos lleva a los potajes andaluces de inmediato. Aquí es donde esa cocina de fondo y paciencia hace acto de presencia y reclama su lugar en la cocina moderna. Buenísimos.

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De postre, una bomba: pasta kataifi (muy usada en Grecia, Líbano y Turquía) para hacer un dulce casero con queso mascarpone, sirope de arce y pistachos (7.50 €). Un postre realmente icónico, que se sale de lo normal y nos ofrece algo totalmente diferente.

La bodega de La Llorería está compuesta por una selección corta pero muy bien elegida de referencias que se salen de lo común. Si te gusta probar vinos y descubrir nuevas pequeñas joyas, este es un lugar perfecto. El trabajo de búsqueda y selección es importante aquí, y se nota. Todo ello conteniendo los precios y sin subir nunca de los 40 € por botella.

La Llorería es una estupenda barra gastronómica que apuesta por las raíces, el producto y la cocina de fondo. Dejando atrás las fusiones y el aburrimiento nos hace disfrutar de una propuesta en la que nos costará elegir un plato.