Vicente Nicolau, propietario de Las Brasas Steak House en Mallorca.

Vicente Nicolau, propietario de Las Brasas Steak House en Mallorca. E.E.

Reportajes gastronómicos

Vicente, dueño de una hamburguesería en España: "Trabajo 12 horas sin librar, pero me llevo 4.000 € a la semana"

Abrir un restaurante parece un sueño, pero la realidad es dura: inversión alta, jornadas interminables y márgenes que obligan a trabajar sin descanso.

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Tener un restaurante no es nada sencillo, pues se trata de un tipo de negocio que requiere de mucho esfuerzo para poder conseguir los resultados deseados. De hecho, en España, un 60% de los restaurantes cierran en su primer año, y un 80% cierran antes de los 5 años.

Pese a ello, muchas personas se deciden a abrir su propio establecimiento, a menudo con la falsa creencia de que se trata de un emprendimiento sencillo, pero que realmente requiere de una notable inversión económica, y el tener que manejar diferentes aspectos para alcanzar el éxito.

Acerca de estos asuntos ha hablado Vicente Nicolau, propietario de Las Brasas Steak House en Mallorca, en una entrevista con Adrián G. Martin, que a través de su canal de YouTube visita diferentes negocios para que sus seguidores conozcan los entresijos de las empresas de diferentes sectores.

La esclavitud de trabajar en un restaurante

A lo largo de la charla se ha podido conocer de primera mano cómo funciona un negocio de hostelería, y entre otros asuntos, ha hablado claramente de la esclavitud que supone estar del todo implicado en el trabajo de un restaurante propio.

Vicente asegura que el dueño, al menos en su caso, debe trabajar todo el día, encargándose de atender llamadas desde primera hora del día, de la cocina, de la gestión del personal, de hacer pedidos y de revisar las cuentas al terminar la jornada.

A todo ello hay que sumar que incluso al llegar a su casa está pendiente mentalmente del negocio, de manera que le resulta imposible poder desconectar, como sí sucede en otros tipos de negocios.

En este sentido, tiene claro que los empleados tienen días libres, pero el dueño no, y explicando su caso en particular, solo durante un mes de vacaciones al año consigue desconectar completamente y relajarse.

Hablando de su experiencia personal, destaca que trabaja 12 horas al día y no tiene días libres, pero a pesar de ello consigue ganar entre 3.000 y 4.000 euros por semana.

La rentabilidad de un restaurante

La apertura de un restaurante no es nada sencilla, en gran parte por la gran inversión que requiere, y que depende en función del tipo de local. Además, mientras que montarlo desde cero supone comprar y montar todo, un traspaso, que es más caro, ya tiene el negocio montado.

A pesar de que pueda parecer que esta última opción es la más interesante, no siempre es así, ya que el precio solo será razonable si hay una facturación que lo respalde. Vicente explica que un restaurante que facture 1,5 millones de euros al año puede justificar un traspaso de 500.000 euros.

Esto es así porque permitiría recuperar la inversión en 2-3 años, si bien, un local que apenas factura unos 500 euros diarios, nunca podría justificar un coste de traspaso tan elevado. Además, no tiene problema en hablar de lo que supone una inversión inicial desde cero.

En el caso de que se comience sin tener nada, asegura que la inversión aproximada para un establecimiento con un aforo de unos 150 comensales se puede elevar hasta unos 200.000 euros, por lo que hay que pensarlo muy bien para evitar el fracaso.

No solo hay que tener en cuenta esa inversión inicial, sino que la gestión de un restaurante implica tener que afrontar una serie de costes fijos diarios, que incluyen los sueldos de los trabajadores, la Seguridad Social, la luz y el agua, los impuestos y la compra del producto.

Según calcula Vicente, son necesarios unos ingresos de 1.500 euros diarios como mínimo para no perder dinero con el negocio, ya que situarse bajo esta cifra, supondrá tener pérdidas. Confiesa que hay días en los que abrir el local supone perder dinero, y aunque es normal, si se acumulan demasiados de esos días, se puede entrar en crisis.

La CRUDA Realidad de TENER un RESTAURANTE en España

El dueño de este restaurante en Mallorca explica que el margen de beneficio ronda el 25%, aunque al pagar los impuestos se reduce aún más, y también se ven afectados por la inflación, que afecta de manera directa al coste del producto.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, recalca que con un negocio de hostelería se puede vivir bien, pero hay que tener mucha dedicación, con un máximo de un mes de vacaciones al año, aunque muchas veces es de apenas un par de semanas.

Vicente confirma que retirarse joven o vivir sin trabajar es prácticamente imposible y que habitualmente un hostelero trabaja hasta los 70 años como mínimo, además de recordar que muy poca gente se hace millonaria en este sector.

Un negocio duro y exigente

En conclusión, Vicente Nicolau destaca que, aunque abrir un restaurante parece un sueño, pues siempre se imaginan mesas llenas, buena comida y clientes felices, la realidad es muy diferente, y aunque se puede conseguir, es un camino lleno de obstáculos a superar.

Adentrarse en el terreno de la hostelería supone tener que realizar una inversión inicial muy alta, trabajar con márgenes ajustados y saber lidiar con el estrés diario y pocos días libres. Además, hay una gran competencia y se depende mucho del ticket medio y del tipo de cliente.

El éxito en hostelería requiere de perseverancia, disciplina, sacrificio y un buen producto, pero aunque todo ello se reúna en un negocio, la vida del hostelero no es nada sencilla.