Verduras

Coliflor con bechamel de miso y frutos secos, una receta que amarás

Descubre una receta fácil y original para preparar coliflor con bechamel gratinada y que le guste a todo el mundo. La salsa de miso y frutos secos le darán un toque especial.

7 mayo, 2021 18:31

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Me encanta la coliflor, tenéis que quererme así, aunque muchos estéis poniendo ahora mismo cara rara. No lo haríais, desde luego, si hubiéseis preparado alguna de nuestras superrecetas con coliflor o si supiérais lo beneficiosa que es para la salud. En Navidad en casa triunfó por todo lo alto la Coliflor Wellington (vegetarianos, venid a mí) pero si queréis algo ligerito y perfecto para la dieta aplaudiréis el colirroz tres delicias, un arroz tres delicias en el que se sustituye el cereal por la coliflor rallada, ¡y está buenísimo! 

Pero en realidad, en mi casa y de toda la vida, se ha preparado la coliflor con bechamel y patata o la coliflor simplemente cocida y acompañada con mahonesa. Llegaba la coliflor, la aplastábamos con un tenedor junto con la patata, añadíamos la mahonesa y lo mezclábamos todo bien.

La versión de hoy, con bechamel, me recuerda más a la que hacía mi madre cuando yo era muy pequeña y así me invitaba a que, esta col que puede tener tufo si nos pasamos de cocción, me gustase. Después, ya de más mayor, me he lanzado yo con otras recetas triunfadoras como la coliflor a la importancia o los medallones de coliflor en salsa de puerros con guisantes. Está claro que si esta verdura os aburre o no os convence es que es responsabilidad vuestra, ¿no? 

Cómo hacer coliflor con bechamel de miso y frutos secos

Ingredientes

  • Coliflor, 1 ud
  • Patatas medianas/grandes, 2 ud
  • Queso gruyere, 100 g
  • Sal, c/s

Para la bechamel de miso

  • Mantequilla, 100 g
  • Harina, 90 g
  • Leche entera, 1 litro
  • Miso rojo, 1 cucharada
  • Frutos secos variados, 1 puñado
  • Sal, c/s
  • Pimienta negra molida, c/s

Paso 1

Quitar las hojas verdes de la coliflor limpiándola bien y trocearla separando los floretes, que no queden demasiado pequeños ni tampoco muy grandes. Pelar las patatas y trocearlas también, en trozos medianos. 

Paso 2

Preparar una olla con abundante agua con sal y llevarla a hervir con un poco de sal. 

Paso 3

Poner a cocer las patatas primero durante 5 minutos y, después, añadir la coliflor. Cocinar durante 5 minutos más o hasta que esté ligeramente tierna al ser pinchada, que se pinche bien, pero que no esté blandísima. Sacar del agua y enfriar rápidamente. 

Paso 4

Para preparar la bechamel disponer un cazo al fuego con la mantequilla y derretir ligeramente. Cuando la mantequilla esté derretida añadir la harina a fuego medio removiendo sin parar, con cuidado de que no cambie de color pero sí que se cocine bien. Tendremos que tenerla a fuego bajo-medio durante unos 3-5 minutos. 

Añadir entonces la leche previamente calentada, subir el fuego y remover bien con la ayuda de las varillas hasta que la bechamel empiece a coger cuerpo.

Paso 5

Poner entonces dentro el miso y mezclar bien. Añadir también los frutos secos y poner a punto de sal y de pimienta negra. 

Paso 6

Verter la bechamel de miso y frutos secos sobre la coliflor y la patata cocidas, que tendrán que estar en una bandeja apta para el horno. 

Paso 7

Precalentar el horno con el grill encendido a 210 ºC. Rallar el queso por encima de la bechamel, de forma abundante y bien extendido, y llevar al horno durante aproximadamente unos 10 minutos o hasta que todo esté bien caliente y gratinado. 

Trucos y sugerencias

Si no queréis consumirlo al momento podréis dejar toda la preparación lista a falta de gratinarlo. También podréis congelarlo. Se quedará listo con la bechamel ya incorporada y con el queso ya rallado. Luego sólo tendréis que tener en cuenta que llevará más tiempo calentarlo en el horno así que habrá que quitar el grill al principio y bajar el horno a 180 ºC hasta que esté caliente y descongelado y ya luego subir la temperatura y encender el grill para que se gratine por completo. 

Esta receta, vegetariana, admite también otros tropezones en la bechamel como pollo, cecina, jamón o huevo duro. Las posibilidades son infinitas incluso admitiendo un poco de sardinillas o caballa para acercarnos más a Japón.