Aunque la receta de hoy vale para todo el año, sobre todo para primavera que es la estación de temporada, una crema de guisantes y trufa es la excelencia y el sabor puro incluso en fechas señaladas.

Hoy en día, pueden encontrarse verduras y vegetales en conserva de muy buena calidad (sólo contienen el vegetal, agua y sal) o, igualmente, congelados. Esto nos viene que ni pintado, pues en primavera, cuando sea época de guisantes, la mejor forma de probarlos es ligeramente cocinados y, como suele ser merced, bien acompañados de un huevito. Pero en fechas como ahora son perfectos para ser usados congelados y terminar en una crema ligera, perfecta para empezar una comida o para solucionar una cena.

Recetas así, que pueden dejarse preparadas con antelación, son la mejor opción para tener un buen fondo de nevera y así ahorrar tiempo en la preparación de las comidas diarias.

Esta crema de guisantes es muy fácil de hacer, no hay que enredar mucho y, a la hora de la verdad, se dejan con el fuego al mínimo. Justo antes de servirlos, se terminan con un buen pesto de trufa de calidad hecho con ingredientes naturales o con trufa rallada natural si disponemos de ella. La combinación es sin duda ganadora como entrante para cualquier día. Además, podemos hacer sólo una tanda grande y congelar el excedente. 

A la hora de utilizar trufa en los platos, es importante saber que el juego de ingredientes está algo limitado. Es decir, no se pueden poner ingredientes muy potentes que puedan enturbiar el sabor y el olor de tan preciado hongo. Dicho esto, si la idea de la crema te ha parecido bien, pero la de la trufa no, hay otras muchas opciones de cremas con guisantes para poder hacer estas fiestas: crema de puerros y guisantes, crema de guisantes y menta o de limón y lechuga.

Cómo hacer una crema de guisantes con trufa

Lo importante es hacer un buen sofrito y, también, triturar la crema a conciencia para que quede lisa y sedosa. Si la congeláis tendréis que tener en cuenta que hay que volver a triturarla una vez descongelada para que se vuelva a emulsionar bien. 

Ingredientes

  • Mantequilla, 60 g
  • Guisantes congelados, 600 g
  • Patata, 400 g
  • Cebolla grande, 1 ud
  • Puerro, 1 ud
  • Caldo de verduras, 600 ml
  • Sal, c/s
  • Pimienta negra, c/s
  • Pesto de trufa negra o trufa negra natural, 2 cucharaditas

Paso 1

Pelar la patata, la cebolla y también el puerro quedándonos sólo con la parte blanca. Chascar la patata como si fueran para hacer un guiso, picar fina la cebolla y el puerro y empezar a hacer un sofrito a partir de la cebolla y el puerro en la mantequilla derretida. Utilizar un cazo de fondo ancho para ello. Añadir también sal para que todo poche uniformemente. Se puede tapar la olla y siempre a fuego bajo, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

Paso 2

Cuando ya esté todo bien pochado, tras unos 20 minutos, añadir las patatas chascadas y los guisantes todavía congelados y remover bien. Incorporar el caldo de verduras y dejar que arranque el hervor. Una vez haya comenzado a hervir bajar el fuego y dejar cocinar 20 minutos. 

Paso 3

Si hay demasiado caldo retirar un poco de éste y triturar la crema muy bien, usando un vaso batidor para que emulsione completamente. Olvidándonosla casi en el vaso, triturando todo unos 10 minutos. Si vemos que es muy densa añadimos el resto del agua. Poner a punto de sal y de pimienta negra. 

Paso 4

Servir la crema de guisantes caliente en formato más grande como primer plato o también en vasos de chupito pequeños como aperitivo. Terminar por encima en el último momento con el pesto de trufa o la ralladura de trufa negra para aromatizar, podríamos incorporar también un poco de quinoa suflada para dar un contrapunto crujiente o incluso un huevo poché. También podríamos añadir algunos guisantes sin cocinar para encontrar su textura y un poco de mozzarella fresca.