Verduras

Rosti de patata y chucrut con huevos fritos, te alegra el desayuno y te soluciona la cena

Para el almuerzo, brunch o comida, este rosti de patata nos hará viajar a Suiza con una receta diferente pero sencilla en la que los huevos fritos le pondrán el toque final.

19 noviembre, 2020 19:15

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Del mismo modo que todos los países, España incluido, tienen su versión del pan, no hay país sin una receta icónica de patatas. ¿Por qué? Pues porque, al fin y al cabo, es un alimento barato, socorrido y que admite una infinidad de preparaciones.

Esta receta es muy parecida a lo que sería el hash Brown en Estados Unidos o, salvando las diferencias, una tortilla de patata en España. El Rosti, un plato suizo, se consumía originalmente antes de que los agricultores se fueran al campo a trabajar. Era contundente y llenaba la tripa. Hoy en día se ha vuelto muy conocido y se prepara en muchos países aledaños para almorzar.

Lejos de lo que pueda parecer, se trata de una receta muy sencilla, pero sí que es cierto que se debe tratar con delicadeza porque las tortitas se pueden desmontar con facilidad. Hay que enredar un poco en la cocina, pero el resultado lo merece. Sobre todo si, ‘lo españolizamos’ y le incorporamos un huevo frito y también posiblemente un poco de chutney de pimientos o, cada cual, lo que prefiera.  

Para dar ese contrapunto tan molón, aunque la receta tradicional no lo incorpora en su interior, le podemos añadir ese chucrut que fermentamos hace unas semanas y le aportará esa potencia y umami que, sin saber muy bien el porqué, tanto nos gusta.

Cómo hacer rosti de patatas y chucrut

Ingredientes

  • Patatas grandes, 2 u
  • Chucrut, 50 g
  • Queso Mascarpone, 1 cucharada grande
  • Sal, 2 cucharaditas
  • Pimienta negra, 1 cucharadita
  • Aceite de oliva para freír el huevo y para la sartén, 300 ml
  • Huevos camperos, 4 u
  • Opcional: chutney de pimientos, champiñones salteados...etc

Lo bueno de esta receta, al igual que ocurre con la mayoría de platos con patatas, es que es muy adaptable y admite una infinidad de preparaciones. Con calabacín funcionan a la perfección o aprovechando una verdura de temporada como la calabaza, salen estupendamente, además de ser muy saludables. Tortitas vegetales que siguen combinando igual de bien con un huevo en cualquiera de sus infinitas manifestaciones.

Paso 1

Lavar la patata y pelarla. Rallar con un rallador grande o, si no tenemos, podremos también triturar la patata en un robot de cocina, ligeramente para no hacer un puré. Lo ideal es darle golpes secos de triturado hasta verlo bien. 

Paso 2

Mezclar la patata rallada con el chucrut (que se compra en botes en el supermercado) y el queso mascarpone. Incorporar también sal y pimienta negra abundante. Podremos sustituir el queso mascarpone por queso crema normal también. 

Paso 3

Calentar una sartén con un poco de aceite, mejor si la sartén es antiadherente, y poner cucharadas de la preparación. Con cuidado darle forma de tortita. Nos podremos ayudar de una espátula. Dejar a fuego medio al principio, para que se tueste bien y tapar, así también la patata se cocinará por dentro, podremos bajar el fuego ligeramente para que no se queme. 

Paso 4

Tras 4 minutos por un lado, con mucho cuidado y la ayuda de dos espátulas dar la vuelta a las tortitas. A fuego medio dorar por el otro lado también tapadas, otros 4 minutos aprox. Hay que ser conscientes, y es muy importante, que la patata interior del rosti tiene que cocinarse y no tarda mucho porque está rallada pero sí un poco. También podéis acabar las tortitas de patata en el horno a 180 ºC durante 10 minutos. 

Paso 5

En una sartén calentar abundante aceite, cuando esté bien caliente añadir uno a uno los huevos para freírlos con puntilla. El secreto del huevo frito es: abundante aceite, añadir desde lo más bajo posible y dejar freír durante 45'' sin tocarlo. Luego retirar con una espátula a un plato con un poco de papel para quitar el exceso de aceite. 

Paso 6

Servir los Rosti con los huevos fritos por encima y, opcionalmente, con un poco de chutney de pimiento o con lo que a cada uno le apetezca: unas setas salteadas, un poco de trufa, unas yemas de erizo, unas salchichas, un poco de beicon.