Jordi Roca, chef con 3 estrellas Michelin, y su sencilla receta de gazpacho de melón con jamón: Huele a huerto

Jordi Roca, chef con 3 estrellas Michelin, y su sencilla receta de gazpacho de melón con jamón: "Huele a huerto"

Sopas y cremas

Jordi Roca, chef con 3 estrellas Michelin, y su sencilla receta de gazpacho de melón con jamón: "Huele a huerto"

El cocinero catalán ha compartido su propia versión de este típico plato de la cocina española.

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¿El cuerpo te pide gazpacho, pero no quieres el mismo de siempre? (Sin desmerecer a la deliciosa receta andaluza tradicional, por supuesto). El extravagante chef Jordi Roca propone una versión diferente, "fresquita, salada y sabrosona".

Así ha presentado el plato a través de un vídeo de Instagram donde aparece preparándolo, en una sección que ha creado llamada 'Cosas de casa'. En ella cocina (solo o acompañado) y pfrece consejos culinarios a su más de un millón de seguidores. 

El pequeño de los hermanos Roca no ha dado referencias exactas de la cantidad necesaria para elaborar el gazpacho, sólo señala que podemos seguir la receta tal como él la hace: "a ojo". "Las fuerza os va a acompañar", asegura.

"Os deseo lo mejor a todos, que la disfrutéis... y, sobre todo, ¡pasea por la sombra!, ¡no te derritas bombón!", termina diciendo el cocinero en tono jocoso.

La receta de Jordi Roca

Como decimos, Jordi no ofrece una receta concreta de este gazpacho de melón con jamón, pero nos aventuramos a hacer una aproximación de ella. A continuación, todos los ingredientes y detalles:

Ingredientes

  • Melón, 1
  • Calabacín, 1
  • Pimiento verde italiano, 1
  • Pan duro, unas 2-3 rebanadas
  • Jamón serrano, 3-4 lonchas
  • Aceite de oliva y sal (al gusto)

Paso 1

Cortamos el melón en trocitos medianos similares y metemos la mitad en el congelador. La otra mitad la reservamos para triturar en la batidora con el resto de ingredientes.

Paso 2

Ahora cortamos el calabacín y el pimiento verde en rodajas.

Paso 3

Colocamos el calabacín, el pimiento y el melón cortados en una batidora de vaso. Agregamos un chorrito de aceite de oliva, sal y pan duro y trituramos hasta que tenga una textura líquida.

Paso 4

Después cortamos un poco de jamón serrano bien finito que más tarde introduciremos en el gazpacho.

Paso 5

Una vez esté congelado el melón que hemos metido en el congelador, lo sacamos y lo rallamos todo con el típico rallador de queso.

Paso 6

Llega el momento de emplatar. Colocamos en mitad de un plato un montoncito del melón congelado y rallado junto a los trozos de jamón. Luego, alrededor del montoncito, vertemos el gazpacho de calabacín, pimiento y melón (de manera que la 'montañita' de melón congelado quede 'rodeada'). Para terminar, echamos un chorrito de aceite y, ¡listo!

Un plato 'improbable'

Quizá, a priori, nadie imagina que el melón y el jamón puedan ser 'buenos amigos' gastronómicos. Sin embargo, esta combinación improbable se ha convertido en uno de los platos más tradicionales de la comida española.

Su origen se remonta a varios siglos atrás. En la Edad Media y el Renacimiento, la teoría hipocrática de los humores clasificaba a los alimentos según sus propiedades (fríos, calientes, húmedos y secos).

El melón, al ser considerado “frío y húmedo”, se pensaba que podía ser dañino y, para equilibrar sus efectos, se aconsejaba tomarlo con alimentos “calientes y secos”, como el jamón.

Melón con jamón.

Melón con jamón. iStock

Esta fusión ganó especial fama en Italia, donde se acostumbraba a acompañar el melón con embutidos como jamón, salami o mortadela desde el siglo XVI.

Posteriormente, el plato llegó a España en el siglo XVII y fue adoptado y reinterpretado con jamón serrano, convirtiéndose en un clásico del verano español.

En nuestro país, el melón con jamón alcanzó gran popularidad a lo largo del siglo XIX, siendo servido en banquetes distinguidos. Destacó especialmente en celebraciones como el banquete en honor a Benito Pérez Galdós en Madrid en 1883.

Durante el siglo XX, se hizo aún más popular en eventos y celebraciones, especialmente durante la posguerra y la época del franquismo, hasta convertirse en un entrante típico en los menús estivales de los bares y restaurantes más tradicionales.