Un reconfortante guiso de pescado

Un reconfortante guiso de pescado Fudio iStock

Saludables

Con 4 ingredientes y rica en proteínas: la cena rápida y baja en carbohidratos con la que evito digestiones pesadas

Una receta nutritiva y reconfortante que es perfecta para las noches de primavera.

Más información: Ni en salsa verde ni con pilpil: esta es la receta de merluza a la cazuela que me piden todos los que la prueban

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Después de un día duro de trabajo, lo último que necesitamos es pasar horas en la cocina. Pero es, precisamente, tras esas jornadas agotadoras, cuando más necesitaríamos la "comida de la abuela", uno de esos platos que nos reconfortan y nos ayudan a terminar el día con sensación de calma y bienestar. Ahí es cuando entran en juego recetas como el "guisito" de hoy, que me gusta llamarlo en diminutivo por lo fácil que es de hacer, porque la sencillez y la rapidez a la hora de preparar una receta no están reñidas ni con el sabor ni con el autocuidado.

Este guiso de calabacín con filetes de merluza es una adaptación de una receta que yo aprendí de mis abuelas andaluzas. En muchas zonas de Andalucía es típico un guiso ligero de pescado que se conoce como "emblanco" o "pescado en blanco", un plato reconfortante y nutritivo que se prepara con pescado blanco, patata, cebolla, zanahoria y tomates. Por hacerlo menos calórico y reducir la carga de carbohidratos para que resulte aún más ligero, a mí me gusta hacerlo con calabacín, así queda igualmente delicioso y consigo que la cena no resulte nada pesada.

Una cena proteica, sabrosa y ligera

Este guiso sencillo de merluza, más rápido de preparar que el que preparaban las abuelas, pues el calabacín necesita mucha menos cocción que las patatas, es una buena opción de cena saludable para toda la familia. La merluza es un pescado blanco de bajo contenido graso que aporta proteínas de alto valor biológico, esenciales para la reparación y mantenimiento de los tejidos, sin añadir calorías innecesarias. Según la Fundación Española de la Nutrición, entre los minerales que aporta la merluza destacan el selenio, el fósforo y el potasio. Es también una fuente de vitaminas B12 y B3. Opcionalmente, si tengo algunas en el congelador, también le pongo algunas gambas, que siempre suman sabor y proteínas, pero no son imprescindibles.

El uso de verduras como el calabacín, la cebolla y el tomate no solo aporta sabor y textura al plato, sino también fibra, antioxidantes y micronutrientes esenciales como el potasio, la vitamina C y compuestos antiinflamatorios. Estas hortalizas, a diferencia de las patatas o las zanahorias, tienen un bajo índice glucémico, lo que contribuye a mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando picos de insulina y ayudando a un mejor descanso nocturno.

Al no utilizarse ningún tipo de harina o cereal ni una cantidad significativa de grasas en la preparación de la receta, esta receta no solo es adecuada para quienes buscan una cena saludable, sino también para quienes sigan dietas hipocalóricas o bajas en carbohidratos.

Ingredientes para hacer un guiso ligero de merluza y calabacín

  • Filetes de merluza sin espinas, 300 g
  • Tomate fresco rallado o tomate triturado, 100 g
  • Cebolla pequeña, 1 ud
  • Calabacín, 400 g
  • Ajo, 1 diente
  • Agua o caldo de pescado, 400 ml
  • Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada
  • Pimentón dulce, 1 cucharadita (opcional)
  • Sal, al gusto
  • Pimienta negra molida, al gusto

Paso 1

Pelamos y picamos finamente la cebolla y el diente de ajo. Lavamos el calabacín y lo cortamos, primero a lo largo y después en medias lunas. Si usamos tomate fresco, lo rallamos y desechamos la piel.

Paso 2

En una cazuela amplia, ponemos una cucharada de aceite de oliva virgen extra, añadimos el ajo picado y lo sofreímos a fuego medio hasta que empiece a desprender su fragancia y a dorarse ligeramente.

Paso 3

Agregamos la cebolla picada y la cocinamos durante unos 5 minutos, hasta que esté transparente y ligeramente dorada.

Paso 4

Incorporamos el pimentón dulce, si lo usamos, y damos unas vueltas rápidamente para que se mezcle bien, pero teniendo cuidado de que no se queme, pues amargaría.

Paso 5

Incorporamos el tomate rallado, salpimentamos al gusto y cocinamos todo junto durante 10 minutos a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando, hasta que el tomate haya perdido parte de su agua y el sofrito tenga una textura algo espesa.

Paso 6

Añadimos el calabacín troceado al sofrito y mezclamos bien. Incorporamos el agua o el caldo de pescado a la cazuela, subimos el fuego hasta que comience a hervir, luego lo bajamos y dejamos cocer a fuego medio durante unos 10 minutos, o hasta que el calabacín esté tierno. Si usamos agua o un caldo sin sal, tendremos que ajustar el punto de sazón añadiendo sal y un toque de pimienta al gusto.

Paso 7

Finalmente, incorporamos los filetes de merluza cortados en trozos medianos, de tamaño similar a los de calabacín. Cocinamos a fuego lento semitapado durante unos 5 minutos, dependiendo del grosor del pescado, hasta que esté hecho, pero sin resecarse.

Otros pescados ligeros para hacer guisos rápidos para cenar

Un guiso como este se puede preparar de manera muy económica con filetes de merluza congelada, pero, dependiendo de la temporada y del presupuesto, también podrían utilizarse otros pescados que resultan muy sabrosos:

  • Bacalao fresco. Es un pescado blanco muy bajo en grasa, con menos de 0.5 g por cada 100 g, lo que lo hace ideal para dietas hipocalóricas. Su contenido proteico es elevado, con casi 18 g por cada 100 g, y destaca por su riqueza en vitaminas del grupo B, especialmente B12. También aporta minerales como fósforo, potasio y selenio. Su textura firme lo convierte en un sustituto excelente para guisos suaves y ligeros.
  • Lenguado. Es un pescado de carne muy magra, con menos de 1.5 g de grasa por 100 g, y aporta unos 16 g de proteínas de alta calidad. Es muy digestivo, por lo que se recomienda para personas con estómagos sensibles o que buscan cenas suaves. Contiene vitaminas B3, B6 y B12, además de fósforo y yodo. Su sabor delicado queda siempre bien con verduras de sabor suave como el calabacín.
  • Raya. Poco utilizada en algunas zonas de España, la raya es un pescado magro con un contenido proteico que ronda los 17 g por cada 100 g y un muy bajo contenido en grasa. Su carne es muy tierna y se deshace con facilidad, ideal para preparaciones suaves como caldos o guisos sencillos. Es rica en fósforo y vitamina B12, y presenta un sabor fino y agradable. Al no tener espinas, es un pescado muy recomendable cuando hay niños.
  • Gallineta. De la misma familia que el cabracho, pero más económica. Con aproximadamente 19 g de proteínas y menos de 2 g de grasa por 100 g, la gallineta es también una opción sabrosa y muy saludable. Aporta minerales como potasio y fósforo y una gran cantidad de vitamina B12. Su carne es firme, pero jugosa, perfecta para platos ligeros y con buena presencia de verduras.
  • Abadejo. Este pescado blanco, de textura parecida al bacalao, ofrece unos 17 g de proteínas y menos de 1 g de grasa por 100 g. Es bajo en calorías y destaca por su contenido en potasio, selenio y vitaminas B3 y B12. Su sabor suave permite integrarlo en recetas ligeras sin que su sabor se imponga al del resto de los ingredientes.
  • Congrio. Es un pescado blanco de textura algo gelatinosa, especialmente en la parte abierta que es la que se consume, pues la cola presenta una gran cantidad de espinas muy difíciles de retirar, por lo que suele utilizarse solo para caldos. Contiene unos 19 g por cada 100 g. Su contenido en grasa es moderado, alrededor de 3 g, pero muy saludable. Aporta colágeno natural, por lo que espesa ligeramente caldos y guisos. Es rico en vitaminas D, B6 y B12, así como en fósforo, selenio, potasio y magnesio.
  • Rape. El rape es un pescado blanco muy magro, con menos de 0,5 g de grasa por cada 100 g y un alto contenido proteico, en torno a 19 g. Su carne es muy firme, con una textura densa y sabor delicado, ideal para guisos en los que se desea un pescado que no se deshaga fácilmente al cocer. Es rico en fósforo, potasio y vitaminas del grupo B, en especial B3 y B12. Al igual que la raya, al tener cartílagos, es un pescado muy adecuado para niños y para todos aquellos que no quieren lidiar con espinas a la hora de cocinar.