Las calabazas y el otoño van de la mano y yo es ver la primera en el súper o en el mercado y no poder resistirme. Normalmente siempre suelo prepararla en cremas o en pistos, pero en esta ocasión me apetecía enseñaros otra receta con sabores más potentes de esas en las que uno no tiene la sensación de estar comiendo un plato que solo lleva verduras, porque este curry de calabaza y espinacas es un plato completamente vegano, ya que no lleva nada de origen animal.

Ingredientes

  • Calabaza, 400 g
  • Pimiento verde, ½
  • Cebolla, ½
  • Espinacas frescas, 150 g
  • Zanahoria, 1
  • Tomate triturado, 200 g
  • Leche de coco, 250 ml
  • Curry en polvo, 2 cucharadas soperas (*)
  • Aceite de sésamo, 1 cucharada sopera
  • Sal

Se puede tomar calentito o templado, dependiendo del frío que haga ese día, y si sobra, al día siguiente está aún más rico.

Preparación del Curry de calabaza y espinacas

Empezamos preparando las verduras, el pimiento verde, la cebolla y la zanahoria en trozos muy pequeños, los tomates rallados sin piel ni semillas y la calabaza pelada y cortada en trozos de bocado. Las espinacas lavadas y escurridas.

En una cacerola ponemos a calentar el aceite de sésamo y sofreímos la cebolla con el pimiento y la zanahoria. Cuando estén tiernos, añadimos la calabaza y damos unas vueltas para que se dore ligeramente. Añadimos el tomate, salamos al gusto y sofreímos durante unos 10 minutos a fuego medio removiendo de vez en cuando.

Añadimos la leche de coco y el curry, mezclamos bien, esperamos que rompa a hervir y bajamos el fuego. Dejamos cocinar entre 10 y 15 minutos hasta que la calabaza casi esté hecha – yo suelo dejarla 10 minutos o algo menos porque la prefiero un pelín al dente, pero eso como más os guste-, añadimos las espinacas sin remover y lo dejamos unos 5 minutos más.

Las espinacas simplemente se colocan sobre el resto de ingredientes para que se hagan con el vapor, cuando estén listas se mezcla todo y se sirve.

Resultado

Una forma diferente de disfrutar de esta hortaliza tan otoñal gracias al potente sabor de las especias que, como os decía más arriba, nos harán olvidar que estamos tomando un plato que solo lleva verduras.

Es perfecto como primer plato para un día frío o como guarnición de alguna carne ligera como podría ser una simple pechuga de pollo o pavo a la plancha.