Preparación: 15 min     Cocción: 40 min     Dificultad: 2/5      Raciones: 2     Coste: 5 €

Empezamos la última semana de noviembre con un plato del recetario clásico, de esos que hacían nuestras abuelas y nuestras madres, de esos que saben a gloria porque saben a casa. Eso sí, esta vez los hemos aligerado de aceite y os vamos a contar cómo preparar una versión más ligera pero igualmente deliciosa tanto si la servimos acompañada de un arroz blanco o de unas patatas hervidas.

Como en casi todas las recetas de este tipo, la clave del éxito de estos chipirones en su tinta está en dos cosas, la calidad de la materia prima y el caldo que utilicemos. Es más, me atrevería a decir que casi depende más de este último. Lo que sí es cierto es que con un caldo de supermercado de buena calidad saldrá un plato rico, pero con un buen caldo casero saldrá una verdadera delicia.

Preparación de Chipirones en su tinta, receta ligera

  1. Limpiamos y troceamos los chipirones teniendo cuidado de no retirar la piel, pues haciéndolo así el plato ganará en sabor.
  2. Lavamos bien los pimientos, los secamos, retiramos los tallos, las semillas y los nervios interiores y los troceamos en dados de unos 5 mm de lado.
  3. Retiramos la capa externa de las cebolletas y las cortamos en trocitos de tamaño similar a los de pimiento.
  4. En una cacerola o sartén antiadherente ponemos a calentar el AOVE a fuego alto (9/12), cuando esté caliente pero sin humear añadimos las verduras troceadas, les damos unas vueltas durante un minuto para que se impregnen bien del aceite, añadimos sal al gusto (es recomendable no añadir demasiada para así, si no es suficiente, poder rectificar al final)  y bajamos el fuego (5/12).
  5. Dejamos pochar las verduras durante unos 10 minutos hasta que veamos que la cebolleta empieza a estar transparente. Subimos un poco el fuego (8/12), apartamos las verduras a un lado, añadimos los ajos pelados y espachurrados (o picados muy finos), los doramos durante unos pocos segundos y mezclamos todo.
  6. Añadimos los chipirones cortados, damos unas vueltas hasta que veamos que empiezan a ponerse de color rosado por efecto del calor y añadimos el caldo.
  7. Cuando el caldo rompa a hervir, añadimos la tinta de calamar (yo no la dejo descongelar, porque así sale entera de la bolsita y no se queda la mitad pegada al plástico), esperamos a que rompa a hervir de nuevo, nos aseguramos de que la tinta se haya disuelto bien y, en ese momento, bajamos el fuego para mantener un hervor ligero (3/12).
  8. Dejamos cocinar destapados durante unos 25-30 minutos hasta que los calamares estén tiernos.
  9. Probamos y rectificamos de sal si fuese necesario.

Resultado

Es todo un clásico si se acompaña de arroz blanco, pero también son buenas unas patatas hervidas al vapor como guarnición o incluso un plato de pasta hervida.

Tal como os hemos explicado la receta, se trata de un plato bajo en grasas, con carbohidratos de absorción lenta procedentes de las verduras y proteínas que nos aportan los chipirones, por lo que si los acompañamos de una ración de arroz integral o basmati, cuyos carbohidratos son de absorción más lenta que los del arroz blanco tenemos un menú completo, equilibrado y saludable.

Otra opción si queremos salirnos de lo habitual, es acompañarlo de una ración de quinoa hervida, con la que también tendremos un menú saludable y nutricionalmente muy completo.

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