¿Quieres hacer uno de esos postres que se preparan en un momento y dejan a todos con la boca abierta? Prueba este Panna Cotta. Puedes llevarlo de postre a casa de algún amigo, usarlo para culminar una cena romántica o simplemente hacerlo para un día cualquiera, ya que necesita muy pocos ingredientes y casi todos los tenemos normalmente en casa.

Os aconsejo prepararlo en moldes pequeños ya que llena bastante. Se suele servir como un flan, volcándolo en el plato, pero si lo vais a transportar os recomiendo usar recipientes de cristal como el de la foto. Podéis reciclar vasos de yogures de cristal o si vais a volcarlo, flaneras.

Preparación

En un plato ponemos un poco de agua y las láminas de gelatina para que se vayan reblandeciendo.

Ponemos la leche y la nata en una cacerola a fuego medio. Si vamos a usar vainilla en rama la abrimos  y quitamos las pepitas y la añadimos a la cazuela.

Añadimos el azúcar.

Cuando esté bien caliente, echamos la esencia de vainilla (si habeis usado vainilla en rama ignorad este paso) y por último la gelatina, que para entonces ya estará lista. Removemos bien y apagamos el fuego.

Derretimos un pelín de mantequilla en el microondas hasta que quede líquida y mojando la punta de un papel de cocina engrasamos un pelín los moldes, dejando una capa casi invisible.

Rellenamos los moldes, dejamos enfriar primero fuera de la nevera y después dentro mínimo 2 horas.

Para la salsa podemos usar sirope ya hecho o hacerla nosotros mismos. Yo he usado unas fresas que he puesto a fuego medio con una cucharada de azúcar y zumo de medio limón. Cuando estaban más blanditas las he triturado y dejado enfriar la mezcla. Mejor echarlo sobre el Panna Cotta justo antes de servir.

 

Resultado

Lo llevé a casa de unos amigos como postre y su respuesta fue: “Vale, estás invitada a la siguiente cena que hagamos.”

En serio, no se tarda nada y está buenísimo. ¡Tenéis que probarlo!

Tiempo: 20 minutos

Dificultad: 2/5

Digestión: 3/5

Precio: 4€

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