
La tarta de manzana de mi madre, la más fácil del mundo
Ni huevos ni aceite: la tarta de manzana fácil de mi madre que siempre sale bien y sin manchar ni un bol
Es la receta de tarta de manzana más fácil del mundo y queda deliciosa.
Más información: La receta de tarta de manzana "al modo de la abuela" de un restaurante de la Guía Michelin: muy fácil y lista en 30 minutos
- Total: 40 min
- Comensales: 6-9
La repostería requiere de precisión. Para llegar al éxito de las recetas se requiere haber pesado bien todos los ingredientes, haberlos mezclado en el orden correcto y con la intensidad adecuada y haber respetado escrupulosamente los tiempos y temperaturas de horneado. Para la receta de hoy no hace falta nada de esto.
Mi madre, que no conocía la paciencia y en la cocina tenía que hacerlo todo rápido, hacía siempre esta tarta de manzana porque no existe una receta ni más sencilla ni que ensucie menos la cocina. Lo más complicado es pelar unas manzanas y cortarlas en láminas.
No hace falta batidora, ni báscula, ni un bol para mezclar los ingredientes y mucho menos montar nada. Apenas lleva grasa y no lleva huevos. No hacen falta bases de hojaldre ni de ninguna otra masa. Se puede comer fría o templada, sola o acompañada de un poco de nata montada o helado de vainilla y es la tarta que te saca de un apuro cuando tienes una visita de última hora, porque te da tiempo a preparar la merienda en lo que llega la visita, o cuando te entra un antojo irrefrenable de dulce.
Un ingrediente rico en antioxidantes
Según explica Harold McGhee en La cocina y los alimentos, las manzanas poseen compuestos fenólicos antioxidantes. Algunas variedades pueden llegar a tener una actividad antioxidante 30 veces superior a la de las naranjas.
Esta actividad se debe principalmente a:
- Flavonoides (como la quercetina y la catequina). Tienen propiedades antiinflamatorias y pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las variedades Red delicious y Reineta destacan por su contenido en quercetina.
- Polifenoles. Presentes en la piel y la pulpa, ayudan a proteger las células del daño oxidativo. La variedad Fuji contiene una alta concentración de polifenoles y flavonoides.
- Ácido clorogénico. Contribuye a la reducción del daño oxidativo y tiene efectos beneficiosos en el metabolismo. Las manzanas Granny Smith tienen una alta concentración de este compuesto.
- Vitamina C. Potente antioxidante que fortalece el sistema inmunológico y protege la piel.
Aunque no debemos engañarnos, para aprovechar al máximo los efectos antioxidantes de las manzanas, éstas deben consumirse crudas y con su piel, pues la mayor parte de estos compuestos se encuentran en ella y algunos se pierden durante la cocción porque son sensibles a la temperatura (vitamina C, quercetina...). Otros, como el ácido clorogénico, sí se mantienen estables y son más fáciles de absorber por el organismo.
El método de cocción también afecta a estos nutrientes, siendo más respetuosos los métodos como el horneado en horno tradicional, freidora de aire o microondas que evitan el contacto con el agua.
Cuáles son las mejores manzanas para hacer una tarta
A las manzanas les sucede como a las patatas, no todas las variedades sirven para lo mismo y no elegir la correcta sí podría arruinarnos el plan hasta con una receta tan fácil como la de hoy.
Simplificando mucho, podemos dividir las manzanas en cuatro grupos:
- Manzanas para hacer sidra. Son las que tienen mayor acidez y menor cantidad de azúcar.
- Manzanas para postre. Son las menos ácidas y las más dulces. Son adecuadas para consumir en crudo, pero quedan insípidas si se emplean para cocinar u hornear.
- Manzanas para cocinar. Tienen acidez y dulzor intermedios. Mantienen su estructura y no se convierten en puré al cocinarse. Además, una vez cocinadas, su sabor es agradable y equilibrado.
- Manzanas de doble uso. Son las más versátiles, pues sirven para postre -cuando están más maduras- y para cocinar -cuando aún están algo verdes-. En este grupo están las Reinetas, las Golden delicious y la Granny Smith.
Ingredientes para hacer una tarta de manzana superfácil
Para un molde rectangular de 18x26 cm
- Manzanas reinetas grandes, 4 ud
- Azúcar, 8 cucharadas
- Harina de trigo, 6 cucharadas
- Leche, 8 cucharadas
- Canela, 2 cucharaditas
- Mantequilla fría, 30 g
Para servir (opcional)
- Nata montada o helado de vainilla
- Sirope de caramelo o sirope de arce
Paso 1
Precalentamos el horno a 200ºC con calor arriba y abajo sin ventilador y engrasamos un molde rectangular de 18x26 cm.
Paso 2
Pelamos las manzanas y las cortamos en láminas de unos 3 o 4 milímetros de grosor.
Paso 3
Espolvoreamos el fondo del molde engrasado con 2 cucharadas de azúcar y colocamos una capa de manzana troceada.
Paso 4
Espolvoreamos con 2 cucharadas de azúcar, 3 cucharadas de harina y una cucharadita de canela en polvo intentando que se repartan lo más uniformemente posible sobre las manzanas. Regamos con 4 cucharadas de leche.
Paso 5
Repetimos: una capa de manzana y encima 2 cucharadas de azúcar, 3 de harina, una cucharadita de canela y 4 cucharadas de leche.
Paso 6
Para terminar, ponemos la última capa de manzana, la espolvoreamos con las 2 cucharadas de azúcar restante y repartimos la mantequilla en trocitos.
Paso 7
Horneamos de 35 a 40 minutos a 200 ºC hasta que las manzanas estén tiernas y tengan un bonito color acaramelado.
Paso 8
Sacamos del horno, dejamos reposar en el molde sobre una rejilla hasta que se enfríe.
Paso 9
Cuando esté frío, lo volcamos sobre un plato y ya podemos servirla. Se puede acompañar con nata, helado de vainilla o algún sirope.