Carne

La mejor receta de ramen la puedes preparar en casa

Te proponemos una receta de ramen explicando todos los pasos para hacerla en casa y disfrutarlo como si estuvieras en Japón.

15 noviembre, 2016 21:03

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Es mucho más fácil de lo que imaginas, preparar la mejor receta de ramen en casa, requiere de un poco de tiempo, pero ni da mucho trabajo ni requiere habilidades especiales.

Ingredientes

Para preparar el caldo:

  • Carcasas de pollo sin trozos de grasa, 1.2 kg
  • Zanahorias, 2
  • Cebolletas, 2 (solo la parte verde)
  • Ajo, 2 dientes
  • Jengibre fresco pelado, 1 trozo de 1 cm
  • Agua, 3 litros
  • Sal

Para preparar el kaeshi:

  • Miso rojo, 4 cucharaditas
  • Aceite de sésamo, 1 cucharada
  • Mirín, 1 cucharadita
  • Jengibre rallado, 1/8 cucharadita
  • Ajo rallado, 1/8 cucharadita

Para preparar el ramen:

  • Fideos alcalinos para ramen ( o udon, o soba), 250 g
  • Huevos, 4
  • Carne de cerdo asada, 500 - 600 g

Acompañamientos para el ramen:

  • Narutomaki
  • Cebollino
  • Brotes de espinacas o acelgas rojas
  • Alga nori

Cómo preparar nuestra receta de ramen

Como os comentaba al principio, aunque son varias las elaboraciones que tendremos que hacer para preparar esta receta de ramen, son todas muy sencillas y requieren trabajo mínimo por nuestra parte.

1: Preparación del caldo

Necesitamos un buen caldo como base y, para conseguirlo, no es necesario dejarse una fortuna. Como muestra de ello, he elegido la opción más barata posible y fue tan fácil como encargarle unas carcasas de pollo al carnicero que no costaron ni un euro. De hecho, si tenéis mano con el carnicero, lo más probable es que hasta os las regalen.

Retiramos los trozos grandes de piel y de grasa que puedan tener y las ponemos en una olla junto con el resto de ingredientes. Os recomiendo poner poca sal por dos motivos: el primero es que durante la cocción se reducirá un poco el líquido y el segundo es que cuando hagamos el ramen, utilizaremos el kaeshi, que es una pasta salada.

Al principio lo pondremos con el fuego a tope, hasta que rompa a hervir. Durante los primeros 15 minutos, mantendremos el hervor e iremos desespumando cuando sea necesario.

A partir de ahí, taparemos la olla y lo dejaremos cocer a fuego muy lento durante 3 horas. Luego colamos el caldo, lo dejamos enfriar y lo desgrasamos. Será fácil porque la grasa se solidifica en la superficie y no cuesta nada retirarla.

Si tenéis un poco de paciencia y no os importa entreteneros un rato retirando la carne de pollo que aún queda en los huesos, os llevaréis una buena sorpresa, porque da para unas buenas croquetas.

2: Preparación del cerdo asado o chashu

Cuanto mejor sea el asado, más rico estará el ramen, así de simple. Para hacerlo hay varias maneras que pueden ir desde un asado en el horno, como por ejemplo un asado de carne a la sal a una carne cocinada a la plancha. Por experimentar un poco, en esta ocasión yo he mezclado carne de dos tipos, por un lado unos filetes de lomo cocinados rápidamente a la plancha y, por otro, un poco del pulled pork, el cerdo asado a baja temperatura que os enseñé hace unos días, que pasé por la plancha unos segundos para calentarlo.

Ni qué decir tiene que, una vez más, el hacer las cosas con mimo y tomándonos tiempo mejora infinitamente el resultado, así como el lomo a la plancha era un filete mojado, la carne cocinada a baja temperatura bañada por el caldo era puro placer en cada cucharada.

Os diré también, que además, la carne que usé para asar a baja temperatura -aguja de cerdo- es bastante más barata que el lomo.

3: Preparar el kaeshi

El kaeshi es una especie de salsa de miso que se usa para potenciar el sabor del caldo. Prepararla es tan simple como mezclar todos los ingredientes hasta tener una especie de crema homogénea.

Los ingredientes más difíciles de conseguir pueden ser el miso y el mirin y, en el peor de los casos, se puede hacer un apaño substituyendo el miso por salsa de soja y el mirin por un vino blanco que no sea muy ácido. La mezcla será líquida, pero también aportará el toque asiático al caldo.

4: Preparar el ramen

Aparte del caldo y del cerdo asado -que lo mejor es hacerlo el día anterior- también tendremos que preparar el narutomaki -que también se puede hacer el día anterior para que esté frío- y, antes de preparar el ramen lo que haremos es cocer los huevos.

Lo típicamente japonés es utilizar unos huevos macerados que se llaman ajitama, unos huevos cocidos a baja temperatura y macerados en salsa de soja, pero para hacernos nuestra receta de ramen será suficiente con un huevo cocinado de tal manera que la clara quede cuajada y la yema líquida. Esto se puede conseguir de dos formas, cociendo los huevos de la manera tradicional tal como os explicamos cuando os enseñamos el tiempo necesario para cocer un huevo duro perfecto o, cocinando el huevo a baja temperatura.

Cuando tengamos todo eso listo, preparamos también los acompañamientos y ya podemos ponernos a cocer los fideos, así que calentamos el caldo desgrasado, lo llevamos a ebullición, cocemos los fideos durante unos 3 minutos.

Para montar el ramen, en el fondo de un bol o un plato sopero ponemos una cucharada de kaeshi, una ración de caldo, una ración de fideos, un huevo cortado en dos mitades y un montoncito de cerdo asado.

5: Acompañamientos del ramen

Para terminar nuestra receta de ramen y que parezca que estamos en el mismísimo Japón, solo nos queda colocar:

  • Unas cuantas rebanadas de narutomaki, no será lo mismo, pero si no te animas a prepararlo en casa, podrías poner un poco de surimi.
  • Unas cuantos brotes tiernos, yo se los he puesto de acelga roja. Si son de espinacas también valen.
  • Unas tiras de alga nori.
  • Un par de cucharadas de cebollino picado.

También podríamos añadir otros acompañamientos como cebolleta picada muy fina, setas shitake salteadas, brotes de bambú o de soja, cilantro fresco o ralladura de citronella.

El resultado de hacer ramen en casa

El resultado, aunque creo que las fotos hablan por sí solas, ha sido de llorar de la emoción y, pese al tiempo invertido en prepararla, creo que cada minuto merece la pena. Esta es una receta de ramen sin prisas, pues hace falta tiempo para las cocciones, pero en realidad es una receta muy sencilla de hacer, porque mientras se cocinan las cosas, nosotros podemos estar haciendo cualquier otra cosa. Es decir, lleva tiempo -mucho-, de hecho tendrás que empezar a prepararla el día anterior, pero el trabajo que tienes que hacer es mínimo. Y creedme que merece muchísimo la pena.

Os confieso que muy pocas veces me he sentido tan orgullosa de preparar algo yo misma, como me he sentido preparando y disfrutando de esta receta de ramen. Cada minuto invertido ha merecido la pena y, desde luego, pienso repetirla.

Un consejillo para hacer el ramen casero más rápido

Por supuesto, se puede hacer caldo para muchas raciones y congelarlo, así la siguiente vez nos podemos ahorrar ese paso y nos podremos hacer un ramen mucho más rápido incluso aprovechando los restos de un asado.

Es más, espero que os animéis a hacerlo en casa. Y ya puestos, que nos subáis fotos a las redes enseñando vuestros platazos de ramen con los que cualquier japonés se quitaría el sombrero.

Ramen, el plato de moda japonés

Y es que, en estos días pasados, después de ver la que se armó con los ingredientes de la paella y más aún habiendo visto los pedazo de boles de ramen que tuvo ocasión de probar nuestro compañero Danny en su reciente viaje a Japón, me quedé yo pensando que ya nos vale.

¿Qué pensarían unos japoneses si le contamos que, para la mayoría de nosotros, la idea que tenemos de preparar un ramen pasa por hacer una visita al pasillo de “yatekomos” del supermercado o, si acaso, a la sección de paquetes de ramen instantáneo de algún supermercado de productos asiáticos? Yo creo que tendrían todo el derecho del mundo a enfadarse y con razón.

Entre eso, y movida también un poco por la envidia que me daban las fotos de mi compañero, me decidí a intentar preparar una receta de ramen que, pese a algunas limitaciones logísticas que me han impedido conseguir algún que otro ingrediente que me hubiese gustado utilizar, no fuese una falta de respeto a la gastronomía nipona.