Hace unos meses tuve la ocasión de disfrutar de una magnífica comida en el restaurante Casa Pendás. Estaba todo buenísimo, pero sin duda me sorprendieron unas cigalas crujientes sobre una cama de tomate caramelizado que no os podéis imaginar lo deliciosas que estaban.

Desde entonces, preparo un aperitivo parecido aunque con gambones en lugar de cigalas, por economizar más que nada… Se prepara en un momento y se come más rápido aún.

Vais a ver que es muy fácil y aún así, si tenéis invitados, quedaréis como auténticos chefs de alta cocina.

Preparación de aperitivo de gambones crujientes con tomate caramelizado

  1. Preparamos el tomate caramelizado (o usamos uno comprado o de una conserva que hayamos hecho nosotros). 
  2. Separamos las cabezas de los gambones y pelamos las colas. Retiramos el intestino tirando suavemente de él. Es preferible hacerlo así en vez de cortando con un cuchillo a lo largo porque aprovechamos mejor los corales que pueda tener el gambón.
  3. Ponemos a calentar una plancha o sartén antiadherente de fondo grueso a fuego medio-alto (9/12) y la engrasamos con unas gotas de AOVE.
  4. Ponemos apenas unos granitos de sal sobre las colas de los gambones y pasamos uno de los lados por la harina de maíz.
  5. Ponemos las colas de gambón en la plancha o sartén con la harina en la parte abajo y las cocinamos durante un par de minutos hasta que veamos que la carne está blanca. Si son demasiado gruesas, les damos la vuelta y las dejamos que se terminen de hacer durante unos 20-30 segundos por el otro lado.
  6. Servimos sobre una cucharada de tomate caramelizado.

Resultado

Es un aperitivo gourmet para Cocinillas novatos, que se hace en un momento y sin apenas manchar cacharros.

La harina de maíz hace que quede una costra ligeramente crujiente que contrasta con la jugosidad del gambón. Si no tenéis a mano harina de maíz podéis usar un pan rallado fino o una harina de sémola de trigo de la que habitualmente se usa en el sur para hacer migas. Yo no usaría harina de trigo porque la molienda es muy fina y en vez de quedar crujiente lo que hará será absorber parte de los jugos del marisco y formar una pasta. Siempre y cuando uséis harina de maíz, la receta es apta para celíacos.

Otra cosa, las cabezas y las cáscaras de los gambones, ¡no las tiréis! Se pueden aprovechar para hacer un caldo que sirva como base para un delicioso arroz.

Como os decía al principio, si en vez de gambones os hacéis con unas buenas cigalas será el summum. En cualquier caso, acompañados de un albariño bien fresquito es un aperitivo para triunfar.

¿A que ya estáis deseando probarlo?