Estos tigres son un aperitivo que siempre ha triunfado en mi familia. Tienen la cremosidad de la bechamel y ese sabor a mar que nos dan los mejillones y los langostinos. Hay multitud de variantes, y hoy os traigo la receta de mi madre, a quien siempre he oído decir que no le gusta cocinar, pero que hace unos platos sabrosísimos 😉

En realidad, no deja de ser como comerse una rica croqueta de mejillones, pero como va presentada sobre su propia concha, pues tiene su gracia. Los podemos hacer picantitos o no, pero a mí me parece que el picante, en su justa medida, le da un toque muy especial, aunque si no os gusta o hay niños pequeños podéis prescindir de él.

Preparación de los Tigres, receta de mejillones rellenos

  1. Limpiamos muy bien los mejillones con un cuchillo, raspando bien las cáscaras y retirando las barbas. Los abrimos en una cazuela con el vino blanco y una hojita de laurel. Retiramos los mejillones de las conchas y reservamos tanto los mejillones como las medias conchas más hermosas. Reservamos también el agua de los mejillones y la colamos.
  2. Picamos finamente la cebolla y el diente de ajo y los ponemos a rehogar en una cazuela con un poco de aceite. Añadimos también un poco de sal y el trozo de cayena bien picadito.
  3. Mientras, picamos los langostinos crudos y los añadimos al sofrito. Removemos. Picamos también los mejillones y el huevo cocido, y los incorporamos a la mezcla.
  4. Añadimos la harina y rehogamos brevemente para que se tueste. Añadimos medio vaso del agua de cocción de los mejillones, que le dará un sabor estupendo.
  5. Seguimos cocinando, e iremos añadiendo la leche poco a poco sin dejar de remover, hasta que lleguemos al espesor conveniente. Según mi madre, la mezcla “te va pidiendo”, y os aseguro que a mí al principio no me pedía nada, pero ahora, con la práctica, os puedo decir que la masa estará lista cuando al pasar la espátula por la sartén quede un “surco limpio” y le cueste un poquito cerrarse. Ponemos a punto de sal y retiramos del fuego.
  6. Dejamos templar un poquito la masa y rellenamos cada concha del mejillón con la mezcla. Dejamos enfriar para que se endurezca la masa.
  7. Los pasamos por harina, huevo y pan rallado. He utilizado pan rallado de ajo y perejil, que le da un sabor muy rico. En este punto podemos congelarlos, y estarán igual de estupendos.
  8. Los freímos en abundante aceite hasta que se dore el exterior. Primero lo haremos por la parte del relleno, para que queden bien sellados, porque si no se abrirán y la presentación quedará muy desmejorada.

Resultado

Con estas cantidades han salido 30 tigres.

Una forma de restar calorías a esta receta es hacer los tigres al horno. Para ello, dejaremos la bechamel algo más líquida que para freír, espolvorearemos pan rallado de ajo y perejil, y pondremos una gota de aceite por encima. Los hornearemos unos 5 minutos a 200º, o hasta que los veamos tostaditos. Personalmente me gustan más fritos, pero a veces ¡toca cuidarse!

Merece la pena trabajar un poco más y hacer tigres de sobra y congelarlos, para así poder disponer de este riquísimo aperitivo en cualquier momento, ¡aunque no sea fiesta! 😉