El chef Karlos Arguiñano junto a un plato de patatas a la importancia.

El chef Karlos Arguiñano junto a un plato de patatas a la importancia. E.E.

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Karlos Arguiñano (77), chef: "Mi plato favorito de Nochevieja se hace en media hora y tiene la patata como protagonista"

El plato más celebrado de Arguiñano vuelve a la mesa en Nochevieja: una receta rápida, barata y tradicional que convierte la patata en un bocado festivo.

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La Nochevieja en España es una de esas fechas en las que la comida se convierte en un ritual colectivo. Cada familia tiene su propio menú, pero hay platos que traspasan generaciones y vuelven a la mesa año tras año.

Entre ellos, uno de los que más éxito tiene es el que Karlos Arguiñano prepara desde hace décadas: unas patatas a la importancia rápidas, económicas y con un sabor que logra conquistar incluso a quienes no son amantes de las recetas tradicionales.

Arguiñano insiste en que no hace falta complicarse en la cocina para que la Nochevieja sea especial. Su propuesta es una versión ágil y aromática del clásico palentino, donde la patata, un ingrediente humilde y accesible, se convierte en el centro del menú.

Para él, este plato triunfa porque reúne tres claves: intensidad, textura y rapidez. En menos de media hora, asegura, se obtiene un resultado perfecto para acompañar carnes, pescados o incluso servir como plato principal en una cena informal.

La receta original procede de Palencia y forma parte de la cocina tradicional castellana. Se trata de rebozar las patatas, freírlas y guisarlas en una salsa de azafrán y vino blanco.

Arguiñano ha adaptado este proceso para que pueda hacerse sin complicaciones y en poco tiempo, algo especialmente útil en una noche en la que conviven prisas, nervios y preparativos.

El chef explica que las patatas a la importancia funcionan tan bien en Nochevieja porque llenan, son baratas y resultan familiares. La textura cremosa que adquieren tras la cocción, junto con el aroma del azafrán, convierte el guiso en un acompañamiento perfecto para los menús más festivos. Además, permite preparar una buena cantidad para varias personas sin elevar el presupuesto.

También se trata de un plato que aguanta bien el reposo. Para quienes buscan adelantar trabajo antes de recibir invitados, esta receta es ideal: basta con calentarla unos minutos antes de servirla para que recupere su sabor y consistencia originales.

Esa versatilidad hace que aparezca en muchas mesas de fin de año, tanto en hogares que mantienen la tradición como en aquellos que buscan alternativas sencillas y resultonas.

Un ingrediente humilde en una noche especial

Arguiñano defiende que la cocina navideña no debe basarse en el precio de los ingredientes sino en la técnica y el cariño. Por eso, la patata se convierte en protagonista durante las fiestas. Aporta cuerpo al menú sin hacerlo pesado y combina bien con todo tipo de carnes y pescados.

En su versión de Nochevieja, él apuesta por realzarla con un majado de ajo, azafrán y vino blanco que aporta profundidad y un color dorado característico.

La receta también puede transformarse fácilmente según el gusto de cada casa. Quienes quieran darle un toque más festivo pueden incorporar unas hebras extra de azafrán, un chorro mayor de vino o incluso pequeñas cantidades de setas o gulas.

Arguiñano insiste en que la cocina no es rígida y que cada familia puede ajustar sabores y texturas a lo que más le guste.

A diferencia de otros platos típicos de fin de año que requieren mariscos, carnes caras o largas horas de preparación, las patatas a la importancia permiten celebrar sin estrés. Son rápidas, sabrosas y se cocinan con ingredientes que están en cualquier despensa.

Por eso, el chef afirma que "es un plato que nunca falla" y que tiene "la capacidad de salvar cualquier cena sin perder elegancia ni sabor".