El chef Dani García en un montaje de El Español iStock
Dani García (49), chef Michelin, y su truco para asar castañas sin horno en solo 18 minutos: "Hay que taparlas para que 'suden'"
Asar castañas en casa sin complicarte la vida es mucho más fácil de lo que imaginas siguiendo el método de Dani García. Da igual si tu cocina no es de gas, solo necesitas la sartén más vieja que tengas.
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Las castañas son uno de los más deliciosos sinónimos de la llegada de los primeros fríos. ¿Acaso hay algo más reconfortante que encontrarse con el puesto del castañero en la calle durante una tarde helada?
¿O pasear por la calle con un cucurucho de castañas asadas que casi da pena comérselas por lo mucho que agradeces el calor que dejan en tus manos?
En casa es parecido, ¿acaso no mejora el plan de "peli, mantita y sofá" si se unen un puñado de castañas asadas a modo de picoteo?
Porque el otoño es de castañas y las castañas son otoño. No en vano, se trata de uno de los frutos más ligados a la estacionalidad, pues fuera de los últimos meses del año no hay manera de encontrarlas en los mercados.
El truco de Dani García para asar castañas
Castañas asadas de Dani García iStock
Ni siquiera los grandes cocineros son inmunes al encanto de este fruto otoñal y una prueba de ello son las stories que ayer mismo subía el chef Dani García a su cuenta de Instagram.
En ellas mostraba a sus seguidores cómo asar castañas en casa usando una sartén. La receta para asar castañas más fácil que hemos visto nunca, todo hay que decirlo.
Aunque lo habitual suele ser asar las castañas en el horno o en una sartén "castañera" -con agujeros en el fondo- en un fuego de gas para que las castañas se asen en contacto con las llamas, tal como muestra el cocinero malagueño se pueden hacer perfectamente en una sartén normal y en vitrocerámica/inducción.
La clave está, tal como puede verse en las imágenes, en taparlas para que suden mientras se cocinan a fuego medio durante solo 18 minutos. Además, como toque personal, el chef les añade un poco de sal en escamas en mitad de la cocción y, con ello, consigue que queden mucho más sabrosas.
Truco Cocinillas
Lo ideal es usar la sartén más vieja que tengamos porque la vamos a tener al fuego bastantes minutos sin líquido y va a "sufrir" un poco. Como las castañas no se van a pegar, se puede aprovechar esa sartén en la que "se pega todo" y dejarla solo para esto.
Ingredientes
- Castañas frescas, cantidad suficiente
- Sal gorda o en escamas, al gusto
Paso 1
Con ayuda de un cuchillo afilado, hacemos un corte en la cáscara de cada castaña, de manera longitudinal hasta la mitad, sin llegar a cortar completamente el fruto. Con esto conseguiremos que no revienten al asarse y también será más fácil pelarlas.
Paso 2
Ponemos las castañas al fuego en una sartén amplia, a potencia media-alta (aproximadamente nivel 7 sobre 10), procurando que queden en una sola capa.
Paso 3
Tapamos la sartén con una tapa para que las castañas suden y se vayan cocinando con su propio vapor.
Paso 4
Pasados unos 8 minutos, destapamos, damos unas vueltas y añadimos sal por encima.
Paso 5
Volvemos a tapar la sartén y dejamos que las castañas se terminen de asar durante unos 10 minutos más, removiendo de vez en cuando para que se hagan de forma uniforme.
Paso 6
Una vez listas, retiramos del fuego, dejamos reposar unos instantes y las servimos calientes. Si hemos hecho bastante cantidad, las podemos meter en una bolsa de papel o envolverlas en un trapo para que se mantengan calientes, pues si se enfrían, cuesta más pelarlas.
El fruto seco con menos grasa
Las castañas son un fruto seco atípico. Se diferencian de otros como nueces o avellanas en que su contenido de grasa es mucho más bajo y en que contienen una mayor cantidad de hidratos de carbono complejos.
Según datos de la Fundación Española de la Nutrición, aportan unas 200 kcal por 100 g, menos de la mitad de lo que proporcionan otros frutos secos como almendras o nueces.
Por hacernos una idea más realista, el perfil nutricional de las castañas se parece más al de los cereales, lo que las convierte en una opción ligera dentro del grupo de frutos secos.
Además, contienen fibra dietética que contribuye a la sensación de saciedad y a la regulación del tránsito intestinal, así como vitaminas del grupo B (B1, B2 y B6). También son fuente de minerales como potasio, magnesio y fósforo.
Consumir castañas asadas en temporada, especialmente en otoño e invierno, es una manera excelente de incorporar un picoteo saludable.
No resultan pesadas si se cocinan bien y, al tener un sabor ligeramente dulce, pueden ayudar a satisfacer el apetito de golosinas sin necesidad de recurrir a productos ultraprocesados. Es por esto que son un tentempié ideal para disfrutar en los meses fríos.
Con muchos usos en la cocina
Las castañas son un ingrediente muy versátil que va mucho más allá de las tradicionales asadas en sartén o en horno. Una de las formas más comunes de utilizarlas es en purés y cremas, tanto dulces como saladas.
Una vez cocidas y peladas, se pueden triturar con un poco de caldo de verduras o de ave para obtener una crema suave y aterciopelada, ideal como primer plato en otoño. Pero también se pueden triturar con leche y azúcar para tener un postre sencillo y nutritivo.
También se pueden añadir a potajes y guisos, como si fueran patatas, pues aportan un toque dulce que combina muy bien con carnes de caza, cerdo, aves como el pavo o incluso con setas.
Secas y molidas, las castañas se convierten en harina sin gluten, perfecta para elaborar bizcochos, panes y galletas. Cocidas en almíbar, dan lugar al exquisito “marrón glacé” que se puede tomar solo, bañado en chocolate como si fuera un bombón o formando parte de otros postres.
Además, pueden ser un acompañamiento original en otros platos salados. Una vez cocidas, se pueden trocear para enriquecer salteados de verduras o arroces con otros productos de otoño.
También funcionan muy bien como parte de un relleno para carnes asadas (cordero, cerdo o pollo), ya que aportan textura y matices dulces que equilibran sabores más intensos.