El chef Karlos Arguiñano (Captura).
Karlos Arguiñano, chef, lo tiene claro: "Con un calabacín y queso azul haces una cena sabrosa por menos de 2 euros"
Una receta fácil, rápida y sin gastar de más: así prepara Arguiñano unos crepes salados con ingredientes que ya tienes en casa.
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Karlos Arguiñano lo ha vuelto a hacer. En uno de sus últimos programas, el cocinero más popular de la televisión española ha compartido una receta que combina lo que más valoran los espectadores de su cocina: sencillez, sabor y un precio imbatible.
La propuesta del día fueron unos crepes salados de calabacín y queso azul. Una combinación que, a simple vista, puede parecer sofisticada, pero que el chef vasco convirtió en un plato fácil, rápido y accesible para cualquier bolsillo. “Es tan fácil, tan rico y tan barato que merece la pena que lo hagas”, dijo con su habitual entusiasmo mientras montaba la receta paso a paso.
El calabacín y el queso azul forman una pareja inesperada pero deliciosa. El primero aporta suavidad, humedad y textura. El segundo, fuerza y un toque salado que eleva el plato sin necesidad de grandes cantidades. Arguiñano lo resumió con una frase que ya circula en redes: “Si tienes un calabacín y un poco de queso azul, puedes hacer esta cena por menos de 2 euros”.
Con esos dos ingredientes principales y una sencilla masa para crepes que se prepara con leche, harina, huevos y un poco de sal, el resultado es una cena que puede alimentar a cuatro personas con apenas unos céntimos por ración.
Además, Arguiñano aprovechó para recordar que los crepes salados son una forma estupenda de aprovechar restos de verduras, quesos o embutidos. La receta puede adaptarse fácilmente a lo que haya en la nevera.
El truco para que salgan perfectos
Uno de los consejos clave que dio durante la elaboración fue sobre la masa. Recomendó poner primero los líquidos en el vaso batidor —leche, aceite, huevos— y después la harina. Esto facilita mucho el mezclado y evita los molestos grumos que pueden estropear la textura final.
También insistió en dejar reposar la mezcla durante unos 15 minutos. Este paso, aunque opcional, ayuda a que la masa se asiente y los crepes queden más elásticos y manejables en la sartén.
La cocción debe hacerse en una sartén antiadherente, ligeramente engrasada. Con un solo cucharón de masa, es suficiente para cubrir el fondo. En cuanto cuaja por un lado, se le da la vuelta y en cuestión de minutos ya está lista para rellenar.
Calabacín, queso y un toque picante
Para el relleno, Arguiñano utilizó tres ingredientes básicos: calabacín, ajo y queso azul de cabra. Todo ello salteado en un wok con aceite de oliva virgen extra y una guindilla cayena, que se retira antes de añadir el queso. El toque picante es opcional, pero da un contraste interesante que rompe la suavidad del calabacín.
Una vez cocinado el relleno, se coloca una cucharada generosa sobre cada crepe y se dobla a gusto de cada uno. Arguiñano optó por la forma de pañuelo, doblándolos primero en mitades y luego en cuartos, pero cualquier presentación es válida.
Después, el chef recomendó colocarlos sobre una bandeja de horno y darles un golpe de calor durante seis minutos a 200 grados. Así, el interior queda caliente y el exterior ligeramente crujiente.
Una salsa verde para coronarlo
Como broche final, preparó una salsa rápida con calabacín, ajo, aceite de oliva y hojas de albahaca fresca. Todo triturado hasta conseguir una crema homogénea que se sirve caliente, sobre o junto a los crepes. Esta salsa aporta frescor, color y una nota aromática que redondea el plato.
Además, es una buena manera de aprovechar el calabacín que haya sobrado tras el relleno. “Aquí no se tira nada”, insistió Arguiñano mientras decoraba el plato con unas hojas de perejil picado.
Ideal para cenas ligeras o entrantes originales
Este tipo de recetas encajan perfectamente en cenas ligeras o como primer plato en una comida especial. Son fáciles de preparar, se pueden dejar listos con antelación y admiten infinitas variaciones. Desde espinacas con ricotta hasta sobras de pollo asado con pimientos.
Además, permiten jugar con los ingredientes según la temporada. Calabacín en verano, setas en otoño, puerro en invierno. Y siempre con una base de masa que se puede preparar en menos de cinco minutos.
La cocina de siempre, con el ingenio de Arguiñano
Detrás de cada receta de Arguiñano hay algo más que un plato: hay pedagogía culinaria. Desde hace décadas, el chef enseña a cocinar sin miedo, sin pretensiones y sin despilfarrar. Por eso, recetas como esta conectan con un público amplio: jóvenes que se inician, familias con poco tiempo y personas mayores que quieren comer bien sin complicarse.
La combinación de calabacín y queso azul es solo un ejemplo más de cómo se puede innovar desde lo cotidiano. Y como él mismo dice, si algo es fácil, rico y barato, lo lógico es repetirlo.
¿Y si no te gusta el queso azul?
Arguiñano también dio alternativas para quienes no son fans de los quesos fuertes. Se puede sustituir por queso crema, queso de cabra más suave o incluso un poco de mozzarella rallada. Lo importante es mantener la cremosidad y el sabor que hace que el relleno sea jugoso.
En cualquier caso, lo que no cambia es la base: unos crepes finos, suaves y dorados, que envuelven un interior sabroso con un punto vegetal y otro lácteo. Todo por menos de lo que cuesta un café.