Una fila de hormigas sobre una cucharada de azúcar

Una fila de hormigas sobre una cucharada de azúcar iStock

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Despídete de las hormigas para siempre: el sencillo truco para eliminarlas y mantenerlas alejadas de la cocina

Eliminar una plaga de hormigas de forma definitiva no requiere siempre hacer uso de soluciones agresivas, sino conocer las distintas opciones que existen. También existen algunos trucos para mantenerlas lejos de la cocina.

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A diferencia de otros insectos, las hormigas nunca vienen solas. Cuando aparecen, lo hacen en una fila perfectamente organizada que parece no tener fin.

Aunque muchos piensan que eliminar esas hormigas visibles es suficiente para librarse de ellas, es un error, si no se elimina la colonia completa o se crea una barrera eficaz que les impida el paso, pueden estar mucho tiempo campando a sus anchas.

Las hormigas son una de las plagas más persistentes y molestas que pueden invadir nuestros hogares, especialmente la cocina, donde encuentran un festín constante entre migas, residuos y humedad.

El truco más eficaz para acabar con las hormigas

Una de las técnicas empleadas por los profesionales del control de plagas es la utilización de cebos en gel, pues son un método eficiente para eliminar a toda la colonia.

Actúan como “caballos de Troya”, las hormigas obreras los recogen y los transportan al nido, donde contaminan a toda la colonia, incluida la reina. Esto permite eliminar el problema desde su raíz y despedirnos de estos insectos para siempre.

Estos cebos pueden adquirirse en droguerías especializadas, pero también podemos preparar un cebo casero con ácido bórico, que es un producto mucho más económico que podemos encontrar en cualquier droguería o farmacia.

Para hacer nuestros propios cebos para hormigas necesitamos mezclar ácido bórico con una sustancia atractiva para las hormigas, preferiblemente un alimento dulce.

Una de las fórmulas más efectivas consiste en mezclar 3 gramos ácido bórico con 30 gramos de leche condensada hasta obtener una pasta homogénea.

Una vez preparada, formamos pequeñas bolitas del tamaño de una lenteja, las colocamos en tapas de plástico o sobre papel encerado y las dejamos en las zonas donde hay actividad de hormigas, cerca de zócalos, detrás de electrodomésticos o en esquinas de la cocina.

Es muy importante colocar estos cebos fuera del alcance de niños y mascotas, ya que, aunque el ácido bórico no es altamente tóxico, puede provocar efectos adversos si se ingiere en cantidades significativas.

Esta mezcla actúa como veneno de acción lenta, las hormigas obreras llevan el cebo al nido, donde contaminan a la colonia y a la reina. Los efectos comienzan a notarse entre 3 y 10 días después de la aplicación.

Tierra de diatomeas, alternativa no tóxica

Para quienes buscan opciones naturales, la tierra de diatomeas puede ser una aliada. Este polvo de origen mineral actúa dañando el exoesqueleto de las hormigas, lo que acaba por eliminarlas.

Este método tiene algunas limitaciones, pues funciona solo en ambientes secos, su acción es lenta y no elimina el nido ni a la reina. Aun así, como método de barrera para evitar que entren dentro de casa resultará eficaz.

Es aconsejable usar una versión que sea apta para uso alimentario, ya que algunas variantes industriales contienen aditivos o sílice cristalina que pueden ser peligrosos si se inhalan en exceso.

Aunque se considera segura para humanos y mascotas, se recomienda no aplicarla en lugares donde pueda dispersarse al aire o entrar en contacto directo con alimentos.

Para aplicarla correctamente, se debe espolvorear una capa fina en zonas secas donde se haya detectado actividad de hormigas como grietas, bordes de zócalos, detrás de electrodomésticos o accesos al exterior.

Canela, un repelente natural

La canela tiene un aroma intenso que interfiere con las feromonas que las hormigas utilizan para seguir sus rutas y comunicarse. Al dispersar esta señal química, se desorientan y tienden a evitar las zonas tratadas.

El uso más común consiste en espolvorear canela molida directamente sobre los caminos de hormigas, entradas visibles o alrededor de ventanas y puertas.

También se puede preparar una infusión de canela en agua caliente y pulverizarla en las zonas problemáticas, lo que resulta menos sucio y más discreto que esparcir un polvo marrón por los rincones.

Una tercera opción, que sería la más eficaz, consiste en aplicar gotas de aceite esencial de canela en los puntos estratégicos.

Sin embargo, es importante aclarar que, a diferencia de la tierra de diatomeas, la canela no solo no elimina la colonia, sino que tampoco mata a las hormigas, por lo que no es una solución definitiva ante una plaga.

Su utilidad se limita a actuar como barrera disuasoria o refuerzo complementario de otras estrategias más eficaces, como los cebos o el sellado estructural.

Cómo evitar que aparezcan hormigas en casa

Las hormigas no solo son muy organizadas, sino que son también bastante tozudas. Si saben que en un sitio hay alimento, agua o refugio, buscarán la manera de regresar. Por eso, la clave está en eliminar todo aquello que pueda atraerlas.

La primera medida preventiva es mantener la cocina y otras áreas de la casa libres de restos de comida. Esto incluye limpiar inmediatamente cualquier derrame de líquidos, barrer migas del suelo y evitar dejar platos sucios en el fregadero durante horas.

Todos los alimentos deben almacenarse en recipientes herméticos, especialmente los productos azucarados, harinas, galletas y comida para animales. Las frutas maduras también deben guardarse en la nevera.

Otro punto clave en el que no mucha gente cae al no estar relacionado con la higiene de la cocina, es el control de los puntos de agua ya que muchas especies de hormigas buscan fuentes de agua para sobrevivir.

Por eso debemos revisar grifos, fregaderos, lavavajillas y tuberías para asegurarnos de que no haya fugas. Incluso una pequeña gota constante puede convertirse en un imán para estos insectos.

El sellado estructural es también fundamental. Debemos inspeccionar zócalos, grietas en paredes y junto a marcos de puertas y ventanas para aplicar silicona o masilla en todas aquellas aberturas por donde puedan entrar las hormigas.