La nueva vida del Museo del Jamón de Madrid:
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La nueva vida del Museo del Jamón de Madrid: clásicos castizos restaurados, 7 tipos de jamones y mucho cerdo ibérico
Este icono culinario de la capital con casi 50 años de historia ha introducido platos contemporáneos en su carta para reinventar el tapeo castizo.
Más información: Este es el jamón español que ha sido premiado en Nueva York y puedes comprar en tu supermercado por 26 euros.
Decir "España" es decir también "jamón". Este producto está considerado un tesoro gastronómico dentro y fuera de nuestras fronteras, un símbolo identitario y un atractivo turístico que genera grandes ingresos para la economía del país.
De hecho, en el primer semestre de 2025, las exportaciones de jamón experimentaron un crecimiento del 15,23 % respecto al mismo periodo del año anterior, tal y como señala el Consorcio del Jamón Serrano Español (CJSE), lo que refleja la buena salud de este mercado y el enorme interés que despierta en los consumidores.
Parte de la increíble fama que tiene hoy el jamón curado es gracias a proyectos como el del Museo del Jamón de Madrid, un restaurante, bar de tapas y tienda fundado en 1978 por Francisco Muñoz Heras, gran visionario, con la idea de democratizar este oro rojo, un alimento que hasta entonces estaba considerado un lujo reservado para ocasiones especiales.
El tapeo castizo se reinventa
Actualmente, el Museo del Jamón está liderado por la tercera generación familiar y cuenta con siete establecimientos en la capital, repartidos en ubicaciones céntricas y emblemáticas y visitados tanto por locales como por turistas.
Un espacio que forma parte del paisaje emocional de la ciudad y que ahora se reinventa bajo el lema Restauramos, una iniciativa que busca dar un paso adelante en la historia de la marca.
Champiñones rellenos con duxelle y picadillo de jamón ibérico. Museo del Jamón
La inédita propuesta gastronómica del Museo del Jamón introduce una nueva carta que combina clásicos de toda la vida (croquetas de jamón, huevos rotos, torreznos crujientes) con guiños contemporáneos como las costillas confitadas a baja temperatura, el secreto ibérico con chimichurri o los champiñones rellenos con duxelle y picadillo de jamón ibérico, que prometen ser un must.
Y para quienes buscan un tapeo más marinero, llegan por primera vez los boquerones con aceite de ajo, las anchoas del Cantábrico, que junto a las raciones de calamares, tan típicas de Madrid como sus bocadillos, no pueden faltar en la barra.
La experiencia culmina con postres que huelen a tradición: flan de huevo, pudding, tarta de chocolate y una deliciosa tarta de queso individual, elaborada artesanalmente, que aterriza como la gran novedad dulce de la casa.
Los huevos rotos del Museo del Jamón.
No obstante, la renovación no se queda sólo en la cocina. La empresa estrena también imagen, reforzando lo que siempre los ha hecho únicos: su carácter acogedor, desenfadado y profundamente madrileño.
Un cambio que llega en el momento perfecto: las Navidades, temporada de reuniones familiares y reencuentros con amigos.
La mayor carta jamonera del mundo
Asimismo, el nuevo menú incluye sus reconocidos recorridos jamoneros, una experiencia didáctica para descubrir siete variedades de jamón, desde la Jamonería hasta la mesa.
Cortado en el momento, explicado paso a paso y pensado para que cualquier amante del producto (experto o no) salga sabiendo cómo se selecciona, cómo se degusta y qué lo hace tan especial.
Con esta renovación, el Museo del Jamón reafirma su identidad como uno de los referentes gastronómicos madrileños. Una casa donde todo invita a recordar por qué el tapeo es una forma de vida y por qué el jamón es mucho más que un producto: es cultura, es reunión y es historia.