La premiada anchoa de Conservas Juanjo, en Santoña.

La premiada anchoa de Conservas Juanjo, en Santoña.

Actualidad gastronómica

Estas son las anchoas de Cantabria que ganan todos los premios: "Elaboramos 75.000 kilos al año"

Desde Santoña, las anchoas de Conservas Juanjo son uno de los 273 alimentos que han conseguido la máxima puntuación en los Great Taste Awards 2025.

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Como cada año, alrededor de estas fechas, se dan a conocer los nominados dentro de los Great Taste Awards. Conocidos como los Oscar de la gastronomía, en lo que alimentación se refiere, sirven para contrastar y destacar la calidad de los productos repartidos en categorías con una puntuación de 3, 2 y 1 estrellas.

Este 2025 el ranking cuenta con 273 alimentos seleccionados con la puntuación más alta, donde España tiene, como cada año, una notable representación a partir de productos que son joyas de nuestra despensa como es el caso del jamón o de la anchoa.

Es este último, el bocarte en salazón, convertido en máximo exponente de la costa cántabra, el que ha vuelto a traer alegrías a la conservera que lo elabora al conseguir tres estrellas y llevarse a casa otro galardón.

Y es que para la Conservera Juanjo está siendo una temporada llena de éxitos. A finales de mayo compartía con ilusión el premio que les otorgaba El Diario de Cantabria a 'Mejor Anchoa del Cantábrico', agradeciendo a todos los que "gracias al boca a boca popularizasteis nuestros productos".

Y es que después de 40 años y tres generaciones esta conservera, aunque siga ganando premios, tiene poco que demostrar. A veces el mejor reconocimiento es seguir contando con la confianza y fidelidad de los clientes por no haber cedido jamás a la tentación de la industrialización, ni a la presión de la gran distribución.

El fileteado y sobado de la anchoa en Conservas Juanjo.

El fileteado y sobado de la anchoa en Conservas Juanjo.

La historia de Conservas Juanjo comienza a finales de los años 80, cuando Juan José Gobantes y Esperanza San Román, con décadas de experiencia en el sector, decidieron dar un paso adelante y fundar su propia conservera.

Lo hicieron en un contexto adverso, cuando muchas empresas de la zona comenzaban a renunciar a los métodos tradicionales en favor de procesos más rápidos y rentables, pero menos respetuosos con la calidad del producto.

Calidad cántabra sin concesiones

Frente a esta deriva industrial, Juanjo y Esperanza apostaron por lo contrario: mantener viva la herencia conservera que los italianos introdujeron en Cantabria hace más de un siglo, y que Esperanza aprendió de su madre y su abuela cuando apenas tenía 14 años.

Desde el primer día, fijaron sus principios innegociables. Solo trabajan con anchoa del Cantábrico, pescada al alba, en el Golfo de Vizcaya entre abril y junio, cuando el pez alcanza su punto óptimo de grasa y sabor.

El proceso de elaboración es artesanal, con un sobado a mano y un AOVE de primera calidad. Así, "elaboramos 75.000 kilos cada año", los que permiten garantizar que cada lata sea una obra de artesanía comestible.

Durante los primeros años, la empresa creció gracias al boca a boca. Quien probaba las anchoas de Conservas Juanjo no quería otras. En 1997, el crecimiento de la demanda obligó a abandonar el pequeño obrador inicial y trasladarse a una nave en el polígono industrial.

Hoy, la empresa está en manos de la segunda y tercera generación familiar, que ha sabido conservar intacto el legado fundacional. Conservas Juanjo no vende a grandes superficies ni a intermediarios, y apuesta por una distribución directa a clientes que realmente sepan valorar lo que hay dentro de cada lata.

La tienda online y su punto de venta en Santoña concentran la mayor parte de sus ventas. Cada pedido, cada envío, es una declaración de amor al oficio. Por eso no sorprende que sus productos hayan cosechado premios en los certámenes más exigentes del país y del extranjero.