
El chef Dabiz Muñoz presentando sus nuevos platos de pollo
Dabiz Muñoz, chef, sobre la nueva creación para su 'food truck': "No tengo palabras. ¡Qué p... locura es esta!"
El chef madrileño ha compartido en su cuenta de Instagram un adelanto de los dos nuevos platos que se incorporan a la carta de su food truck de pollo frito, Pollos Muñoz que estos días se encuentra en el parque de la Warner.
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"El pollo frito como nunca lo habíais probado, nuevo salto de calidad en Pollos Muñoz. Pollos de corral con textura crujiente en escamas, jugosidad extrema, marinado 48 horas en suero de mantequilla, sabores únicos…!!!!! El next step de pollos fritos ya está aquí".
Con estas contundentes palabras ha presentado Dabiz Muñoz los dos nuevos platos que se incorporan a su marca de pollo frito crujiente.
Estas nuevas propuestas se podrán degustar en los food trucks de Pollos Muñoz, como el que se encuentra estacionado en el Parque Warner desde el pasado 27 de junio y hasta el próximo 2 de noviembre, o los que recorrerán España durante los próximos meses.
Además, estas nuevas propuestas y otros platos icónicos como el Pollo frito hipercrujiente, el Brioche de mantequilla tostada con pollo crujiente jamaicano, el Sándwich chicken teriyaki o el Chicken croissant están disponibles en el delivery del GoXO en Madrid.
Las alitas de pollo llegan a Pollos Muñoz
Según ha contado el chef "las dos novedades en la carta de Pollos Muñoz son las alitas fritas". Ha explicado que la marinada es diferente en ambas versiones y las salsas que las acompañan también.
La primera opción serán las alitas fritas crujientes con salsa sweet chili y mayonesa de palomitas, un sabor recurrente en las propuestas del restaurante más gocho de Dabiz Muñoz. Recordemos que ya triunfó en Navidad con un turrón de palomitas.
Si esta primera opción es una fusión entre Tailandia y Estados Unidos, la segunda fusiona sabores de Japón y Francia.
Esta otra versión se sirve con un salted caramel (caramelo salado) japonés y salsa remoulade, un clásico de la cocina francesa que se elabora con mayonesa, mostaza y encurtidos. Un contraste que el chef define como "adictivo".
En ambos casos, el chef confiesa que "hay varios secretos, uno de ellos, por supuesto, es el rebozado y la fritura en la olla a presión". El otro es el suero de mantequilla "lo que hace es que luego al freírlo se quede muy 'fundente' debajo del rebozado crujiente, que por fuera cruje muchísimo".
Un ingrediente que se usa en muchas cocinas del mundo
El pollo frito sureño de los Estados Unidos es, sin duda, uno de los ejemplos más emblemáticos de cómo el suero de mantequilla es un ingrediente esencial para transformar algo tan cotidiano como el pollo en una experiencia gastronómica inconfundible.
Esta receta nace en el sur del país y tiene profundas raíces en la cocina afroamericana, especialmente desde finales del siglo XIX, cuando el auge del sistema ferroviario y la proliferación de granjas industriales de pollos hicieron que esta carne fuera más accesible.
Muchas mujeres afroamericanas aprovecharon esta circunstancia para vender pollo frito a los pasajeros en tránsito, consolidando así la fama de esta forma de cocinar el pollo como comida rápida y callejera.
En la versión más clásica, el pollo se trocea con hueso, se deja marinar en el suero de mantequilla durante horas y se reboza en una mezcla de harina con especias como ajo en polvo, cayena y pimentón, antes de freírlo en manteca de cerdo o aceite de cacahuete.
El resultado es una corteza crujiente que encierra una carne tierna, jugosa y sabrosísima.
Sin embargo, el uso del suero de mantequilla no es exclusivo de la cocina estadounidense. En India, especialmente en el estado de Kerala, se prepara una versión local conocida como Kerala Fried Chicken, que también emplea este ingrediente como base de su marinada.
Allí, el pollo se deja reposar hasta 48 horas en una mezcla rica en sabores formada por suero de mantequilla, jengibre, ajo, cilantro fresco, menta y chiles verdes.
Esta marinada no solo ayuda a ablandar la carne, sino que da muchísimo sabor al pollo con una mezcla compleja de aromas frescos y especiados.
Después, se empana en una mezcla de harina sazonada con garam masala, el característico conjunto de especias de la cocina india y se fríe, tradicionalmente, en aceite de coco, que aporta un matiz extra de sabor y profundidad.