Óscar Fernández y Wil Gómez, al frente de Baker Boyz.

Óscar Fernández y Wil Gómez, al frente de Baker Boyz.

Actualidad gastronómica

Los chicos que arrasan en su nueva pastelería americana en Errentería: "Hemos vendido todo todos los días"

Wil y Óscar han entrado al universo de la repostería por la puerta grande. A pocos kilómetros de Donosti, su 'American bakery', Baker Boyz, acumula colas cada día en busca de sus tartas y crumble cookies.

Más información: Crujientes y con ingredientes de temporada: así son las focaccias que triunfan en este obrador de Barcelona

Publicada
Actualizada

"Esto está siendo una locura. Hemos hecho sold out todos los días", asegura Wil Gómez lleno de júbilo al otro lado del teléfono, cuando habla de los primeros días de vida de la pastelería Baker Boyz, su primer proyecto gastronómico.

No está solo, este rincón dulce lo ha forjado junto a su pareja, Óscar Fernández, a quien conoció en Donosti cuando vino a hacer el máster del Basque Culinary Center. "Él es ingeniero", cuenta, "pero dejó su trabajo para dedicarse de lleno al negocio" que, sin pretenderlo, comenzó a proyectarse desde la pandemia.

La plaza Foru de Errentería ha inaugurado junio con un nuevo templo del dulce. Se intuye mantequilla, se percibe el chocolate, se distinguen aromas de levaduras y harinas fermentando y horneándose.

La fiebre del pistacho también ha llegado a Baker Boyz.

La fiebre del pistacho también ha llegado a Baker Boyz.

Wil y Óscar plantaron la semilla de Baker Boyz durante la pandemia, "decidimos hacer una página para cocinar y fue saliendo poco a poco. Empezamos a hacer unas tartas que nos pedía la gente.más latinas y americanas, sin tanto hojaldre, natas y esas cosas".

Al principio el 'negocio' era anecdótico, un entretenimiento casero que les hacía cocinar. Comenzaron repartiendo cuatro a la semana, "que es poco. Un restaurante del barrio se animó y ahora le llevamos dos o tres semanales. En Navidad hacíamos roscones, acabé fermentando 70 roscones en mi casa.", cuenta el propietario, que poco a poco fueron creciendo hasta abrir la pastelería.

Un delicioso Carrot cake.

Un delicioso Carrot cake.

"Al abrir hicimos una promoción de cookies a 1 euro. Para empezar 300 cookies, 50 rollos de canela, tartas..." A las 18:30 h abrían, pero dos horas antes ya tenían una fila de gente esperando. "Tuvimos que parar porque nos quedamos sin existencias. Y desde ese día hemos hecho sold out todos los días".

Aunque la idea era "solo vender tartas versión jar [en tarritos] que te la llevas con tu cucharita y vas comiendo, hemos metido todas las crumble cookies que te puedas imaginar: de pistacho, de nutella, de salted caramel, de escamas de sal, todas".

Sus crumble cookies de chocolate.

Sus crumble cookies de chocolate.

Todas las que caben en el mostrador, que es algo recogido, al igual que la pastelería, luminosa y agradable. Eso no ha evitado que desde su apertura una multitud de gente acudiera a su puerta a probar las maravillas que salen del obrador justo detrás del mostrador.

"Hacemos absolutamente todo desde el principio. Obviamente la pasta de avellana no la hacemos, preparamos desde cero nuestra masas, fermentamos, horneamos...todo con amor" cuentan desde Baker Boyz. Han tirado por el "rollo americano", por eso aquí no encontrarás financiers, pero sí "tenemos Carrot cake, Red velvet y cinnamon rolls".

Una bandeja repleta de cinnamon rolls.

Una bandeja repleta de cinnamon rolls.

Para llegar a encender los hornos, ha habido inversión: ahorramos, estuvimos viajando de casa en casa de amigos como 'gitanos'. Hemos hecho casi todo nosotros", explica. Ahora no dan abasto, por eso están buscando una nueva persona para el local. "Estamos metidos desde las 6 de la mañana y salimos a las 11 de la noche pero lo amamos, nunca me había sentido tan satisfecho en la vida".

Si va bien tendrán un puestito en la feria navideña de Donosti, "las cookies van a arrasar". Pero quieren ir poco a poco y que el éxito no sea cosa del principio. "Queremos aprovechar este momento para consolidar y buscar una estabilidad. No queremos pasar de ser un obrador artesanal a hacer algo masivo pero sí que necesitamos más manos".