Bodega San Lorenzo, Sevilla.

Bodega San Lorenzo, Sevilla.

Actualidad gastronómica

El bar favorito de Carlos Herrera en Sevilla para tomar el aperitivo: famoso por sus papas aliñadas y la tapa de pringá

El presentador radiofónico suele acudir a la Bodega San Lorenzo tras su programa para tomar tapas como papas aliñás y pringá acompañadas de una copa de manzanilla.

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En el corazón de Sevilla, a pocos pasos del bullicioso centro histórico, se encuentra uno de los refugios gastronómicos más emblemáticos de la ciudad: la Bodega San Lorenzo. Fundada en 1864, esta bodega centenaria no solo ha sido distinguida como “Establecimiento Tradicional Sevillano” y “Patrimonio Gastronómico de la Ciudad” por el Ayuntamiento, sino que también ha conquistado a personajes como el periodista Carlos Herrera, quien la considera su parada predilecta para el aperitivo.

“Este lugar es un homenaje vivo al tapeo clásico sevillano”, afirma Herrera en declaraciones exclusivas durante la grabación del programa Me voy a comer el mundo de Canal Cocina. “Aquí las papas aliñadas saben a infancia, y la tapa de pringá tiene ese sabor auténtico que ya cuesta encontrar", promulga sobre dos de los clásicos en este histórico rincón de la ciudad.

La visita del locutor de COPE al establecimiento, en pleno barrio de San Lorenzo, no fue casualidad. Herrera, conocido amante de la buena mesa y defensor de las tradiciones andaluzas, eligió este rincón para compartir un vermut y estas tapas con la periodista Verónica Zumalacárregui antes de pasar a cocinar en su casa.

Las papas aliñás de la Bodega de San Lorenzo.

Las papas aliñás de la Bodega de San Lorenzo.

Antes, se embarcaron en una ruta por la ciudad donde no podía faltar esta parada. Una ruta perfecta para alternar los ratos en las casetas de la Feria de Abril, que arranca este 5 de mayo, y disfrutar de un buen tapeo asegurado. Este clásico entre los clásicos, ofrece un gran repertorio. Desde una generosa oferta de chacinas, quesos y salazones, pasando por el bacalao y los calamares fritos, hasta un ajo blanco con tataki de atún, guiño a su más reciente etapa.

Entre sus raciones ofrecen pulpo a la brasa, brochetas de solomillo y una amplia variedad de montaditos como el de chicharrón de Cádiz con aceite de oliva y pimentón o el de melva con pimiento morrón y otros 'especiales' como el de beicon, lomo, queso, tomate y mayonesa, con el que sales casi cenado.

En efecto, la Bodega San Lorenzo-Taplato ha sabido reinventarse sin dejar de ser lo que siempre fue: un santuario para los amantes de la cocina sencilla, honesta y con sabor a barrio. Su carta de vinos, que hoy supera las cuarenta referencias, convive en armonía con las copas de manzanilla y los vasos de vino de naranja que siguen sirviéndose como antaño.

Y es ahí, entre sorbos de vermut y bocados de tradición, donde Carlos Herrera disfruta de uno de sus placeres más sencillos pero auténticos: el aperitivo en la Bodega San Lorenzo. “Hay bares que son historia viva de una ciudad, y este —dice mientras brinda— es uno de ellos”.