
La taberna de Toro a la que peregrinan por sus buenas carnes y pescados y su exclusiva carta de vinos por copa
La taberna de Toro a la que peregrinan por sus buenas carnes y pescados y su exclusiva carta de vinos por copa
La Esquina de Colás es un pequeño tesoro local donde se sirven vinos de la zona, en su mayoría premium, donde David García domina el producto que obtiene de un amplio porfolio distribuidores de calidad.
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El asturiano David García Campa lleva desde los 18 años metido en un restaurante y no es de extrañar que la hostelería le corra por las venas. Lo suyo viene de familia y, al frente desde hace algunos años, atiende con excelente disposición a todo el que pasa por esta consagrada taberna, motivo de visita a la ciudad de Toro por sus buenos vinos, muchos por copas, y su envidiable producto.
"Mis abuelos lo gestionaron durante 43 años, hasta que lo venden a una familia en 2008 que lo arruinó y un año más tarde lo recuperé con mis padres" desgrana García sobre la historia de La Esquina de Colás. Con ellos tres juntos comenzaría una etapa con una propuesta que rendía homenaje a la casquería: "callos, morros, mollejas, crestas asadurillas...Todo era el mismo guiso, pero cambiaba la parte que se usaba".
"En torno al 2011, mi madre se mete en la cocina y empezamos a introducir platos más innovadores y productos de mayor calidad", hasta que en 2016 se convierten en restaurante con la suma de un segundo local –un comedor con capacidad para 25 personas-y cambian nuevamente la carta. En 2020 sus padres se retiran del oficio y él da un paso poniéndose al frente de la gestión total del negocio, "con la búsqueda de los productos más top, grandes vinos y el cuidado de otros detalles" que buscan la excelencia.

Una de las pizarras con los platos que ofrecen en La Esquina de Colás.
En todo este tiempo, La Esquina de Colás, una taberna con alma de restaurante gastronómico, ha sabido convertir el arte del tapeo castellano en una experiencia de culto. No es exageración decir que a este rincón zamorano se peregrina: por su cocina sincera, por su respeto al producto y, sobre todo, por la capacidad que tiene de transformar un picoteo informal en toda una celebración.
El producto, como religión
Lo primero que sorprende es la versatilidad del producto. Desde las carnes de origen ibérico, hasta pescados y mariscos que parecen recién llegados del Cantábrico, en parte gracias a su suegro, mayorista de pescado en Benavente. En pleno centro de Castilla, la frescura del pulpo o el besugo pone en evidencia una obsesiva búsqueda de excelencia.
Una de las joyas de la casa es la tosta de sardina marinada con crujiente de jamón sobre pan cristal. Pura armonía. En esa combinación de mar y dehesa, frescura y textura, reside gran parte del éxito de la taberna. No menos memorable es el pulpo a la brasa con panceta ibérica y virutas de jamón, donde la potencia del ibérico se funde con la untuosidad del molusco en una fusión que emociona.

Tosta de sardina y besugo a la brasa.
Entrantes para prepararse para llegada de un buen pescado perfectamente cocinado en su punto, alguna de sus carnes o las recomendaciones de la guisandera, como el guiso de pluma ibérica 100% con toque de chocolate.
De postre, independientemente de probar alguna de las elaboraciones más tradicionales como las cañas zamoranas o el arroz con leche, un guiño a la parte asturiana que mantiene a flote el negocio, no hay que dejar pasar sus espectaculares helados, como el de pistacho, que les trae un distribuidor de Zamora.
El vino, copa a copa
Pero si hay algo que distingue a La Esquina de Colás es su wine bar, una barra elegante y honesta donde el vino cobra protagonismo con una propuesta inusual: servir por copas etiquetas que habitualmente sólo se encuentran en botella. Gracias al sistema Coravin, el comensal puede catar joyas enológicas como Teso la Monja, Pingus, Termanthia o champagnes sin tener que comprometerse a una botella entera. Un lujo accesible y una declaración de intenciones: el vino se disfruta, se comparte y se explora.

La pizarra que muestra el excelente surtido de vinos por copas.
"En 2015 pusimos la primera copa de vino de alta gama, en torno a 6-8 euros la copa y de ahí hemos ido creciendo hasta los 400 euros actuales que cuesta la copa de Teso La Monja, de Bodegas Eguren, los anteriores propietarios de Bodegas Numanthia, y quienes situaron en el mapa a Toro con sus 100 puntos Parker. Conservo una botella y vale la friolera de 2.500€", cuenta sobre esa añada histórica que sacó la bodega zamorana ahora en manos del grupo francés de lujo LVMH. "Numanthia nos obligó a buscar un punto más, les estoy tremendamente agradecido".
Espacios con alma
La taberna original, con el encanto rústico que presenta el entramado típico de la zona y su ubicación privilegiada en plena Plaza Mayor, mantiene la esencia del tapeo más castizo. Pero fue la apertura del nuevo restaurante, en un edificio histórico restaurado a escasos metros, lo que permitió elevar la experiencia. Un comedor moderno con toques tradicionales y espacios privados para eventos especiales completan la oferta.

El soportar de la Plaza Mayor de Toro donde se aloja La Esquina de Colás.
Con una clientela “muy sostenida” principalmente que viaja de Madrid y movida por el enoturismo, en invierno funcionan con los dos locales, pero en la temporada de verano el comedor cierra y abren la terraza, con la que “subimos la capacidad a 70 personas”.
Y así, copa a copa, bocado a bocado, este rincón de Toro ha encontrado su lugar como referente gastronómico y se ha convertido en parada obligatoria para los que discurren por la zona.