
Un tazón de vidrio con aceite de palma y fruta de palma fresca.
Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos: "No uses este ingrediente de moda para sustituir al aceite de palma"
La experta advierte sobre el uso inconsciente de ciertos productos que no son tan saludables como se cree.
Más información: Cómo elegir un buen aceite de oliva virgen en el supermercado, según una experta olivarera.
El aceite de palma es uno de los aceites vegetales más utilizados en el mundo. Se extrae del fruto de la palma aceitera (Elaeis guineensis), una planta originaria del África occidental, pero cultivada a gran escala en países como Indonesia y Malasia. Su bajo coste, versatilidad y resistencia a altas temperaturas lo hacen muy popular en la industria alimentaria y cosmética.
De hecho, se encuentra presente en una amplia variedad de productos (a veces muchos más de los que imaginamos): galletas, margarinas, snacks, artículos de panadería, helados, cosméticos... e incluso en productos de limpieza. Sin embargo, pese a su amplia utilización, el aceite de palma ha generado una gran controversia y rechazo debido a sus efectos negativos tanto en la salud como en el medioambiente.
Uno de los principales problemas es su alto contenido de grasas saturadas, lo que puede contribuir al aumento del colesterol LDL, conocido como "colesterol malo", y aumentar así el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además, durante el proceso de refinado a altas temperaturas, como suele hacerse para su uso industrial, el aceite de palma puede formar sustancias potencialmente tóxicas, como los ésteres glicidílicos, que se transforman en compuestos considerados potencialmente cancerígenos por organismos internacionales.
Otro aspecto preocupante es que el aceite de palma se encuentra con frecuencia en alimentos ultraprocesados, los cuales suelen tener un bajo valor nutricional y altos niveles de azúcares, sal y aditivos. El consumo regular de estos productos se ha relacionado con problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón. Asimismo, identificar el aceite de palma en las etiquetas no siempre es fácil, ya que muchas veces aparece bajo términos genéricos como "aceite vegetal", lo que dificulta que el consumidor pueda evitarlo conscientemente.
Por todas estas razones, se recomienda moderar el consumo de productos que lo contienen y optar por alternativas más saludables. Una de las alternativas que se ha puesto de moda es el aceite de coco, cada vez más presente en los lineales de los supermercados. Sin embargo, este alimento no es tan bueno como se piensa.
Tal y como ha explicado recientemente la tecnóloga de alimentos, dietista y nutricionista Beatriz Robles en el programa Saber vivir de TVE, si bien el aceite de coco tiene una gran cantidad de ácidos saturados que lo hacen adecuado para ser un buen sustituto del aceite de palma, esto mismo lo convierte en un producto poco saludable. "De hecho, tiene más grasas saturadas que el aceite de palma y por eso da una consistencia tan buena en los productos industriales, pero no es la mejor opción", ha explicado.
¿Cómo sustituir correctamente el aceite de palma?
1. Para cocinar y freír
Si usas aceite de palma en la cocina (por ejemplo, para freír o saltear), hay varias alternativas más saludables:
Aceite de oliva virgen extra: Ideal para saltear, cocinar a fuego medio y también en crudo (ensaladas, aderezos). Rico en antioxidantes y grasas monoinsaturadas.
Aceite de girasol alto oleico: Buena opción para freír a altas temperaturas. Tiene un perfil de grasas más saludable que el aceite de palma.
Aceite de aguacate: Excelente para cocinar a altas temperaturas. Rico en grasas saludables y vitamina E.
2. Para repostería y productos horneados
El aceite de palma se usa mucho en productos de repostería por su textura y resistencia al calor. Aquí algunas alternativas:
Mantequilla (preferiblemente ecológica o sin sal): Da sabor y consistencia a pasteles, galletas y masas. Pero ten en cuenta que también contiene grasas saturadas.
Puré de manzana, plátano maduro o yogur (como sustituto parcial): En repostería vegana, estos ingredientes se usan para reemplazar aceites y mantequillas y, además, añaden humedad y dulzor.
3. En productos procesados (galletas, snacks, margarinas, etc.)
Lee las etiquetas con atención y evita productos que mencionen "aceite vegetal" sin especificar cuál, "aceite de palma" o "grasa vegetal parcialmente hidrogenada". En su lugar, opta por marcas que empleen aceite de girasol, colza, oliva o mantequilla.