
Plaza Alta de Badajoz, Extremadura.
Este es uno de los bares más antiguos de España: inaugurado en 1827 y al lado de la muralla más larga de Europa
Para hacer turismo no solo tienes que recorrer las calles de esta histórica ciudad, también tienes que impregnarte de la esencia de sus tradiciones.
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Cuando planeamos una escapada o un viaje más largo, uno de los elementos que más tenemos en cuenta es saber dónde vamos a descansar para conocer y degustar la gastronomía típica de la tierra.
Con un impresionante patrimonio histórico y cultural, a menudo pasado por alto, pocos saben que aquí se encuentra la muralla más larga de Europa: la Alcazaba de Badajoz. Entre otras muchas maravillas, esta ciudad extremeña aguarda una multitud de encantos para descubrir, disfrutar y, por supuesto, saborear.
Más allá de la riqueza cultural de la capital de la provincia homónima, Badajoz aguarda uno de esos rincones con tanto encanto que es imposible dejar de conocer. En su centro, a pocos pasos de la plaza de España, se encuentra La Corchuela, el bar más antiguo de toda la ciudad.
Inaugurado en 1827 por la familia Jiménez, este mítico mesón es lugar de peregrinaje de pacenses, sus miles de estudiantes universitarios y, cómo no, de los turistas que cada día se dejan llevar por el encanto de su autenticidad a través de los mejores sabores que Extremadura ofrece.
Lo mejor es que no tendrás que caminar demasiado desde cualquiera de los enclaves más turísticos que Badajoz ofrece a sus visitantes. Pocas maneras existen de conocer mejor una ciudad que integrándose en sus lugares de referencia.
Un bar con 197 años de historia
Procedente de Olivenza, pequeña localidad a poco menos de hora y media de Badajoz, la familia Jiménez Grajera fundó La Corchuela, consiguiendo traspasar el amor por su taberna de generación en generación, manteniendo el espíritu inicial de este mítico lugar de encuentro.
Inocente Jiménez Grajera, el fundador de la taberna más antigua de Badajoz, abrió una pequeña tienda en la parte trasera de su nuevo hogar. Aquí ofrecía desde frutas, hasta vino o embutidos, lo que paulatinamente se fue convirtiendo en el bar-mesón que hoy día conocemos.

Cerveza y tapa en la barra de un bar.
Es precisamente esta amplia oferta, que va desde los deliciosos desayunos, incluidos los churros con denominación propia, hasta las exquisiteces locales que todos los que visitan Extremadura van buscando. Y siempre con la garantía que es producto local, en concreto, de Jerez de los Caballeros.
Lo mejor de todo es que con cada consumición podrás disfrutar de unas tapas gratis perfectas para ir abriendo boca. Si aparte quieres pedir alguna ración más, te sorprenderá el tamaño de estas por el precio tan asequible que tienen.
Una decoración que acompaña
Lo auténtico de La Corchuela se refleja en su decoración, que conserva la esencia de la tierra y la autenticidad de lo antiguo. Características que consiguen que en este rincón de Badajoz te sientas como en casa.
Las paredes del local están forradas de ladrillo caravista adornadas a su vez con fotos antiguas, ristras de ajo y jamones. Su caja registradora del pasado siglo es uno de los componentes que atestiguan que este es el bar con más solera de Badajoz.

Tapas de jamón ibérico.
La taberna cuenta con una terraza exterior, lo que hace que este emblemático rincón sea de los más apetecible al caer la noche, cuando se agradece la caída de las altas temperaturas de la ciudad y se torna perfecto para hacer una parada.
La plaza de España de Badajoz
La historia de Badajoz se desarrolla en torno a su plaza de España. La catedral de San Juan, el palacio municipal o el casco antiguo de la ciudad se encuentran aquí. Pero también el mesón-bar La Corchuela.
De gran importancia histórica, cultural y social, esta construcción ha sido testigo de numerosos eventos históricos, pero es su arquitectura lo que te embaucará gracias a una mezcla única de elementos barrocos y neoclásicos.

Catedral de Babajoz al anochecer.
No te extrañará ver a multitud de personas tomando como punto de encuentro este lugar con tanto encanto de Badajoz. Sin duda, todo un símbolo de identidad local perfecto para partir desde aquí al resto de la ciudad.
Antes de continuar tu visita por la ciudad, no olvides hacer una parada en el bar más antiguo de la ciudad y dejarte llevar por el inconfundible sabor de sus productos además de por el calor de su gente.