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Actualidad gastronómica

La receta viral de la mostaza de Nebraska es falsa

Seguramente ya la habéis leído, pero lamentablemente la receta viral de la mostaza de Nebraska es falsa porque de no serlo sería un serio problema.

19 enero, 2017 11:18

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Seguramente a estas alturas ya has visto circular por la red la receta de la mostaza de Nebraska, pero analizándola con un poco de detalle, no nos queda más remedio que llegar a la conclusión de que esa receta es falsa, porque de no serlo sería un serio problema que un restaurante sirviese esa salsa.

Para los que no sepáis de qué hablo, las cafeterías Nebraska han sido famosas en Madrid durante más de 60 años por sus perritos calientes y la salsa de mostaza que les acompañaba. Los establecimientos, situados en calles tan emblemáticas de la capital como Alcalá, Goya, Gran Vía y Bravo Murillo servían a diario miles de perritos calientes acompañados de una salsa cuya receta era tan secreta como la fórmula de la Coca-Cola o la receta de los pasteles de Belem.

Lamentablemente, por circunstancias del mercado el grupo ha decidido echar el cierre dejando sin trabajo a 92 empleados que, para evitar que la codiciada receta muera con los restaurantes, la han publicado en las redes sociales.

¿Por qué la receta de la mostaza de Nebraska es falsa?

Hace unos días, los ahora extrabajadores de la compañía publicaban este tuit, en el que prometían publicar la receta si llegaban a los 300 retuits.

Conseguida la cifra, dos días más tarde, publicaban este otro tuit

https://twitter.com/angeloroselo/status/821296035737833472

En este segundo tuit piden difusión mundial de la receta que, según revelan, consiste en una mezcla de una determinada marca de mostaza alemana con mayonesa casera en proporciones 1:2,5, es decir, por cada kg de mostaza se utilizan 2,5 kg de mayonesa, hasta ahí no habría problema.

Lo que a mí más me preocupa no es eso, sino el hecho de que sirvan una salsa cuya base es una mayonesa casera hecha con huevos.

Pero si se analiza un poco la receta, uno se da cuenta de dos cosas que chirrían mucho, la primera, las proporciones de los ingredientes para elaborar la supuesta mayonesa casera, porque vamos a pensar que se trata de cartones de huevos industriales con 30 unidades y que estaríamos hablando de 60 huevos para 25 litros de aceite, que cualquiera que alguna vez haya hecho una mayonesa en su vida, se daría cuenta de que esos valores no son correctos.

Pero fijaros que lo que a mí más me preocupa no es eso, sino el hecho de que sirvan una salsa cuya base es una mayonesa casera hecha con huevos, algo que en este país es ilegal desde el año 1991, desde la publicación del Real Decreto 1254/1991, de 2 de agosto, por el que se dictan normas para la preparación y conservación de la mayonesa de elaboración propia y otros alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente.

Aunque pinchando en el enlace que os he puesto podéis acceder al texto completo en el BOE, os cito textualmente algunos artículos de gran interés para el tema que nos ocupa:

Artículo 1.º

El presente Real Decreto será de aplicación a la elaboración y conservación de alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente, especialmente mayonesas, salsas y cremas de elaboración propia en restaurantes, cafeterías, bares, pastelerías, repostería, establecimientos de temporada, cocinas centrales, comedores colectivos y cualquier otro establecimiento que elabore y/o sirva comidas.

Art. 2.º

En la elaboración de alimentos a que se refiere el artículo 1.º se sustituirá el huevo por ovoproductos pasteurizados y elaborados por Empresas autorizadas para esta actividad, excepto cuando estos alimentos sigan un posterior tratamiento térmico no inferior a 75°C en el centro de los mismos.

[…]

En todo caso, se considerará infracción grave el incumplimiento de lo dispuesto en el artículo 2.º del presente Real Decreto.

Después de leer esto, yo quiero pensar que la famosa mostaza de Nebraska se elaboraba cumpliendo la normativa sanitaria vigente en nuestro país, por lo que no me queda más remedio que asumir que la receta es falsa cual billete de 30 euros.