A la izquierda, boda por poderes de Maruja Álvarez Merino el 16 de enero de 1954 en Guardo; a la derecha, Ana de Armas en un fotograma promocional de la película 'Blonde'

A la izquierda, boda por poderes de Maruja Álvarez Merino el 16 de enero de 1954 en Guardo; a la derecha, Ana de Armas en un fotograma promocional de la película 'Blonde' Cultura & Comunicación Ediciones Aruz / Netflix

Reportajes

La historia tras Maruja, la abuela pescadera de Ana de Armas en Palencia y su familia acosada por Franco

El historiador Javier G. Reyero, autor de varios ensayos sobre los ciudadanos de Guardo, reconstruye el pasado de la actriz. 

4 febrero, 2023 02:27

La norteña villa palentina de Guardo es un apacible enclave de poco más de 6.000 habitantes situado en el norte de Castilla y León. Hoy, como todos aquellos territorios que conforman la España rural, sus gentes luchan por sobrevivir al envejecimiento poblacional y al olvido; sin embargo, otrora fue un pueblo minero que llegó a convertirse en uno de los núcleos demográficos más importantes de la región. Las explotaciones de carbón, la famosa factoría de explosivos Río Tinto y la influencia de la industria petroquímica convirtieron al municipio guardense en un próspero y pujante lugar. Fue allí donde los Merino, unos hábiles comerciantes, hicieron parte de su fortuna antes de expandirse más allá del charco. Hoy sus herederos han abandonado parte del pueblo y llevan otro apellido, pero por sus venas corre la misma sangre. Y su más ilustrísima descendiente es Ana de Armas, la actriz hispanocubana que ha conquistado Hollywood.

La reciente nominación al Óscar de la intérprete por la película Blonde, adaptación de la turbulenta vida de Norma Jean, popularmente conocida como Marilyn Monroe, ha culminado su progresivo ascenso al estrellato. Sin embargo, su constancia, su dedicación al cine, su arrojo y su carisma –y, por tanto, parte de su éxito– se lo debe no sólo a su personalidad y a su talento para escoger proyectos prometedores, sino a la influencia de su familia, cuya raigón se encuentra en el corazón del municipio palentino de Guardo. Una familia influyente que llegó a las más altas esferas de poder local y que cosechó grandes sumas de dinero gracias a los negocios.

Fue en aquel pequeño pueblo montañés donde su tatarabuelo, Santiago Merino Blanco, alcalde socialista entre 1896 y 1989, hizo fortuna como comerciante. También fue el lugar en el que su bisabuelo, Alejandro Álvarez Rojo, adquirió una notable influencia como juez de Guardo y secretario de UGT. Y en el que su bisabuela, María Merino Martínez, hija de Santiago, se convirtió en una de las vendedoras de pescado fresco más famosas de la zona. Fue la hija de ambos, Maruja Álvarez, su abuela materna, quien se enamoró perdidamente de un seductor cubano llamado Adolfo Caso Pérez, un simpatizante del castrismo, el hombre con el que decidió casarse por poderes para después emigrar –siempre por amor, como en el cine– a La Habana.

Ana de Armas en el festival de cine de San Sebastián

Ana de Armas en el festival de cine de San Sebastián

Así lo relata Jaime García Reyero, historiador alarense de 84 años, en su libro Guardo: sus hombres y sus nombres. "La familia de Ana de Armas en Guardo era muy reconocida e importante", asegura a EL ESPAÑOL. "Santiago Merino edificó en 1902 una casa de dos plantas con las piedras de sillería del derruido castillo de Guardo que había comprado al Ayuntamiento local. Es una casa muy conocida que todavía existe. En su fachada puede leerse una placa que dice: 'Casa de los Merino'. Ahí vendían de todo, porque era comerciante", explica el experto en una llamada telefónica.

Efectivamente, Santiago Merino, tatarabuelo de la actriz, tenía una famosa tienda de comestibles que lo convirtió en uno de los hombres más acaudalados de la zona, de ahí que fuera de los pocos guardenses en tener una criada a su servicio. Sin embargo, en las huelgas de 1916 y 1917 convocadas por el Partido Socialista Obrero Español y la UGT se arruinó. Falleció siete años más tarde, en 1925. Durante su vida fue alcalde socialista de Guardo (1896) y concejal (1923), según relata Reyero en su libro.

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"Lo que más se compraba en su comercio era el pescado, que lo vendía su hija por las calles de Guardo", continúa Merino. La hija del patriarca Santiago, María Merino, bisabuela de Ana de Armas, dedicó gran parte de su vida a vender pescado fresco del Cantábrico, en parte gracias a la posición que ocupaba su hermano, Agustín Merino, tío bisabuelo de la intérprete, como mayorista de pescado en Gijón. María vendía el pescado por las calles y desde su casa, de ahí que la llamasen 'la Pescatera'.

Ella se casó con Alejandro Álvarez Rojo, el bisabuelo de Ana de Armas, un minero de Almanza, León, que adoraba la lectura y cuya vasta cultura llegó a convertirle en juez de Guardo, primero, y en secretario local de UGT, después, lo que le valió tales enemistades con el franquismo que tuvo que exiliarse a Francia tras la contienda, donde pasó treinta años antes de volver a pisar Guardo.

No fue el único familiar que se topó con el odio guerracivilista: su tío bisabuelo Agustín también tuvo que huir de Guardo a Gijón después de negarse a echar gasolina a un teniente franquista llamado Valderrábano, porque el suministro de combustibles estaba a mínimos por la guerra. Este dijo que si al día siguiente no conseguía gasolina, lo fusilaría. Conocedor del ímpetu salvaje del militar, Agustín, aterrado por su vida, huyó de Palencia y abrió una pescadería en Asturias desde la que suministraría productos frescos al resto de la familia.

Maruja y Adolfo: la pescadera y el castrista

El matrimonio de María Merino y Alejandro Álvarez vio nacer a Maruja Merino, una joven "soltera, muy guapa, que se paseaba todos los días vendiendo el pescado", tal y como recuerda el historiador. "Fue en aquellos años de posguerra, concretamente en 1951, cuando a Guardo llega el hijo de un emigrante, un cubano cuya familia era originaria de Valverde de la Sierra, en la montaña de León. Se llamaba Adolfo Caso".

Adolfo era un hombre apuesto que observaba discretamente a Maruja mientras vendía el pescado. Residió en Guardo durante dos años, en los que conquistó el corazón de la abuela de Ana de Armas. Según cuenta Reyero en su libro, a Adolfo le habían enviado sus padres para que se olvidara de una novia guajira y se buscara un amor local. "Cuando Adolfo conoció a Maruja, se olvidó de su caribeña y todos los días se apostaba en un bar para verla vender pescado por las calles", asegura.

Maruja Merino y Adolfo Caso se casaron en la iglesia de San Juan de Guardo el 16 de enero de 1954, pero lo hicieron por poderes, ya que él se encontraba en Cuba en aquel momento. En sustitución del novio se encontraba Adolfo Pérez González, el tío de Adolfo, quien hacía de prometido en representación de su sobrino, siempre según la versión del historiador de Alar del Rey. "Nada más casarse, Maruja se marchó para Cuba a estar con su marido. Se fue en barco y allí se encontró con que su novio la estaba esperando con música, periodistas, flores y muchísima gente. Fue una fiesta tremenda de la que se hicieron eco los periódicos cubanos". 

Cinco años después de la llegada de la pareja triunfó la revolución castrista en Cuba, aunque a Adolfo nunca pareció preocuparle, ya que era defensor de Fidel Castro y estuvo siempre a favor de la revolución. Fue en ese contexto que Adolfo y Maruja tuvieron dos hijas, una de las cuales llevaría ya el nombre de la actriz: Ana Caso, la madre de Ana de Armas. Ella fue una mujer instruida que se formó en ingeniería y acabó trabajando en el área de recursos humanos del ministerio de Educación de Cuba. Se casó con Ramón de Armas, un cubano que había estudiado Filosofía en la Unión Soviética y que llegaría a ser teniente de alcalde, director de un banco, profesor y director de escuela.

A la izquierda, boda por poderes de Maruja Álvarez Merino (tercera por la izquierda, con el ramo de flores) el 16 de enero de 1954 en Guardo

A la izquierda, boda por poderes de Maruja Álvarez Merino (tercera por la izquierda, con el ramo de flores) el 16 de enero de 1954 en Guardo

Ana de Armas: la escalera al cielo

El pasado familiar de los Merino-Álvarez está plagado de anécdotas de aquellas personas que padecieron en sus carnes las turbulencias de un país marcado por la pobreza y la guerra, pero también por las virtudes que trajo a la España rural la industrialización y el comercio. Es una historia de luces y sombras, de éxitos y huidas desesperadas por salvar la vida. Ana de Armas es tan sólo la pieza más conocida de una gran familia que tuvo siempre en sus genes el espíritu luchador de los comerciantes, los negociadores, los emigrantes y los revolucionarios

Ana Celia de Armas Caso nació en La Habana el 30 de abril de 1988. Ella ha contado en numerosas ocasiones cómo el comunismo cubano le privó de una infancia de abundancia. Durante el Periodo Especial –la crisis económica derivada de la caída de la anquilosada URSS– su familia pasó hambre. Pero el buen posicionamiento de sus padres  logró sacar a la familia adelante y permitir que ella y su hermano Javier –hoy un reputado fotógrafo de Nueva York– tuvieran una buena formación artística.

Con 14 años, Ana de Armas se presentó a las pruebas de la Escuela Nacional de Teatro de Cuba. Sólo escogieron a 12 de 600 candidatos. Entre ellos se encontraba ella. Tras cuatro años de intensa formación, con 18 participó en su primera película, Una rosa de Francia, dirigida por el español Manuel Gutiérrez Aragón. A los 19 rodó Madrigal, la única producción cubana en la que ha participado, y un año más tarde, a sus 20, se lanzó a la ficción televisiva con El internado, la serie que consolidó su fama en España. Tras varios intentos infructuosos de abrirse paso en Hollywood con películas poco sustanciales como Toc TocLa hija de Dios, finalmente encontró su gran oportunidad en la Blade Runner 2049 de Denis Villeneuve.

"Yo la conocí personalmente", confirma el historiador Javier García Reyero a este diario, quien explica que tras empezar a triunfar en el cine y la televisión española, Ana de Armas volvió a Guardo para saber más de los orígenes de su familia. "La conocí y me pareció una chica muy guapa, muy moderna, muy decidida. Derrochaba simpatía por todos los lados".

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Tras ser nominada a un Globo de Oro a mejor actriz secundaria por su papel en Puñales por la espalda y convertirse en la nueva 'chica Bond' en Sin tiempo para morir, Ana de Armas encontró su gran oportunidad para convertirse en leyenda: Blonde. La adaptación de Andrew Dominik de la turbulenta vida de Marilyn Monroe transformó a la pujante actriz hispanocubana en una de las intérpretes de referencia internacionales. Tanto es así, que gracias a su trabajo ha recibido su primera nominación al Óscar, que se disputará el próximo 12 de marzo con titanes como Cate Blanchett, la gran favorita, y Michelle Williams.

Hay quien ya compara su potencial carrera con la de Penélope Cruz. "Creo que pueden coexistir las dos. Son bien distintas y van a trabajar las dos muchísimo", aseguró Pedro Amodóvar durante la polémica gala de los premios Feroz 2023. "Ana se merece el Óscar. Lo que hace como Marilyn es impresionante, lo que pasa que este año hay dos fieras, Michelle Yeoh y Cate Blanchett, que se lo van a poner difícil, pero es un papel que se merece un Óscar". Sólo el tiempo dirá si la descendiente de 'la Pescatera' de Guardo será capaz de convertirse en una de las máximas estrellas de la Meca del Cine.