La nueva ruta del narco del hachís: marea alta y pilotos expertos en los caños de la Bahía de Cádiz

La nueva ruta del narco del hachís: marea alta y pilotos expertos en los caños de la Bahía de Cádiz E.E.

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La nueva ruta del narco del hachís: marea alta y pilotos expertos por los caños de la Bahía de Cádiz

La presión del SIVE en el Campo de Gibraltar ha hecho que el narco haya buscado otras rutas para traficar y muchos se hayan mudado a esta zona para vivir y operar.

27 marzo, 2022 01:59
Cádiz

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El hombre, enjuto y con un chándal negro, se precipitó al agua. Chof. El caño, y la oscuridad de la noche en una zona salvaje y sin iluminar, se lo tragaron. Ocurrió un martes a finales de noviembre. Sobre las 4 de la madrugada. Fue justo mientras "varios agentes del Instituto Armado se encontraban a esa hora y en ese lugar participando en una operación". 

La operación culminó con la incautación de un enorme alijo de hachís: 1.200 kilos, que quedó abandonado en la orilla.  Al día siguiente, cuando la familia denunció su desaparición, comenzó la búsqueda del hombre del chándal negro. Luego la autopsia determinaría que había muerto la misma noche en la que cayó al agua. Era conocido como el hijo de 'El Metepatas', y le llamaban Nino, aunque en realidad se llamaba Jesús Monge y era sobrino de Camarón de la Isla.

Pero todo esto no se sabría hasta después. Primero con linternas, pero luego a la luz del alba, se descubrieron fardos y fardos de hachís envueltos en tela de arpillera. Todos marcados con los nombres de hasta tres narcos distintos, para poder identificar su destinatario a la hora de hacer la entrega. La presencia de la Guardia Civil y de la Policía Local abortó su recogida de madrugada. ¿El lugar? Una ruta antigua pero hoy en auge para los narcos del Estrecho: el Caño de Sancti Petri.

La embarcación se encontraba justo al lado del Puente Zuazo, y el hombre del chándal negro, según la versión oficial, se tiró al agua tratando de huir al ver a los agentes. No sabía nadar. Su cuerpo fue encontrado, aferrando un mechero dentro del puño, a la altura del Puente de Hierro, en el caño de Sancti Petri.

La autovía, y al fondo, el Puente Zuazo, a la entrada de San Fernando.

La autovía, y al fondo, el Puente Zuazo, a la entrada de San Fernando. E.E.

Con 18 kilómetros de longitud, el caño es un ramal del que salen otros menores que configuran una maraña acuática de enorme riqueza ecológica, pues forma parte del Parque Natural Bahía de Cádiz.

En un auténtico laberinto de agua salada en la que baja y sube la marea. Pasa por tres ciudades, separa dos y hace isla a una de ellas. Se nutre y muere del mar entre dos playas atlánticas: La Punta del Boquerón, en la playa de Camposoto, que pertenece a San Fernando, y Sancti Petri, a Chiclana de la Frontera. El lugar es muy parecido, por su zona de marisma, a la de Ayamonte, en Huelva

Vista aérea del Caño de Sancti Petri a su paso por San Fernando, Chiclana y Puerto Real. E.E.

Que el cuerpo de Nino tardara cinco días en ser hallado en la maraña de los caños y sus vueltas, entre salinas abandonadas, da cuenta de la enormidad del lugar y de la extensión del Caño de Sancti Petri. Desde él puede llegarse, en barca, hasta la Bahía de Cádiz, y de ahí a otras localidades. También llega hasta El Puerto de Santa María, en la zona denominada Coto de la Isleta.

Grupos logísticos

Cuenta a EL ESPAÑOL un veterano agente policial, que en esta nueva ruta "operan grupos logísticos" que jamás habían trabajado con tanta voracidad, y que son capaces de entrar "hasta el saco interno de la Bahía".

Son tan narcos como transportistas. Porque luego trasladan la droga a Jerez de la Frontera o a Sevilla, "donde tiene las guarderías, en vehículos cargados", cuenta una fuente de la Policía Nacional. Que tengan los bajos de las furgonetas casi a ras de suelo, -la mayoría, con las matrículas ya fichadas por la policía- indican a simple vista que van hasta la boca de hachís.

También utilizan la técnica de alquilar o comprar vehículos viejos, y cargan de droga los maleteros y todo recoveco que sea posible. Luego, fingen o amañan una avería en carretera y es la grúa la que, al recoger el coche, efectúa sin saberlo un porte que no levanta sospechas. 

Una vez en la guardería, la droga es para los auténticos grandes narcos: son de Europa del Este. Son los que, hasta ese momento, no se han manchado las manos.

De La Línea

Fue en el Coto de La Isleta donde el pasado 7 de marzo fue rescatado otro hombre que llevaba en el agua del caño desde la noche anterior. Fue hallado con vida a la mañana siguiente tras una noche en la que se le buscó por tierra, mar y aire: había llegado, arrastrado por la marea, desde Chiclana hasta El Puerto de Santa María.

"Tras el rescate, en el que no se han escatimado medios materiales y humanos, se ha evidenciado que el tiempo transcurrido entre la denuncia y el rescate no se correspondía con el estado físico del desaparecido", indicó la Guardia Civil enigmáticamente. La denuncia, para activar su búsqueda, fue interpuesta... en La Línea de la Concepción.

Para entender el auge de esta nueva ruta hay que remontarse a cuatro años atrás, cuando el Ministerio de Interior cerró el puño al narcotráfico en el Campo de Gibraltar. ¿El detonante? El asalto al Hospital de La Línea para rescatar a un miembro del Clan de Los Castañas.

El cerco se cerró, pero el narco, incansable, puso sus ojos en nuevas rutas para seguir traficando con hachís. A la tradicional de la desembocadura del río Guadalquivir, se le une esta, en plena Bahía de Cádiz.

Precisamente al saco de la Bahía de Cádiz, frente a los Polvorines de Fadricas, en San Fernando, accedieron estos narcotraficantes, a plena luz del día, en septiembre de 2020. Frente a un concurrido centro comercial, la gente no daba crédito a lo que veía. Al ser sorprendidos descargando fardos por la Policía Nacional, emprendieron la huida en una furgoneta blanca, que había sido robada. Fueron detenidos en un chalé de Chiclana, donde tenían 900 kilos de hachís.

Alijando a plena luz del día, en el saco de la Bahía de Cádiz. La Voz de Cádiz.

Una de las claves es que las fuerzas y cuerpos de seguridad detectaron que se habían mudado un gran número de narcotraficantes, habituales de Algeciras y La Línea, a chalés en la selecta urbanización de Novo Sancti Petri y otras zonas de Chiclana.

Fue en el Novo Sancti Petri uno de los lugares donde la Guardia Civil, en el marco de la operación Lodos, desmanteló en abril de 2021 un entramado dedicado a lavar dinero del tráfico de hachís cuyos cabecillas eran narcos afincados en el Campo de Gibraltar y en la Bahía de Cádiz. 

Fue también ahí donde, un año antes, fue detenido Jesús Heredia. En el restaurante italiano en el que se encontraba se armó un enorme revuelo: era el líder del Clan de Los Pantoja. El discípulo aventajado del Messi del hachís, algecireño del Barrio de El Saladillo y uno de los últimos grandes narcos en el Campo de Gibraltar. Jesús El Pantoja comía tranquilamente junto a su familia. Sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura desde hacía un mes.

En marzo de este año ha vuelto a ser detenido: la Guardia Civil le consideró miembro de una mafia ubicada entre Chiclana y Barbate, especializada tanto en mover droga como en su logística aparejada, como el suministro de gasolina.

"Toda la costa está controlada por el SIVE, incluido el Caño de Sancti Petri", cuentan a EL ESPAÑOL desde la Guardia Civil. En el lugar funciona desde hace tiempo el Plan OCÓN, que es el Organismo de Control del Narcotráfico, con un grupo específico, OCÓN Sur, para la Bahía de Cádiz.

El Caño, en una de sus desembocaduras que da a la Bahía de Cádiz.

El Caño, en una de sus desembocaduras que da a la Bahía de Cádiz. Policía Local

En este lugar "se han hecho ya muchas operaciones", explica. Destaca una, en la que el narco detenido se encontraba en un chalé de la lujosa urbanización de Roche, en Conil de la Frontera. "Era un miembro importante de la organización, pero en el chalé se había metido de okupa".  

Una zona histórica

La zona, orográficamente inexpugnable durante la invasión napoleónica, guardó el último reducto de la España libre, San Fernando y Cádiz, en el siglo XIX. Y por su orografía siempre fue utilizada para contrabandear. Durante la Guerra Civil, por sus aguas circulaban embarcaciones que, ocultas por la noche, realizaban los porteos que sostenían el estraperlo.

Su centro neurálgico era la antigua Salina del Vicario, en un islote del mismo nombre en medio del caño de Sancti Petri en el que, decían, vivía un fantasma. A veces, cubierto con una sábana blanca, se paseaba en barca por los caños de la marisma. Una vieja historia, sepultada por el tiempo, que ocultaba la realidad: los contrabandistas jugaban con el miedo para evitar toda injerencia humana

El miedo no existe en el siglo XXI para el tráfico de hachís en esta ruta de los caños de la Bahía de Cádiz. En los tres últimos años, el narcotráfico en la zona se ha incrementado un 80%, según aseguran fuentes policiales de toda solvencia a EL ESPAÑOL. La zona está controlada por el SIVE, pero en el laberinto hay puntos ciegos, recovecos, curvas. Hay posibilidades. "Suelen alijar y repostar en la zona que hay detrás del Polígono de Tres Caminos", ya en el término municipal de Puerto Real.

Justo al lado, hace unos años, la Guardia Civil desmanteló un narcoastillero, a orillas del Caño de Sancti Petri, que fabricaba clandestinamente y por encargo narcolanchas de fibra de vidrio, con dobles fondos o caletas, para cubrir la ruta del Estrecho. La adquisición de las tipo Crompton ya estaba prohibida, por lo que entre sus principales clientes figuraban Los Pantoja y otros muchos clanes de la droga campogibraltareña.

Imagen del edificio que albergó el narcoastillero, a orillas del Caño, que fabricaba embarcaciones para Los Pantoja.

Imagen del edificio que albergó el narcoastillero, a orillas del Caño, que fabricaba embarcaciones para Los Pantoja. Policía Local

Pero las lanchas que ahora surcan caños y marismas son de fondo plano, es decir, panelables. Las embarcaciones entran por el mar, tras alijar de una nave nodriza. Conforme avanza el caño y se va internando en el Parque Natural, comienza a perder profundidad, por lo que los trayectos se hacen siempre con marea alta.

La ruta es perfecta porque, navegando con poco calado, el narco sabe que es difícil, por no decir imposible, que puedan ser perseguidos con otro tipo de embarcaciones que no sea una goma. Por eso, la mayoría de las aprehensiones se hacen desde tierra, justo en el momento en el que descargan el alijo de hachís o repostan gasolina.

Un bidón de gasolina, abandonado en la zona del Caño que linda con el Puente de Hierro.

Un bidón de gasolina, abandonado en la zona del Caño que linda con el Puente de Hierro. Laura Garófano

"Estos no son los chorizos de siempre", cuenta a EL ESPAÑOL Rafael, un veterano Policía Local de San Fernando, un cuerpo muy activo contra el narcotráfico, desde el menudeo a grandes operaciones en colaboración con Guardia Civil y Policía Nacional. Lidera el equipo de pilotos de drones de la Policía Local de San Fernando, y con ellos hacen labores preventivas, pero no actúan con una intervención ya abierta.

Pilotos autóctonos

Hugo (nombre ficticio) es otro agente de Policía Local que lleva 14 años en el Grupo Lima. Trabaja de paisano y tiene línea directa con los otros cuerpos policiales en materia de narcotráfico. "El que mete una goma aquí, conoce el caño como la palma de su mano", explica. Por eso saben que los pilotos suelen ser del entorno, seleccionados en San Fernando o en la vecina Chiclana, para que sepan llegar o perderse por los recovecos que regala el caño.

Un alijo de hachís, ya descargado de la goma a orillas del Caño de Sancti Petri. La carga pertenecía a tres narcos distintos.

Un alijo de hachís, ya descargado de la goma a orillas del Caño de Sancti Petri. La carga pertenecía a tres narcos distintos. GC

"Los ojeadores, algunos chavales de 15 o 16 años, tienen vínculos familiares con los clanes y se colocan en puntos neurálgicos como en el Puente Zuazo", explica Rafael, el veterano agente de la Policía Local. Van armados con teléfonos móviles, que suelen arrojar al agua o parten contra el suelo cuando se les pide la identificación.

A diferencia de en otros lugares, aquí el narco no usa los drones para ojear, "porque se localizaría al piloto rápidamente. No es como en Ceuta o Melilla, donde el piloto se encuentra en Marruecos y aunque se le pueda inhibir el aparato, nunca se le atraparía". 

La de ojeador se trata de una labor que, penalmente y al ser menores, es prácticamente inocua. Como transportar gasolina para nutrir las embarcaciones y que puedan continuar su trayecto, que se salda con una multa y la retirada de la carga. Todos ellos forman parte del estrato más bajo de la cadena que compone la colla, que es como se llama el grupo organizado de jóvenes que acaban descargando los fardos.

Garrafas de gasolina decomisadas en el Puerto de Gallineras, en el Caño, cerca de la Playa de Camposoto.

Garrafas de gasolina decomisadas en el Puerto de Gallineras, en el Caño, cerca de la Playa de Camposoto. Policía Nacional

A principios de este mes, el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska anunció que el Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar ampliará su ámbito de actuación territorial a las provincias de Granada, Almería y Sevilla hasta 2023. El plan ya había incluido a otras provincias limítrofes con la comarca campogibraltareña en su aplicación como son el resto de la provincia de Cádiz, Málaga y Huelva

José Manuel Caamaño, un veterano inspector de Policía Nacional y experto en narcotráfico, cuenta a este periódico que la presión del SIVE en el Estrecho "ha hecho que muchos hayan ido hacia la Bahía de Cádiz y Huelva, y otros, hacia Murcia, Almería o Alicante. Es ley de vida: cuando se presiona allí, se van allá".  

El cierre de las fronteras de Ceuta y Melilla ha provocado, además, "que el ceutí que tenía contactos con Marruecos tiene ya su organización en la Península. La colla se mueve, pero ya tiene cruzado el charco" y el hachís "sale desde Marruecos con sus lanchas", pues las narcolanchas están prohibidas en España y solo pueden usar gomas tipo zódiac. 

Que no se engañe nadie: "durante la pandemia, las organizaciones trabajaron a destajo", indica Caamaño. Y aparte de los clanes conocidos como Los Pantoja o Los Castañas, "está saliendo gente nueva, y muy joven, que todavía no son conocidos pero lo serán en breve. En cuanto acumulen dinero y comiencen a alardear de casas, coches, joyas y ropa".