Felipe VI escucha el discurso del presidente interino del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, en la apertura del Año Judicial.

Felipe VI escucha el discurso del presidente interino del Tribunal Supremo, Francisco Marín Castán, en la apertura del Año Judicial. Efe

Tribunales

El presidente interino del TS critica ante el Rey que se "debilite" a la Justicia, sin citar la amnistía

Marin describe la "desoladora" situación del Tribunal Supremo y emplaza a renovar el Consejo General del Poder Judicial "con urgencia".

7 septiembre, 2023 13:09

Felipe VI ha presidido esta mañana en el Tribunal Supremo la apertura de un curso judicial amenazado por la tensión y el malestar que ya está provocando la exigencia de los independentistas catalanes de una ley de amnistía que elimine todas las responsabilidades del 'procés', a cambio de la investidura de Pedro Sánchez.

No ha habido ninguna alusión directa a este asunto ni en el discurso del presidente del funciones del Tribunal Supremo, Francisco Marín, ni en el del fiscal general, Álvaro García. 

Marín si ha comenzado su discurso apelando a la "cooperación responsable y leal entre poderes, sin interferirse" y ha mencionado la obra Cómo mueren las democracias, de Levistky y Ziblatt, señalando que "en nuestros días la democracia ya no muere necesariamente por un acto violento o dramático, esto es, con un golpe militar o una revolución, sino con un lamento prolongado: el lento y progresivo debilitamiento de las instituciones esenciales, como son el Poder Judicial y la prensa, y la erosión global de las normas políticas tradicionales".

Marín advirtió de que en un contexto "fuertemente polarizado decae la visión de Estado y se impone con radicalidad la de partido" y manifestó que el ataque a la independencia judicial puede ser proyectado "no directamente al juez sino contra la institución".

En este sentido, lamentó la "desoladora" situación del Tribunal Supremo por la existencia de vacantes en un tercio de su plantilla debido a la ley que impide al Consejo General del Poder Judicial, en funciones desde hace cinco años, realizar nombramientos discrecionales.

"Me veo en la necesidad, una vez más y como ya hiciera en años anteriores mi predecesor, Carlos Lesmes, de emplazar aquí, de manera pública y solemne a los responsables de las diferentes fuerzas políticas para que, con urgencia, alcancen un acuerdo que permita renovar el CGPJ", enfatizó el presidente del Tribunal Supremo en funciones.

El Tribunal Supremo, añadió, necesita "volver a la normalidad", por lo que "es la hora de los grandes políticos y de los grandes demócratas", dijo ante un auditorio en el que se encontraba el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y los nuevos presidentes del Congreso y del Senado.

El fiscal general, que esta misma mañana se desayunó con un comunicado de la Asociación de Fiscales -de representación mayoritaria en la carrera- criticando su silencio ante la amnistía que exige el expresidente catalán Carles Puigdemont, no hizo ninguna alusión ni a este asunto ni al 'procés'.

En su primer discurso presencial en la apertura de tribunales (el del año pasado no pudo pronunciarlo por estar aquejado de Covid), Álvaro García Ortiz, que se detuvo en la labor desarrollada por distintos órganos del Ministerio Público (unidad de violencia contra la mujer, menores, extranjería, antidroga...) se limitó a señalar escuetamente la "importante actividad desarrollada por todas las Secciones de la Fiscalía del Tribunal Supremo", encargada del 'procés'.

Sí se refirió, al hilo de una mención a los principios constitucionales del Ministerio Público, "la seguridad jurídica y la igualdad ante la ley en cualquier parte del territorio del Estado". Pero es difícil relacionar esta mención genérica con la petición por el independentismo catalán de una ley de amnistía que consagraría lo contrario al principio de igualdad ante la ley penal.

García Ortiz también manifestó que el sistema institucional "es capaz de soportar las más fuertes tensiones y es capaz de hacerlo si nosotros somos capaces de cuidar y preservar las instituciones".

"Las instituciones democráticas nos sucederán, como antes sucedieron a quienes históricamente nos precedieron, también con problemas o con tensiones que entonces parecían imposibles de superar. El resultado es esta sociedad española plural, diversa y democrática, el Estado de derecho en pleno ejercicio, en la tensión que corresponde al recto funcionamiento de sus poderes y a los necesarios contrapesos entre ellos".