Pedro Sánchez y Salvador Illa, el pasado 18 de mayo en un acto de campaña de las elecciones catalanas.

Pedro Sánchez y Salvador Illa, el pasado 18 de mayo en un acto de campaña de las elecciones catalanas. Europa Press

Política CATALUÑA

Illa no negociará el 'cupo catalán' ni el referéndum: cambiará el eje del 'procés' por el izquierda-derecha

El líder del PSC no se siente concernido por los compromisos adquiridos por Sánchez en la investidura. ERC se inclina por facilitar que sea 'president'.

20 mayo, 2024 02:57

Aún no se sabe siquiera cuándo será la consulta, pero Esquerra ya dejó claro el pasado viernes que ha entendido que su "mal menor", tras los resultados del 12-M, es investir a Salvador Illa. El líder del PSC propuso en campaña "pasar página" y no esconde a sus interlocutores de ERC que lo hará. La "convivencia" no pasa por un cupo catalán, que no contempla ni la Constitución ni el Estatuto, ni por la autodeterminación del procés, por supuesto.

De hecho, el plan del más que probable futuro president es que el eje en el que se mueva la política catalana deje de ser el identitario, y vuelva a ser el tradicional de izquierda-derecha. Ahí es donde pretende encontrarse con Esquerra Republicana, para armar una mayoría lo más estable posible que gestione "los problemas de verdad".

De ahí se deduce que la independencia nunca fue un problema real, sino una reivindicación "legítima pero no gestionada", en palabras de Pedro Sánchez. Aunque lo cierto es que el PSC y el PSOE han aceptado parte del relato del separatismo, sobre un presunto "conflicto político entre el Estado y Cataluña"

El futuro president lo será, si las bases del partido independentista de izquierdas aceptan la posición favorable de su Ejecutiva.

Y lo será sin ataduras. Según ha podido confirmar este diario en fuentes de la dirección del PSC, Illa no se siente concernido por el compromiso de Pedro Sánchez de negociar la "financiación singular" o el "reconocimiento nacional" de Cataluña.  

El líder socialista catalán fue la apuesta del presidente del Gobierno ya desde finales de 2020. Entonces, Sánchez decidió sacarlo del Ministerio de Sanidad, aún en el segundo estado de alarma, para que fuera el candidato del PSC a la Generalitat en febrero de 2021 con un mensaje de "reencuentro". Ganó en votos, pero empató en escaños con ERC, y el independentismo sumaba para hacer un Govern alternativo.

Ahora, después de los indultos, la derogación de la sedición, la rebaja de la malversación y la amnistía, Illa recoge los frutos de decisiones que nunca fueron suyas, sino de Sánchez. Y con algunas de las cuales, sobre todo esta última, no estaba de acuerdo.

Compromisos de Sánchez

Pero fue uno de los precios que aceptó el presidente para seguirlo siendo. Los siete votos de ERC y de Junts llegaron a cambio de la medida de gracia y de otros acuerdos.

El principal de esos compromisos fue abrir dos mesas en Suiza, distintas con cada partido separatista y con mediadores internacionales diferentes. Y negociar en ellas un nuevo "pacto fiscal" entre el Estado y la Comunidad Autónoma, y para hallar un punto común para resolver ese "conflicto político"... que para ERC y Junts significa "pactar un referéndum de autodeterminación".

Illa "no compra" todo ese entramado, como ya se temían tanto Pere Aragonès como Carles Puigdemont durante la campaña. Por eso, el expresident fugado advirtió en este periódico que "la única opción para que Sánchez siga en Moncloa es que Illa no sea president". Y por eso, ahora insiste en su "legitimidad" para intentar ser él el investido, pese a que no le dan los números si no es con la retirada del PSC...

...que no lo hará, a la vista de que ERC está acercando posturas: su Ejecutiva se reunió el viernes pasado, por enésima vez tras el 12-M. Y planteó dos cosas. La primera, que consultará con sus bases si los 20 diputados electos de Esquerra deben votar a favor de la investidura del candidato socialista. Y la segunda, que será Marta Rovira la negociadora, tal como adelantó este diario.

Y si ya hay negociadora, antes de que se decida si hay que negociar, es que quien ha nombrado la negociadora quiere negociar. Así que la militancia de Esquerra ya sabe lo que debe votar, según su Ejecutiva.

ERC mira a Madrid

A pesar de que ERC es una formación política de larga tradición asamblearia, los mensajes que se transmiten a las bases son inequívocos: "Conociendo a este partido, Illa no es una cosa que pueda pasar o no", explica un miembro de la dirección a este periódico.

Es decir, que sólo una cosa es peor que aceptar los resultados del 12-M: no aceptarlos e ir a una repetición electoral.

"Si Junqueras no puede presentarse, y no podrá porque la amnistía no le llegará a tiempo y sigue inhabilitado, investir a Illa es la mejor de las opciones malas, que son todas".

Es mala opción porque, a partir de que él sea president, toda la presión en Cataluña desaparece, en el primer Parlament con mayoría constitucionalista desde 1980. Pero puede ser buena porque le da tiempo a ERC a recomponerse, ejerciendo una "oposición dura".

Porque lo que está descartado, al menos a fecha de hoy, es entrar en ese Govern. La única manera de tener capacidad de presión que se ve en la sede de la calle Calàbria (y en la residencia de Rovira en Ginebra) estará ahora en Madrid, en el Congreso. Los siete votos de Esquerra siguen valiendo lo mismo, y son imprescindibles para aprobar los Presupuestos.

Así que, aunque Illa no quiera la "financiación singular", Sánchez puede despedirse de aprobar cuentas públicas para el año que viene (y las de este año ya han sido las de 2023 prorrogadas) si no acepta que Cataluña reciba 22.000 millones más que hasta ahora. Cada año, empezando por el próximo.

En esa cantidad calculó el Govern de Aragonès el llamado "déficit fiscal". Y a esa misma cifra se remitirán los siete diputados en Madrid del Junts de Puigdemont, aún más escocido si no logra la "restitución" en la Generalitat en la que basó toda su campaña.

El consorcio como señuelo

Hay una vía para lograr que Illa sea investido, pueda gobernar y Sánchez no caiga, al menos de inmediato. Se llama "consorcio tributario" y está escrito en el Estatut, pero sin desarrollar.

Se trata de una vía por la que Cataluña podría cobrar y gestionar "el 100% de los tributos" de las personas físicas y jurídicas residentes en la región. Un ente paritario entre la Administración Tributaria estatal y la catalana para la "gestión, recaudación, liquidación e inspección" de toda la actividad fiscal catalana.

Después de desvelar EL ESPAÑOL este plan del PSC y de Moncloa, el propio Illa lo lanzó como propuesta en campaña electoral, cuando más arreciaba la exigencia independentista de la "financiación singular". Al tiempo que se reivindicaba como "el único capaz de conseguir" que Moncloa acepte

Y fuentes de ERC admitieron que ésa podía ser la vía para empezar a explorar el acuerdo "diferencial" de Cataluña respecto al resto de Comunidades Autónomas. "No volveremos a negociar con el resto de CCAA, sólo de manera bilateral con el Estado", anunció Aragonès... pero ya no le tocará a él. 

Illa está convencido de que será president. Ya lo piden los empresarios de Foment y el Cercle d’Economia, cuyo presidente, Jaume Guardiola, pidió el pasado jueves a "coraje" los partidos políticos para superar los bloques independentista y constitucionalista. Exactamente, el plan del candidato del PSC.

Junto a su director general, Miquel Nadal, Guardiola presentó la Nota de Opinión de la 39ª Reunión del Cercle, que se celebra esta semana. El documento se titula Claves para recuperar el dinamismo económico y mejorar el bienestar de la ciudadanía, y en él se defiende un nuevo modelo de financiación autonómico basado... en un "pacto fiscal".