La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, este sábado en Barcelona.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, este sábado en Barcelona. Alberto Estévez EFE

Política SUMAR

Yolanda Díaz aterriza Sumar en Barcelona: "No puedo pedir el voto por Ada Colau, pero lo haría"

La vicepresidenta segunda ha presentado a la alcaldesa como su banderiza en las elecciones del 28 de mayo.

22 abril, 2023 15:22

Yolanda Díaz no se la juega. En plena guerra fría a la izquierda del PSOE, con la reconfiguración de Unidas Podemos en el horizonte y unas preocupantes expectativas autonómicas a la vuelta de la esquina, la vicepresidenta segunda del Gobierno ha elegido un lugar seguro, Barcelona, para empezar su -no- campaña electoral. Esto es, un espacio simbólico que refleje sus planes para Sumar.

"Los logros de Ada Colau se emparentan con los logros del Gobierno progresista", ha arrancado Díaz en el Palau de Congressos de Barcelona, cobijada entre gritos de "presidenta" y esquivando cualquier alusión al pulso soterrado que mantiene con Podemos, con la alcaldesa de aliada. "No puedo pedir el voto por ella", ha lamentado, "pero lo haría encantada".

La vicepresidenta segunda no para de repetir que no se presenta a las elecciones autonómicas, pero es indudable que parte de su destino político depende de ellas. En primer lugar, porque los distintos resultados que tengan los partidos de Sumar determinarán su fuerza en las negociaciones; Podemos, de hecho, sospecha que Díaz les desea un mal resultado para que sea más fácil manejarlos.

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El otro motivo es que, aunque no se haya hecho explícito, todo el mundo sabe del lado de quién está Yolanda Díaz. La semana pasada sugirió en una entrevista en laSexta que su voto este 28-M iría para Mónica García y no para Alejandra Jacinto, candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid. En Cataluña, nadie duda de que Colau es su favorita.

Revalidar la alcaldía de Barcelona, al igual que asaltar la Real Casa de Correos de Madrid, sería el mejor de los destinos posibles para Díaz, que ya apareció el pasado 2 de abril resguardada por García (Más Madrid), Colau (Catalunya en Comú) y Carla Antonelli (ex PSOE). Toda una declaración de intenciones sobre lo que significará el espacio, al menos de momento.

De hecho, la batalla política que plantea Díaz para sus banderizas regionales es la misma que adelantó durante la presentación extraoficial de Sumar, durante la moción de censura. Desde entonces, la dicotomía se ha repetido hasta la saciedad: estas elecciones, las del Estado y las autonómicas, van de bloques, uno progresista que representa ella y otro de derechas personificado en Alberto Núñez Feijóo (en las generales), Isabel Díaz Ayuso (Madrid) y Xavier Trias (Barcelona).

"En estas elecciones se disputan dos modelos: uno, el de Trias, que es el del pasado, es mirar a los años 90, el de la desregulación, el de los lobbies y que manden unos poquitos [...] o el de la ilusión, de los servicios públicos, del feminismo y del ecologismo. Hago un llamamiento a los trabajadores para que se movilicen por el proyecto de Barcelona en Comú", ha recalcado la vicepresidenta. Cataluña, donde la izquierda a la izquierda del PSOE cuenta con sólo una papeleta electoral, es uno de los pocos territorios donde está garantizada su presencia en campaña.

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Además, el primer acto de gran formato desde que Díaz inaugurara Sumar hace un mes no podía ser en otro lugar. Los Comunes fueron sus primeros aliados en el Congreso de los Diputados y los primeros en dar la cara por ella; incluso su líder, Jaume Asens, lleva meses actuando como portavoz oficioso de la vicepresidenta en las ruedas de prensa de los martes, que programa al margen de Podemos.

Es precisamente en el hemiciclo donde el grupo de Unidas Podemos se encuentra prácticamente dividido en dos: los que se mantienen fieles a la dirección de Ione Belarra y los que apoyan a la vicepresidenta segunda. Este último grupo lo forman En Común Podem, Izquierda Unida y un puñado de diputados díscolos que asistieron al acto de Magariños. El plan es reunirlos a todos de nuevo antes de diciembre, pero parece complicado.

Para Pablo Iglesias, reconvertido en sursuncorda de Podemos cuya voz todavía retruena entre los morados, la coalición con Sumar es imposible en los términos actuales, con la vicepresidenta poniéndose de perfil en cuestiones como la OTAN: "Ciertas cosas sólo ganan valor cuando se dicen desde dentro del Gobierno", recalcó la semana pasada durante la Fiesta de Primavera.

"Cuando te insultan, cuando te menosprecian, cuando los cañones mediáticos construyen un relato ofensivo contra ti... entiendo la sensación de los compañeros que exigen respeto", se desgañitó, advirtiendo contra "el enésimo intento de matar a Podemos".