Inés Arrimadas y Albert Rivera, este sábado en la Plaza de la Villa de Madrid.

Inés Arrimadas y Albert Rivera, este sábado en la Plaza de la Villa de Madrid. EFE

España ELECCIONES GENERALES

Rivera encarga a Arrimadas otro resultado histórico en Cataluña para llegar a la Moncloa

Ciudadanos confía en mejorar los resultados de 2016, cuando el partido quedó sexto y último al lograr cinco de los 47 escaños en juego. 

24 febrero, 2019 03:05

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Las canciones que preceden a los encorsetados himnos y sintonías oficiales deparan en ocasiones más de una verdad. Como el acto que Ciudadanos celebró este sábado en Madrid empezó con media hora de retraso, al millar de personas que se congregó en la Plaza de la Villa le dio tiempo a escuchar de todo.

Desde Lady Madrid de Pereza ("Más bonita que ninguna, ponía a la peña de pie") hasta Lo malo, de los Ana Guerra y Aitana ("Voy a salir, no más fingir, no más servir"). Desde Malamente, de Rosalía ("Sueño que estoy andando por un puente y que la acera, cuanto más quiero cruzarlo, más se mueve y tambalea"), hasta Sin Documentos, de Los Rodríguez ("Déjame atravesar el viento sin documentos, que lo haré por el tiempo que tuvimos").

En todas los temas podían encontrarse mensajes y dobles sentidos que encajaban en la arriesgada decisión, adelantada por EL ESPAÑOL este viernes por la tarde, que Inés Arrimadas estaba a punto de hacer pública. "Os anuncio que voy a presentar mi candidatura a las primarias de Ciudadanos como número 1 por Barcelona", dijo para acabar su discurso, con una fuerte carga autobiográfica y emocional. 

Arrimadas da un salto a Madrid, pero sin perder de vista Cataluña. Así se concilian los mensajes de Bienvenidos, de Miguel Ríos ("Qué larga ha sido la marcha, compañeros de fatigas, desde mis primeros tiempos, muchos años han pasado para al fin poder gritar a los hijos del rock and roll: ¡bienvenidos!") y la La tortura de Shakira ("Ay amor, me duele tanto, me duele tanto que te fueras sin decir a donde; Ay amor, fue una tortura perderte"). 

Arrimadas no se va del todo. No se va en absoluto. No sólo porque, según fuentes de Ciudadanos, seguirá siendo la líder del partido y la jefa de la oposición en Cataluña hasta las elecciones generales. No se va del todo porque cree que es desde Madrid desde donde ahora se puede cambiar de verdad la política en Cataluña

La "responsabilidad" constitucionalista

Ese es el planteamiento de fondo, resumido en una frase: "La libertad y la convivencia sólo van a llegar a Cataluña si Ciudadanos gobierna España y Albert Rivera es el próximo presidente del Gobierno". "Tengo la gran responsabilidad de seguir defendiendo a los constitucionalistas catalanes", dijo Arrimadas. Y desde un Parlament controlado por los partidos independentistas, desde una Cataluña paralizada o a medio gas por el procés, Arrimadas cree que tiene poco que hacer en comparación con las posibilidades de Rivera una vez sea catapultado a la Moncloa.

Porque de eso se trata, más allá del liderazgo del partido en Cataluña o el futuro personal de Arrimadas, dirigente que en algunos sectores sociales, dentro y fuera de Ciudadanos, gusta más que el propio Rivera. En las últimas elecciones, Ciudadanos obtuvo cinco diputados de los 47 en juego en Cataluña.

Si en el conjunto del país fue cuarta fuerza, en Cataluña fue sexta. Nada que ver con las últimas elecciones autonómicas, en las que Ciudadanos se alzó como primera fuerza con 1.100.000 votos, todo un hito para un partido sin una larga historia y sometido a una gran presión por parte del independentismo.

Arrimadas por Barcelona, Girauta a Toledo

El resultado de Ciudadanos en Cataluña no fue bueno en 2016. Mucho ha llovido desde entonces. El que fuera número 1 por Barcelona, Juan Carlos Girauta, encabezará la lista por Toledo, ciudad a la que se va a vivir. Su puesto, portavoz en el Congreso, será un destino obvio para Arrimadas en un tándem con Rivera que en el partido consideran un cartel electoral inmejorable. 

La propia Arrimadas comenzó a dar forma al relato este sábado en Madrid al recordar que su familia es de Salamanca, ella nació en Jerez de la Frontera, cumplió su "sueño" de vivir en Barcelona y se casó con un catalán (Xavier Cima, que la acompañó en su anuncio). "Nadie me tiene que explicar que este es un país diverso, porque lo he vivido en primera persona. Diverso y rico. Lo llevo en la sangre". 

Estas elecciones serán sobre España. Así las plantean ya todos los partidos, incluido el PSOE, que puede pagar un peaje por su diálogo con el independentismo, pero que no ha renunciado a hacer "La España que quieres" su lema de precampaña.

Rivera lo sabe y por eso ve con buenos ojos que Arrimadas, determinante en las catalanas de 2017 pero, según muchos, también en el reciente éxito electoral en Andalucía, le ayude a conseguir la Moncloa. 

"Competimos sólo por el 50% de la población"

Si algunos rumores apuntan a que la relación entre ellos no es la mejor por la enorme proyección de ella, Rivera no hizo sino engrandarla. Arrimadas es "la mejor mujer de la política española", dijo. 

En Cataluña le hará falta porque, según reconoce un alto cargo del equipo de Rivera, "hay que recordar que allí competimos sólo por el 50% de la población, porque el otro 50% jamás se planteará votarnos", en referencia al independentismo.

A Rivera sólo le hacen falta dos cosas para ser presidente: quedar por delante de Pablo Casado en escaños y que el centroderecha sume, aunque sea con Vox, para que haya una alternativa viable a Sánchez en el Congreso. El tercer ingrediente ya lo tiene desde este sábado. Así lo definió antes de fundirse en un abrazo con ella: "Inés, hemos trabajado juntos desde el Parlament de Cataluña. Te conozco desde que empezaste. No podría tener un aliado, un compañero, un socio mejor que tú. Juntos vamos a ganar". La carrera entrelazada de ambos acaba de arrancar.