Imagen | ¿Es una decisión precipitada celebrar ARCO en julio?

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¿Es una decisión precipitada celebrar ARCO en julio?

Fue una de las últimas ferias en celebrarse antes de la pandemia y será quien dé el pistoletazo de salida. ¿Es una decisión precipitada celebrar ARCO en julio o una manera necesaria de tomarle el pulso al mercado del arte? Responden los galeristas

5 julio, 2021 09:42

Silvia Dauder
Directora de la galería ProjecteSD

Un proyecto de mínimos

Este 2021 sigue siendo un año excepcional y anómalo por causa de la pandemia, que ha afectado a la organización de exposiciones, eventos y, por supuesto, a las ferias de arte. Estamos justo en el inicio del final de las restricciones y el calendario ferial, que se había paralizado hasta ahora, empieza a activarse. En el caso de ProjecteSD, las tres ferias a las que la galería venía asistiendo hasta ahora anualmente –ARCO, Art Basel y FIAC París– se han condensado en un periodo muy corto de tiempo, en solo 4 meses, y uno de ellos es, al menos parcialmente, periodo vacacional. De estas tres convocatorias, solo vamos a mantener una: Art Basel. La galería no tiene ni la capacidad ni la voluntad de organizar y asistir a tres importantísimas ferias, de alto nivel y considerable coste económico, en tan breve espacio de tiempo. No es nuestra forma de trabajar, y menos en un año que es aún irregular.

ARCO no es para nosotros menos importante que Art Basel, todo lo contrario. Antes de declinar la participación, diseñé totalmente el posible stand y me di cuenta de que estaba preparando un proyecto de mínimos. Un espacio mucho menor con obras entre comillas “más fáciles” o “más asequibles”. Y esta nunca ha sido nuestra filosofía.

El calendario fijado –en julio– no ayuda, pues es el final de la temporada y coincide con el verano, pleno momento vacacional en Europa. Muchos de nuestros clientes extranjeros no van a asistir. No niego que es posible que la feria sea muy bien acogida y que haya entusiasmo. Pero, ¿hasta qué punto el entusiasmo se materializará en ventas reales y suficientes? No lo sé. Tampoco lo descarto. Lo que está claro es que esta edición será menos concurrida y que hay un buen número de buenas galerías que no van a participar. Y este es un hecho significativo.

Otro punto decisivo es que en siete meses tendremos un nuevo ARCO, en 2022 y, en mi opinión, hay muy poco tiempo entre esta convocatoria y la próxima. Es por todas estas razones por lo que hemos preferido reservarnos para febrero y prepararnos mejor para una edición que todos queremos que sea más plena.

¿Hasta qué punto el entusiasmo se materializará en ventas reales? No lo sé. Pero está claro que esta feria será menos concurrida y que un buen número de buenas galerías no participa

No voy a ocultar que en nuestra decisión de no participar han pesado también temas estructurales internos. ProjecteSD está justo relevando parte de su equipo y esta reorganización de la galería requiere mucha concentración y supervisión. Hemos participado en la feria desde 2006 y siento fallar esta vez pero confío en que los motivos expresados sean bien comprendidos. Nuestra decisión no ha obedecido a ninguna inercia ni es consecuencia de ninguna operación colectiva. Las ferias siguen siendo una parte muy importante de nuestro trabajo y el hecho de que no participemos en este ARCO es algo excepcional en un año que sin duda aún también lo es. Entiendo que Ifema tendrá sus políticas de empresa y sus necesidades y si sigue adelante es porque les conviene. Deseo a mis colegas toda la suerte en esta edición y espero en un futuro muy cercano seguir aportando buen arte y buen trabajo a la feria.

Pedro Maisterra
Co-director de la galería Maisterravalbuena

Siempre es urgente celebrar ARCO

El 12 de septiembre de 1967 se inauguró en Colonia la primera feria internacional de arte moderno y contemporáneo por iniciativa de los galeristas Hein Stünke y Rudolf Zwirner que, junto con otros dieciséis excéntricos colegas, abrieron las puertas de un evento comercial. En el recinto se ofrecía la creación contemporánea internacional al gran público y las cartelas de las obras, además de mostrar el detalle técnico, detallaban su valor económico de modo que todo aquel que entraba en el recinto accedía a la posibilidad de su posesión.

Arreciaron las críticas de los viejos marchantes, sacerdotes de un intercambio basado en el control de la oferta y la demanda. Entre ellos, un octogenario Kahnweiler perplejo, quizá ultrajado, ante la obscena publicidad del valor comercial de sus amados cubistas, antes “protegidos” por invitación y cita previa. Por la puerta de la feria entraron en cinco días quince mil curiosos, amantes del arte, trabajadores de museos y coleccionistas, muchos de ellos rostros anónimos. El sacrilegio de Stünke y Zwirner trasladando el espíritu democrático y de internacionalización de la Documenta de Kassel provocó la difusión del arte contemporáneo a una escala sin precedentes y una apertura que revolucionó el negocio artístico. Art Cologne será el ejemplo sobre el que otro grupo de galeristas fundará Art Basel en 1970 o ARCO en 1982.

La Documenta de 1955 entendía que la creación actual, sometida a una necesidad interna y constante de cambio, necesitaba de un contexto histórico e internacional que dotara de amplitud y profundidad algo que, aislado, podía parecer capricho. Art Cologne daba el siguiente paso ofreciendo a ese público diverso un acceso antes privilegiado por procedencia y conexiones. Nace de esta forma un escenario para el intercambio internacional a través del arte actual, una nueva forma de viajar y conocer, un lugar de encuentro e intercambio, también económico. Y con él, una nueva conciencia en el galerista como promotor del arte y la entrada a un público diverso que permite una dispersión vital, contra el posible olvido de la acumulación museal.

Las ferias de arte son una herramienta que nace de la necesidad del galerista de multiplicar lo que mejor sabe hacer: propiciar el encuentro material y emocional con el arte futuro

Las ferias de arte son una herramienta que nace de la necesidad del galerista para multiplicar su capacidad de hacer lo que mejor sabe hacer: propiciar el encuentro material y emocional con el arte futuro, el que aún está por hacerse. Las ferias son connaturales y complementarias a la actividad del galerista mientras respondan a esta necesidad y sirvan a sus propósitos: cada cita anual de ARCO es causa y efecto de esa decisión consciente y proactiva y al mismo tiempo celebración y recordatorio de esa unión que se amplía a todos los agentes del arte. La experimentación de la galería tiene su altavoz y proyección en la feria, ante una audiencia internacional de desconocidos donde se expone en primicia lo que acaba de ser pensado y de ahí que siempre sea urgente que se celebre ARCO.

Celebremos en julio esta fiesta. Y el próximo febrero también.