Image: Historia de España de Menéndez Pidal. La España de las autonomías

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Ensayo

Historia de España de Menéndez Pidal. La España de las autonomías

Juan Pablo Fusi y Guadalupe Gómez-Ferrer

17 enero, 2008 01:00

Foto: Autoesla.com

2 vols. Espasa. Madrid, 2007. 538 y 517 pp., 110 e. cada uno


éste es un libro apasionante porque rebosa actualidad e información de calidad. Y también porque, en el momento en el que se agota una legislatura que parece haber abierto la puerta a la revisión de la organización territorial que los españoles se dieron con la Constitución de 1978, se plantea las preguntas de hacia dónde va España y cuales son las posibilidades de que sobreviva la imagen de la España plural que, durante aquellos primeros años de la transición política, pareció abrirse paso.

Se trata de los dos últimos volúmenes de un gran empeño editorial e historiográfico: la Historia de España que proyectara Ramón Menéndez Pidal en 1927 y comenzaría a publicarse poco antes del comienzo de la guerra civil española. A lo largo de más de setenta año la Historia de España -que fue dirigida a partir de 1975 por el recientemente desaparecido José María Jover Zamora- ha incorporado el trabajo de varias generaciones de historiadores, que la han convertido en la obra de referencia de la historiografía española. Desde los que ya son grandes nombres en el estudio de la historia de España, como los de Claudio Sánchez-Albornoz o évariste Lévi-Provençal, hasta los historiadores de las generaciones más recientes.

La obra se consideró inicialmente terminada en 2004, con la publicación del tomo dedicado a la transición política a la democracia durante el reinado de Juan Carlos I, pero los editores han entendido que resultaba oportuno añadirle este último tomo -en dos volúmenes- en el que se aborda la experiencia histórica de la organización territorial autónomica que se empezó a implantar en España a partir de 1977. Una realidad que, según los coordinadores de este tomo, encuentra sus raíces historiográficas en la idea de "España, nación de naciones" que Jover Zamora pusiera en circulación en los años sesenta y que convertiría en una de sus ideas vertebrales para la comprensión del pasado histórico español.

De todas maneras, como también se señala en las páginas iniciales de este libro, las reflexiones de los historiadores no tienen por qué dirigir las medidas que dicta la oportunidad política, ni siquiera en personalidades que, como ocurría en el caso de Cánovas del Castillo, unían la circunstancia de cultivar esos dos ámbitos de actividades. De hecho, encontrar una adecuada formulación política resultó siempre una tarea difícil, como se demostraría en el fracaso de la experiencia republicana de 1873.

Las circunstancias de la transición política española parecieron brindar una nueva oportunidad en ese sentido, a la vez que se trataba de superar un nacionalismo conservador que, como señala álvarez Junco en su balance final sobre la "idea de España", parecía excesivamente ligado a los valores de la dictadura franquista.

Se inició entonces un profundo cambio en la organización territorial del Estado que, según expone Eduardo García de Enterría en el estudio que abre el volumen, procedía de la "resuelta tendencia hacia una descentralización sustancial" que marcó profundamente los inicios de la transición. La intensidad del proceso, y la profundidad de las reformas estatutarias que se han desarrollado hasta el momento, plantean la cuestión de la constitucionalidad de las mismas, que es el objeto del estudio de Rafael Gómez-Ferrer, en el difícil ejercicio de armonizar los principios de unidad y de autonomía.

La parte central del libro está dedicada al análisis de la evolución de esta nueva organización del Estado en las diferentes instancias autonómicas. Son dieciocho capítulos en los que los editores del volumen han buscado la colaboración de especialistas muy reconocidos en los ámbitos locales, a los que se les ha pedido un notable esfuerzo de homogeneización de los contenidos, con vistas a la mejor comprensión global del proceso y a la posibilidad de que el lector pueda realizar comparaciones que resulten sugerentes. El objetivo se ha conseguido en la casi totalidad de las colaboraciones y, en algunos casos, como podría ser el capítulo que Fernando Martínez dedica a la comunidad andaluza, o los que se dedican a otras comunidades con una mayor entidad demográfica y cultural, los responsables de la editorial podrían plantearse la conveniencia de realizar alguna edición por separado.

La tercera y última parte de esta brillante aportación a la comprensión de la España de las autonomías recoge un análisis sociológico de Emilio Lamo de Espinosa -con especial referencia a Cataluña y al País Vasco- y una sugerente reflexión de José álvarez Junco sobre la recuperación de la identidad española durante los años de la transición, especialmente en las filas de la izquierda, y la difícil de la articulación de esa "España plural" entre los riesgos de la balcanización, el avance en la línea federal o la búsqueda de un nuevo modelo aún por definir.

La España de las autonomías es un libro de historia, en definitiva, que nos lleva a la misma puerta del debate que hoy tiene abierto la sociedad española.